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Ana se da cuenta de que está embarazada, que lleva en su vientre un hijo de Vronsky, y le informa a Vronsky de esto. En otro evento, Vronsky pierde una carrera de caballos que tenía previsto ganar. Vronsky pierde la carrera porque se ve distraído por su relación con Ana, sobre todo porque su hermano y la madre desaprueban terminantemente la relación. Su madre piensa que él está convirtiéndose peligrosamente en un hombre preocupado con una mujer casada. Además, Vronsky se comienza a sentir frustrado de tener que ocultar su vida con Ana. Con todo ello en su mente, Vronsky se cae de su caballo durante la carrera y el caballo, Frou Frou, muere:
"Ella voló sobre la zanja casi sin notarlo. Voló sobre ella como un pájaro, pero en el mismo instante Vronsky advirtió con terror que, no habiéndose apresurado a seguir el impulso del animal, él, sin saber cómo, había hecho un movimiento en falso, un movimiento imperdonable, al buscar recuperar su posición en la silla de montar. Su situación cambió de repente: comprendió que sucedía algo horrible". Segunda Parte, Capítulo 21, pág. 195
Justo antes de la carrera Vronsky va a ver a Ana y se entera de su embarazo. Ana se ve sorprendida con la reacción de Vronsky - él le dice que debe vivir con él y dejar a su marido e hijo de una vez por todas. Demuestra que la conoce bien cuando le dice que ella está sufriendo de la culpabilidad de la sociedad y su familia, y que ella nunca podrá ser realmente una persona en su totalidad de nuevo a menos que se separe de esas fuerzas.
"Recordaba con claridad todas las constantes ocasiones de inevitable necesidad en que tenían que mentir y engañar violentando así su naturaleza, y recordó, sobre todo, con nitidez especial la vergüenza que experimentaba Ana al verse forzada a fingir. Desde que tenía relaciones con Ana sentía a menudo un extraño sentimiento de repulsión que llegaba a dominarle por completo. Repulsión hacia Alexey Alejandrovich, hacia sí mismo, hacia todo el mundo. Le habría costado poder precisar aquel sentimiento, pero lo rechazaba siempre lejos de él. Ahora, también, él movió la cabeza y prosiguió pensando". Segunda Parte, Capítulo 25, pág. 211
Es un gran momento para Vronsky, uno que no había anticipado. Sin embargo, la terca Ana no escuchará su razonamiento. Seguirá atormentada.