Yo, Robot

Yo, Robot Metáforas y Símiles

"Weston, sin comprender muy bien lo que ocurría, sintió, más que vio, a Robbie pasar a su lado como un alud y detenerse en seco" (p.35). (Símil).

La presencia de Robbie y su capacidad de reacción es comparada con un alud. El robot no solo es colosal, sino que posee una velocidad que supera la de los seres humanos, al punto de que estos mismos no pueden siquiera verlo moverse.

"La cabeza del monstruo se inclinó respetuosamente, como lo habría hecho un siervo, y sus ojos se fijaron en Powell. Después, con una voz dura, como un graznido, como la de un gramófono antiquísimo, articuló: sí señor" (p.43). (Metáfora y símiles)

La metáfora que señala la cualidad monstruosa del robot se basa, en este caso, en los símiles que la sustentan a continuación: En primer lugar, el robot es como un siervo, una entidad sumisa, subyugada a la voluntad de otra. En segundo lugar, emite un sonido que es "como un graznido". Este segundo símil le da un carácter animal al robot. Por último, aparece el carácter maquínico: ese graznido suena, también, "como un gramófono". Es decir, la metáfora del monstruo se sustenta en el carácter inclasificable del robot, que tiene, según los símiles enumerados, actitud servil y conductas animalizadas y maquínicas a la vez.

"Dos brazos de acero se echaron atrás simultáneamente y cogiendo las dos jarras de cristal las lanzaron al aire describiendo dos arcos paralelos. Brillaban como diamantes bajo el sol imposible" (p.56). (Símil)

Varias veces a lo largo de estos cuentos nos encontramos con descripciones que remiten a un mundo mágico y lúdico. En el espacio interestelar, donde Asimov puede dar rienda suelta a su imaginación debido a lo poco que se sabía de él en su época, los elementos más mundanos, como, en este caso, las dos jarras de agua, se convierten en diamantes. Es decir, lo pedestre puede ser un objeto mágico y valioso. Este símil entre las jarras de agua al sol y los diamantes, junto a tantas otras imágenes paradisíacas del espacio, refuerza el hecho de que el robot forma parte no solo de un mundo de la ciencia dura y fría del futuro, sino también de un mundo utópico y feliz que podemos alcanzar.

“Dave avanzaba rápidamente al frente de los seis dedos, que lo seguían en fila india, balanceándose” (p.106). (Metáfora).

La metáfora de los dedos para describir a los seis robots subalternos de Dave se utiliza una y otra vez, ya que es él, la mano, quien los controla. Esta metáfora se refuerza cuando, al final del cuento, uno de los robots subsidiarios es eliminado por Powell y Donovan. De este modo, Dave tendrá, finalmente, cinco dedos, como una mano humana.

"¿Vas a salir a ese balcón, igual que un dictador medieval delante de cincuenta mil locos idiotas y hacerlos entender la razón" (p.220) (Símil))

John, el compañero de casa de Byerley, al preocuparse por su integridad física, en lugar de compararlo con lo que es (un político hecho y derecho, con principios y valores democráticos), lo compara con un dictador medieval. Esta comparación con la tiranía del medioevo radica en el hecho de que John ve en Byerley una fe ciega en sus ideas, y desconoce el hecho de que el público puede hacerle daño, y que no necesariamente insistiendo va a convencer a la audiencia.

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