El cuento de la criada (1985) en una novela distópica escrita por Margaret Atwood en la que nos describe el nuevo y extraño país de Gilead. Formado sobre lo que una vez fueran los Estados Unidos de América, Gilead surge a raíz de un golpe militar que atenta contra el presidente y los miembros del Congreso, suspende la Constitución e impone una teocracia cristiana en lugar de un gobierno democrático. Desesperado por hacer frente a la disminución de la tasa de natalidad debido a la contaminación, el envenenamiento químico y la disminución de la fertilidad, el gobierno de Gilead engendra a las Criadas: mujeres con ovarios excepcionalmente fértiles que son ubicadas en hogares de funcionarios de alto rango cuyas esposas no pueden tener hijos. Al igual que las esclavas de Raquel y Lía el Antiguo Testamento, se espera que estas Criadas gesten los hijos de los Comandantes en lugar de sus esposas. Atrapada en un mundo de vigilancia constante, regulación estricta y castigo extremo, Defred, la protagonista de la novela, intenta sobrevivir el día a día mientras se aferra a la esperanza de algún día reunirse con su esposo y su hija.
Atwood define el género de El cuento de la criada como "ficción especulativa", aunque la novela realmente posee muchas de las características de la ciencia ficción. Los lectores deben asimilar vocabulario nuevo, como "Nacimóvil" y "Exhibirrezo"; hay categorías y participantes reconocibles, pero en una nueva organización de poder; el nuevo mundo intenta alterar las relaciones de la sociedad, pero inevitablemente estas resurgen de manera similar. A pesar de estos elementos fantásticos, Atwood enfatiza que trató de limitar las ideas y prácticas en El cuento de la criada a las que hayan ocurrido en algún lugar del mundo en algún momento. Por ejemplo, usó varios elementos de la vida cotidiana en Massachusetts durante el puritanismo. Atwood señala que los puritanos tenían un gobierno teocrático que era altamente intolerante a las divisiones. Además, se ven similitudes entre los trajes de las Criadas y la vestimenta tradicional de las mujeres musulmanas en el Medio Oriente. La poligamia ha sido practicada por numerosas culturas en todo el mundo, y se encuentra predominantemente en aquellas con grandes disparidades entre las clases altas y bajas. En la mayoría de estas culturas, la primera esposa tiene un tremendo poder sobre las otras, a menudo hasta el punto en que se le permite tomar a los hijos de las demás y criarlos como suyos. Las dictaduras militares, por su parte, se han caracterizado a menudo por la vigilancia constante, las purgas y reorganizaciones del gobierno. Atwood ha declarado en varias entrevistas que esta novela fue una respuesta a muchas ideas actualmente en boga en la sociedad, y simplemente estaba llevando esas ideas a lo que le parecían sus últimas consecuencias.
Una de las ideas que claramente juega un papel crucial en El cuento de la criada es la importancia de comprender y respetar el medio ambiente. En el mundo de Atwood, los productos químicos, la contaminación y las guerras han hecho que gran parte del país sea completamente inhabitable. No solo la Tierra misma ha sido destruida, sino que los seres humanos han sido tan dañados por los productos químicos introducidos en el aire y el agua que solo uno de cada cuatro bebés nace lo suficientemente sano como para sobrevivir incluso por un corto tiempo. Aunque Gilead todavía posee las características básicas de la industrialización (luces eléctricas, inodoros, automóviles, etc.), estas se han convertido en lujos. Todos están privados de ciertos alimentos que damos por sentado, como frutas y verduras frescas, pescado y carne. Atwood ilustra de forma clara y razonablemente realista cómo será la vida en el futuro si las personas continúan ignorando el daño cada vez más permanente que se está haciendo al medio ambiente.
Otro de los temas importantes de la novela, y uno que se repite en muchas de las novelas de Atwood, es el desarrollo de las relaciones entre mujeres. Aunque la protagonista, Defred, carece de la libertad de formar activamente nuevas relaciones y le resulta doloroso pasar demasiado tiempo recordando sus vínculos pasados, las relaciones con su madre, Moira, Deglen y Serena Joy se revelan lentamente a lo largo de la novela. Lo que Defred finalmente le muestra al lector es su forma de comprenderse a sí misma a través de sus observaciones de las mujeres que la rodean. Por ejemplo, Defred no puede pensar en su relación con el Comandante sin pensar en Serena Joy. Son un triángulo no solo por la naturaleza extraña de su unión sexual impuesta, sino también por la conciencia de Defred de las similitudes y conexiones innatas entre ellas.
Tras su publicación, El cuento de la criada fue considerada inmediatamente una novela trascendental, en gran parte debido al punto de vista claro y preciso de Atwood. Lejos de tratarse de una historia destinada al entretenimiento, El cuento de la criada es un examen mordaz de las relaciones de género, el daño ecológico, los peligros de mezclar religión y gobierno y la importancia de la libertad de expresión para conservar el sentido de identidad. Aunque algunos elementos de la novela han comenzado a sentirse anticuados, la historia de una persona común que intenta sobrevivir una dictadura sigue siendo relevante para la sociedad estadounidense y para la comunidad global en su conjunto.
Actualmente, la popularidad de la novela es aún mayor gracias al estreno, en 2017, de una adaptación televisiva que ya cuenta con tres temporadas y ha recibido numerosos premios y críticas favorables. A raíz de esta nueva fama, Margaret Atwood publica en 2019 Los testamentos, la segunda parte de la novela, que narra la historia de tres mujeres quince años después de los sucesos acontecidos en El cuento de la criada.