Yo, Robot

Yo, Robot Preguntas de Ensayo

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    ¿Qué lugar ocupa Susan como mujer en estos relatos?

    Por más que Susan Calvin es una de las grandes protagonistas de Yo, Robot, y esto establece una diferencia con buena parte de la literatura de género de la época, marcada por el patriarcado y sus arquetípicos héroes masculinos, no necesariamente tiene una mirada feminista del rol de la mujer en la ciencia y las corporaciones.

    Calvin se muestra como una mujer solitaria, que solo ama su trabajo y a los robots. Salvo por el cuento en que parece develarse que está enamorada de Milton Ashe, nada sabemos de la vida privada de Susan. Inclusive en este caso, ella no parece detenerse en la desilusión amorosa, y sigue adelante con su vida, sin mirar atrás. Su seriedad es motivo de diversas apreciaciones por parte de los personajes masculinos, inclusive el periodista que la entrevista. Hay algo en su falta de jovialidad que la asemejan, para ellos, a un robot, como si la falta de encanto alejara a Susan de su condición de mujer. Se la respeta como a una rara avis de la corporación por su inteligencia, que parece superar la de todos los personajes masculinos de la serie, pero solo Stephen Byerley, un robot evolucionado, parece estar dispuesto a ser realmente su amigo.

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    ¿Qué relación puede tener el título del libro con los relatos que lo contienen?

    A Isaac Asimov el título Yo, Robot no le agradaba. Quería, en su lugar, llamarlo Mente y hierro. Y es que, en el libro, muchos humanos, como la señora Weston en "Robbie", creen que los robots son solo inteligencia y metal, mientras que Asimov demuestra que son mucho más que eso: sus robots temen, se avergüenzan, se alegran.

    Por otro lado, resulta extraño que un título que parece dar la señal de que nos enfrentaremos a una narración, quizá confesional, en primera persona, termine siendo un compendio de diferentes historias de robots, ninguna narrada por ellos mismos. Sin embargo, puede pensarse un vínculo interesante entre el título y la serie de cuentos que contiene a pesar de las objeciones de Asimov. Si decir "yo" es un gesto humano, se establece inmediatamente una contradicción con el concepto de robot. El robot, como se reafirma en la tercera Ley de la Robótica, es un producto humano, una inversión tecnológica que tiene como función servir a la humanidad. La misma etimología de la palabra "robot" remite a la esclavitud y el trabajo; "robota", en checo, significa trabajo pesado. Pero, como vimos, los robots de Asimov no solo son antropomórficos, sino que se detienen en dilemas éticos y morales más propios de las personas que de las máquinas. El título, entonces, podría darnos la pauta de que lo que aquí se explora, en buena medida, es la condición humana.

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    ¿Podemos decir que Yo, Robot es un texto tecnofóbico?

    Para nada. A pesar de que lo que se establece en cada cuento es la posible amenaza que implica la creación de seres capaces de pensar (si por pensar entendemos encadenar razonamientos), al final del día, la peor amenaza para los seres humanos son ellos mismos. Los robots no dejan de cumplir con las Leyes de la Robótica, ese código ético y moral impreso en su constitución. Y son, como los seres humanos, perfectibles. Por ende, no es la tecnología el problema para Asimov, sino el comportamiento humano.

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    En la época en la que Yo, Robot fue publicado, la tecnología atómica estaba en boca de todos. ¿Hay alguna relación entre esta tecnología y la que Asimov explora en el libro?

    Podemos decir que en Yo, Robot hay algunas alusiones tibias a la energía atómica. Por ejemplo, el sistema de energía del robot es una "diminuta chispa de energía atómica" (p.43). En otras ocasiones, Asimov utiliza el término "hiperatómico" para hacernos pensar en la energía atómica y en la bomba, tan en boga en aquellos años. Sin ir más lejos, la U.S. Robots compite contra Consolidated Robots para construir un "motor hiperatómico" (p.173) en "Evasión", lo que podría hacernos pensar en la carrera de Estados Unidos y Alemania por construir la bomba.

    Es menester, sin embargo, tener en cuenta lo siguiente: a menudo pensamos en la energía atómica como algo peligroso, ya que puede usarse en bombas, e inclusive las plantas de energía nuclear pueden traer problemas, como sucedió en los accidentes de Fukushima o Chernobyl. Pero en los años 40, la humanidad era mucho más optimista con respecto a las posibilidades que desplegaba la energía atómica. Por ende, cuando Asimov utiliza la palabra "atómica", debemos recordar que esta energía era nueva y emocionante en ese tiempo, además de peligrosa. Aunque podía utilizarse para crear armas de destrucción masiva, también podía emplearse para mejorar la vida de las personas, al igual que darle vida a los robots en los relatos que nos convocan.

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    ¿Qué representa la figura de Francis Quinn en el cuento "La evidencia"?

    En "La evidencia" Francis Quinn intenta demostrar que Stephen Byerley no puede ser alcalde por su condición de robot. Esta condición debería convertirlo, automáticamente, debido al sentido común, en un mal alcalde.

    Sin embargo, al apelar al miedo de la sociedad hacia los robots para defenestrar a Byerley en lugar de argumentar en su contra, Quinn termina revelándose como el peor candidato a Alcalde. Al fin y al cabo, es él quien difunde rumores, amenaza a la U.S. Robots, invade la intimidad de Byerley y organiza una campaña en su contra con métodos desleales. Por ende, Quinn termina representando, al final del cuento, los peores defectos de la humanidad que, según Asimov, debíamos revisar, mientras Byerley encarna la voluntad de hacer el bien, tan necesaria en un candidato y en un ser humano.

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