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¿Qué lugar tiene el tono moderado en la carta? ¿Qué revela sobre su objetivo, y qué efecto tiene?
Teniendo en cuenta su contexto de escritura, la “Carta desde la cárcel de Birmingham” tiene un tono notablemente moderado. A lo largo de su carrera, muchos críticos del Dr. King han argumentado que este era demasiado deferente con las autoridades blancas que facilitaban la segregación y otras políticas racistas, pero este tono, al menos aquí, parece tener varios propósitos.
Primero, se ajusta a su propósito último de justificar su causa en nombre de la justicia: el reverendo no desea validar los temores profundamente arraigados de su audiencia, esto es, que el movimiento negro está compuesto por un conjunto irracional y violento de extremistas. Por lo tanto, al mostrarse paciente y moderado, sobre todo a principio de la carta, se gana un oído comprensivo al que solo después le declarará su adscripción al extremismo y su intención de provocar tensión en la sociedad para presionar y lograr una negociación.
Por otro lado, la moderación que caracteriza el discurso del Dr. King es coherente con su concepción de la humanidad como un todo interconectado. Si bien, por momentos, el reverendo se distingue a sí mismo y a su causa de sus oponentes, particularmente en términos de raza, lo cierto es que pone particular énfasis en que cada uno es responsable no solo de sí mismo y de los suyos, sino de todos los demás. En este sentido, evitar un tono confrontativo y apelar, en cambio, a uno moderado, apoya esta idea y ayuda al objetivo de acercar sus ideas a la de sus oponentes.
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¿Por qué el Dr. King se opone a una postura moderada frente a las injusticias de la segregación racial?
En el argumento del Dr. King, la moderación supone un silencio cómplice con las injusticias de su presente: no solo promover o justificar la segregación suponen avalarla; permanecer en silencio frente a ella ofrece a la estructura blanca de poder el campo de acción que necesita para sostenerla impunemente.
El reverendo no solo se opone a la postura moderada por los principios que esta supone, sino que apela a la historia para demostrar que la moderación solo ayuda a sostener el statu quo: recuerda a sus lectores que los opresores nunca han cedido voluntariamente a sus privilegios, y que es necesario provocar cierta tensión para abrir negociaciones que puedan modificar el estado de las cosas para mejor.
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¿A quién está dirigida la "Carta desde la cárcel de Birmingham"?
Aunque a primera vista, y de forma explícita, la “Carta desde la cárcel de Birmingham” está destinada a los clérigos de esa ciudad que habían publicado una carta abierta criticando las acciones del Dr. King y la SCLC, a medida que avanzamos en la lectura de la misma, notamos que la audiencia que el Dr. King proyecta es bastante más amplia.
En base a los argumentos que esgrime y a los ejemplos que utiliza, es posible asumir que la audiencia que él pretende que sea afectada por esta carta consiste en aquellos blancos que no están necesariamente de acuerdo con la segregación, pero la acatan en silencio en nombre de la legalidad y/o la moderación. El Dr. King asume que su audiencia comparte los valores morales de la tradición judeocristiana, así como los del liberalismo democrático, y es a estos valores a los que apelará, principalmente, para defender su postura.
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¿Qué significa que la carta está divida en una sección "diplomática" y otra "profética"? ¿En qué se distinguen estas dos partes?
Jonathan Rieder distingue en la "Carta desde la cárcel de Birmingham" dos partes: la primera se caracteriza por un tono particularmente moderado, legalista y desafectado, construyendo así un orador "diplomático" que trata de mostrar sus puntos paciente y educadamente. Este tono colabora con el objetivo de que su audiencia se predisponga a prestarle atención y, en el mejor de los casos, acuerde con él en ciertos puntos básicos.
Sin embargo, a medida que avanzan los argumentos, el tono del Dr. King se vuelve más abiertamente asertivo, confrontativo y hasta provocador, hasta que, hacia el final de la carta, nos encontramos con un orador "profético" que anuncia con certeza el triunfo de su causa, dejando en claro que, aunque lo apreciaría, no necesita el apoyo de la audiencia a la que se dirige. Por el contrario, parece sugerir que le presten ese apoyo para tener que arrepentirse, luego, por su cobardía y pecaminosidad.
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Explica la diferencia entre leyes injustas e injustas. ¿Por qué es importante que el Dr. King haga esa distinción?
Martin Luther King Jr. especifica una serie de diferencias entre leyes justas e injustas. Por ejemplo, afirma que una ley justa es impuesta a una minoría por una mayoría dispuesta a cumplirla, mientras que una ley injusta también es una imposición que va de una mayoría a una minoría, pero en este caso esa mayoría no pretende cumplir esa ley. En el primer caso, dice King, se trata de la equidad hecha ley, mientras el segundo supone una diferenciación hecha ley.
No obstante, quizás la distinción más relevante que propone el reverendo es que las leyes justas son aquellas que defienden la dignidad humana, mientras que las leyes injustas la degradan. Esta definición es de vital importancia para su argumentación porque sirve para ilustrar su punto general: que las leyes no están separadas de la moral, sino que deben reflejarla. Asumiendo que su audiencia acepta la virtud de la moral (y más específicamente, de la moral judeocristiana), el Dr. King arguye que las leyes injustas degradan a todos los hombres, tanto a los oprimidos como a los opresores. La conclusión necesaria de este argumento es, así, que un hombre moral no puede simplemente acatar esas leyes porque forman parte de la Ley. De este modo, el Dr. King sienta las bases para que su carta erija un llamado a la acción individual y constituya una defensa de quienes se levantan y se sacrifican en nombre de la libertad y la justicia.