Carta desde la cárcel de Birmingham

Carta desde la cárcel de Birmingham Temas

La raza

Parece obvio decir que “Carta desde la cárcel de Birmingham” se ocupa del tema de la raza, pero su tratamiento de la segregación es ciertamente multifacético y fascinante. El Dr. King no solo da por hecho que todas las personas son iguales, independientemente de su pertenencia étnica, sino que predica la conexión entre todos los humanos, y no solo entre la gente de color. En vez de concentrar sus argumentos en el ataque a los segregacionistas, los enmarca en torno a un impulso por la justicia universal. Esto está relacionado con que el texto no está escrito para inspirar a una audiencia negra, sino para reprender y convencer a una audiencia blanca.

Sin embargo, en el texto subyace también una declaración del poder de los negros, de quienes el Dr. King recuerda que soportaron y sobrevivieron a la esclavitud, y que algún día serán reconocidos como los verdaderos héroes de la época.

La justicia y la injusticia

Aunque la “Carta desde la cárcel de Birmingham” está implícitamente preocupada por la justicia en todo momento, el Dr. King también aborda la cuestión de forma directa en varios puntos. En efecto, postula que la justicia defiende la dignidad del espíritu humano, mientras que la injusticia actúa en su contra. Al discutir este concepto en términos generales, filosóficos si se quiere, establece criterios para atacar tanto la segregación como el silencio que la habilita. En relación con esto último, sugiere en última instancia que el hombre que ve la injusticia y no hace nada para detenerla también está actuando injustamente.

Siguiendo esta idea, King argumenta que las leyes deben estar imbuidas de un sentido moral para ser justas, de lo que deduce que hay leyes justas y leyes injustas. Así, él justifica defender ciertas leyes mientras llama a no respetar otras. En otras palabras, la ley y la moral no pueden verse como áreas separadas. Es significativo que el Dr. King enmarque su argumento en estos valores universales, en lugar de limitarse a debatir los sucesos de su presente, ya que hace así logra que sus afirmaciones cobren un sentido atemporal y sean más difíciles de cuestionar.

El extremismo y la moderación

El contexto de la “Carta desde la cárcel de Birmingham” son las protestas que la SCLC estaba liderando en Birmingham, lo que llevó a un grupo de clérigos a pontificar sobre los peligros del extremismo. El Dr. King amplía este contexto para sugerir que el consenso general -que asume que la moderación es preferible al extremismo- está equivocado. La moderación, argumenta, muchas veces permite que florezca la injusticia, mientras personas bienintencionadas se consuelan con la suposición de que solo hay que tener paciencia, pues con el tiempo se resolverán los males de la sociedad.

La única manera de promulgar verdaderamente el cambio y ayudar a la humanidad a trascender sus limitaciones es, afirma King, abrazar el extremismo. No obstante, el activista no asocia el extremismo con la violencia: de hecho, destaca que las actividades de la SCLC son explícitamente no violentas. Él destaca que los cambios para bien vendrán de la mano de un extremismo creativo -y no destructivo-, es decir, de la oposición de hecho a las injusticias y la búsqueda activa de una transformación social. En otras palabras, la carta es un argumento a favor de tomar acción y en contra de esconderse detrás del cómodo lugar común de la moderación.

La religión organizada

Martin Luther King Jr. no limita su argumento a las virtudes abstractas de la moral, sino que también aborda las responsabilidades de la religión organizada, especialmente en el caso de la Iglesia cristiana. Como ministro cristiano, el Dr. King es en general respetuoso y optimista sobre el potencial de la Iglesia, pero no se priva de reprender directamente a los clérigos por permitir que sus organizaciones comprometan la verdadera misión del espíritu cristiano. Al contrastarlos con los que él denomina cristianos primitivos, que se arriesgaron a la persecución y la muerte en defensa de la justicia, argumenta que la Iglesia contemporánea, especialmente en el sur de Estados Unidos, corre el riesgo de volverse irrelevante si busca proteger el statu quo en lugar de desafiar a sus fieles a trascender sus debilidades para engendrar un mundo mejor. Su argumento se vuelve bastante pesimista y advierte que un día la Iglesia será juzgada con dureza si no actúa en favor de la justicia. Teniendo en cuenta su ataque anterior a los grupos, que, insiste, tienden ser menos morales que los individuos, el argumento implícito parece ser que la Iglesia ha optado por apoyar una mentalidad grupal que tolera las injusticias en lugar de mover a las personas a enfrentar sus fallas y cambiar.

La desobediencia civil

Para muchos, la discusión y la defensa de la desobediencia civil del Dr. King es uno de los atributos más perdurables de la carta. En última instancia, presenta un modelo de desobediencia civil estrechamente alineado tanto con el de Thoreau como con el de Gandhi. Primero, en su filosofía está la idea de que el individuo no solo tiene el derecho sino también la responsabilidad de desafiar las leyes injustas. Usando su definición de una ley injusta -una que degrada la dignidad humana-, Martin Luther King Jr. explica cómo la SCLC ha actuado responsablemente en pos de exhibir las deficiencias de la segregación. No obstante, al mismo tiempo, presta la misma atención a la parte "civil" de la ecuación, insistiendo en que las leyes injustas deben ser quebrantadas de manera no violenta y "amorosa". Al hacerlo, se debe estar dispuesto a cumplir su castigo por la transgresión, y así mostrar amor y respeto por la ley en general. Al final, el tratado del Dr. King sobre la desobediencia civil se ajusta a su última esperanza: que la acción individual pueda inspirar y cambiar a las personas en la búsqueda de un mundo libre de odio.

La comunidad humana

La moderación que muestra el Dr. King a lo largo de la “Carta desde la cárcel de Birmingham” -utilizando tantas apelaciones al logos como al pathos: abstenerse de hacer distinciones entre razas; justificar su extremismo en términos filosóficos- no es solo una herramienta efectiva para convencer a su audiencia. También es el reflejo de su creencia optimista de que todos los hombres están conectados. Al principio lo afirma explícitamente, argumentando que "Cualquier cosa que afecte a una persona de manera directa, afecta indirectamente a todos". Al denunciar la influencia perniciosa que los grupos tienen sobre los individuos, sugiere que la armonía podría surgir si aceptamos nuestro lugar, no en grupos limitados (sureños versus los habitantes del norte, negros versus blancos), sino en la comunidad humana universal.

La acción individual

Podría leerse el argumento del Dr. King como un llamado a la acción individual. En un punto de la carta, argumenta que “el tiempo es, en sí mismo, neutral”. Quiere decir con esto que el tiempo no cambia por sí solo el estado de las cosas, sino que son los individuos quienes deben tomar medidas para transformar el mundo. Todo el texto está impregnado de una comprensión de la historia que requiere que hombres y mujeres dejen sus huellas, ya que el tiempo por sí solo no resuelve nada. En el mismo sentido, King entiende la perniciosa historia de la esclavitud como evidencia de la determinación interna de las personas de color, lo que demuestra que puede interpretar el pasado como quiera. Asimismo, mira hacia el futuro como un tiempo que considerará a los negros como los verdaderos héroes de la década de 1960, porque se han movilizado por la justicia. Como contracara de este tono celebratorio, King advierte sobre aquellos que solo muestran paciencia y moderación frente a las injusticias, convirtiéndose en cómplices de las mismas. Ellos, sugiere, serán olvidados; solo aquellos lo suficientemente fuertes como para forzar el cambio prevalecerán a largo plazo.

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