Se describen los niveles superiores de la sociedad de Moscú. El círculo social más exclusivo, al cual pertenece Karenin, se compone de funcionarios del gobierno. El siguiente círculo está encabezado por la Condesa Lidia Ivanova, y se compone de "mujeres mayores, feas, benevolentes, y piadosas, y hombres listos, intelectuales y ambiciosos". Se hace referencia a él como la conciencia de la sociedad de Petersburgo. El último círculo es el mundo de la alta sociedad - bailes, vestidos de noche y la elite de moda. Este destellante grupo es liderado por la princesa Betsy Tverskaya. Cada círculo, nos dice Tolstói, se superpone en cierta medida.
"La gran sociedad de San Petersburgo es, en rigor, un círculo en el que todos se conocen y se visitan mutuamente" Segunda Parte, Capítulo 4, pág. 135
Queda claro desde el principio que la princesa está diseñada para ser un personaje fingido. Ella es una persona superficial y muy dada al chisme. Ella y los de su círculo empiezan a hablar de Ana y Vronsky. La princesa dice, todo el mundo sabe que Ana y el conde tienen sentimientos el uno por el otro.
Seguimiento del Tema: La Ciudad vs. el Campo 4
Más tarde en la noche, Ana y Vronsky llegan a la casa de Betsy, aunque por separado.
"Se escucharon pasos en la puerta, y la princesa Betsy, a sabiendas de que era Madame Karenina, miró a Vronsky. El estaba mirando hacia la puerta, y su rostro tenía una extraña nueva expresión. Gozosa, intensa, y al mismo tiempo tímida, él miraba hacia la persona que se aproximaba, y lentamente se levantó". Segunda Parte, Capítulo 7, pág. 146
Karenin nota que su esposa pasa mucho tiempo conversando con el conde, y él no tiene problema con ello en un inicio. Sin embargo, ello empieza a cambiar cuando todos en la fiesta empiezan a difundir chismes y rumores sobre Ana y Vronsky. Karenin siente que tiene algún tema que arreglar con su esposa:
"A Alexey Alexandorivich no le pareció sorprendente o incorrecto el hecho de que su esposa estuviera sentada con Vronsky en una mesa separada, en una animada conversación con él sobre algún tema. Sin embargo, notó que para el resto de los presentes en la fiesta esto parecía tratarse de algo sorprendente e impropio. Pensó que debía hablar de ello con su esposa" Segunda Parte, Capítulo 8, pág. 151
Karenin sabe que necesita conversar con Ana sobre la idea de una relación extramatrimonial. Él regresa temprano de la fiesta a su casa para reflexionar sobre el asunto. Decide que no se encuentra celoso, pero sí molesto principalmente por lo que todo el mundo anda diciendo. Después de todo, Karenin ha sido el marido perfecto, o así lo cree él. ¿Cómo podría Ana realmente amar a alguien más? Ella no podría, concluye él para sus adentros. Por lo que él idea una forma razonable, y racional de transmitirle su preocupación a Ana. Él tiene dos puntos principales sobre los que desea hacer hincapié: en primer lugar, la importancia de la opinión pública, y en segundo lugar, las obligaciones religiosas de un matrimonio. Si esas dos técnicas no funcionan, mencionará el daño potencial que un amorío le causaría a su hijo, y también a la misma Ana.
La conversación no va por buen camino. Ana miente y pretende que no está sucediendo nada. Karenin está abiertamente nervioso, apretando sus nudillos. Por dentro, sin embargo, Ana está llena de frustración y enojo. Para ella, Karenin no sabe la más mínima cosa sobre el amor. Ella empieza a olvidar su culpabilidad, y por el contrario empieza a culpar a Karenin internamente por su intento fallido de amarla. Karenin se da por vencido, consciente ahora de que no hay nada que realmente pueda hacer para salvar su matrimonio.
En el capítulo 10, Ana y Vronsky consuman su amor, después de un año de cortejo y coqueteo. Sin embargo, Ana tiene una extraña reacción: ella cae a los pies de Vronsky y pide perdón. Ella es otra vez consumida por su culpa. En este punto, Ana y Vronsky se dan cuenta de que han comenzado un nuevo capítulo en su relación, y ahora ninguno está muy seguro de cómo enfrentar el que se percaten de esta relación extramarital.