El Decamerón está ambientado en 1348, cuando la peste negra asolaba la ciudad de Florencia. Mientras el caos reina en las calles y toda amistad o parentesco se rompe por el miedo a la epidemia, siete jóvenes señoras se reúnen en la iglesia de Santa María Novella para rezar e intentar encontrar alguna forma de afrontar la situación. La mayor del grupo, Pampinea, sugiere abandonar la ciudad y evitar así la triste visión de las muertes, el riesgo de contagio y la falta de autoridad que con el tiempo había debilitado todos los controles sociales y morales.
Como no creen conveniente realizar esto sin compañía masculina, las mujeres suman a tres jóvenes conocidos suyos que llegan a la iglesia. El grupo recién formado abandona la ciudad y sus horrores y llegan a la villa campestre de uno de ellos. En este lugar ideal, representado con todas las características del locus amoenus, se dedican a contar cuentos para ocupar los momentos más calurosos de la tarde.
Las reglas son sencillas: cada día habrá un rey o una reina que se encargará de elegir el tema de las historias, y que dispondrá de todo lo necesario para el disfrute de la jornada. Por lo tanto, durante dos semanas (excepto viernes y sábados, dedicados a los ritos religiosos), cada joven relatará un cuento por día sobre el tema elegido. Este marco le permite a Boccaccio contar, a través de sus personajes, un total de cien cuentos sobre temas como la fortuna, el amor y la religión, pero también sobre bromas y engaños.
En esta guía, recuperamos algunos de los cuentos más representativos y conocidos del Decamerón. También analizamos algunas instancias en las que aparece la voz autoral en primera persona, como el proemio, las introducciones a la Primera Jornada y a la Cuarta Jornada, y la conclusión final, donde Boccaccio deja en claro las motivaciones y las premisas de su obra.
El primer cuento o “novela” de la Primera Jornada es el del malvado Micer Ciappelleto, un hombre que engaña a un fraile con una confesión en el lecho de muerte que lo hace ver a los ojos del clérigo como el hombre más virtuoso del mundo, por lo que termina siendo santificado. El siguiente relato de esta selección es el primer cuento de la Tercera Jornada, en el que Masetto, un joven labrador, finge ser sordomudo para trabajar en un monasterio, donde termina teniendo relaciones sexuales con todas las monjas, incluida la abadesa.
Otro cuento destacado es el de Tancredo, príncipe de Salerno, y su hija Ghismonda, a quien descubre teniendo relaciones extramaritales con Guiscardo, un joven de baja condición del que está enamorada. Tancredo manda a matar a Guiscardo, por lo que Ghismonda, que recibe su corazón en una copa de oro, se envenena para acompañarlo en la muerte. El último relato de esta selección es el último de toda la obra, el décimo de la Décima Jornada. Se trata de la historia de Gualtieri, el marqués de Sanluzzo, que toma por esposa a Griselda, una campesina virtuosa. Gualtieri somete a su mujer a una prueba cruel para probar su paciencia, fingiendo que mata a sus dos hijos y que obtiene el permiso del papa para desposarse de ella y casarse con otra. Griselda soporta todo esto mostrándose digna esposa del marqués, que al final le revela que con quien decía que se iba a casar era en verdad la hija de ambos, y así la restituye a su posición de esposa y marquesa.
Finalizadas todas las jornadas de cuentos, el grupo acaba regresando a Florencia, despidiéndose en la misma iglesia en la que se habían encontrado.