La violencia racista
La "Carta desde la cárcel de Birmingham" da por conocidas las circunstancias que han promovido la carta abierta de los clérigos a la que responde: no se detiene a describir el estado de la cuestión y se lanza inmediatamente a la argumentación, por lo que son pocas las imágenes en el texto.
No obstante, a lo largo de la carta, el Dr. King ofrece una serie de imágenes, sobre todo visuales, para describir la violencia racista que su comunidad ha sufrido a lo largo de los años, en pos de apoyar sus argumentos en favor de las protestas. Por ejemplo, afirma:
Pero cuando has visto a turbas enfurecidas linchar a tus madres y a tus padres a voluntad y ahogar a tus hermanos y hermanas a su antojo; cuando has visto a policías llenos de odio insultar, golpear e incluso matar a tus hermanos y hermanas negros (...); cuando atraviesas en tu coche el país y te ves obligado a dormir noche tras noche en los incómodos rincones de tu automóvil, porque ningún motel te aceptaría; cuando experimentas, un día sí y el otro también, la humillación de ver esos ubicuos carteles que dicen “Blancos” y “Negros”; cuando tu nombre de pila pasa a ser “Negro”, tu primer apellido “Chico” (independientemente de la edad que tengas) y tu segundo apellido “Eh, tú” (...) … entonces entiendes por qué nos resulta difícil esperar.
También describe las "cárceles mugrientas y llenas de chinches" en las que los aprisionan, así como "el trato detestable e inhumano que se depara a los negros aquí, en la cárcel municipal", y también denuncia que puede verse a los policías "empujar e insultar a ancianas y niñas negras" y "abofetear y patear a los jóvenes y a los adultos negros".