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A lo largo de El cuento de la criada, Defred considera los múltiples significados y connotaciones de palabras específicas. ¿Qué transmite esta obsesión por las palabras sobre el carácter o la situación de Defred?
Bajo el régimen de Gilead, las mujeres tienen prohibido leer, al punto de que los nombres de las tiendas son reemplazados por símbolos. Se le da un enorme poder a las palabras y estas, así, adquieren el atractivo de lo prohibido.
Es en este contexto en el que Defred juega con las palabras como una forma de rebeldía, ya que no se supone que sea propio de una mujer el cultivar su intelecto. Sin embargo, no parece atreverse a escribir, como sí lo hizo hecho la Criada anterior a ella. Defred no se siente segura en su cuerpo, pues este ha dejado de pertenecerle, y es por eso que todas sus interacciones con las palabras pasan únicamente en su cabeza. Asimismo, sus pensamientos demuestran su ferviente deseo de mantener la cordura; estos ejercicios mentales también la ayudan en su lucha por no permitir que sus capacidades mentales disminuyan en una sociedad que se esfuerza por lograr todo lo contrario.
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¿Qué papel juega Moira en la novela? ¿Cómo cambia a medida que la historia progresa?
A lo largo de la novela, Moira se puede interpretar como un símbolo de esperanza para Defred, tanto mientras están juntas en el Centro de Reeducación como cuando están separadas, ya que una de las cosas que mantienen viva a Defred son sus pensamientos sobre ella. Una vez que se reencuentran y Defred ve el estado en el que se encuentra su amiga en el Jezabel, su fuente de esperanza se transforma en un trago amargo.
Podemos ver el impacto que genera Moira en Defred cuando la protagonista nos cuenta de su llegada al Centro Rojo con alegría, y vemos cómo cambia su disposición una vez que ella está allí. Defred reconoce que el hecho de que Moira esté allí "la hace sentir segura". Cuando Moira intenta escapar y falla, la fe de Defred flaquea, pero ante su segundo intento de escape, esta vez exitoso, Moira vuelve a ser un símbolo de esperanza.
Una vez que Defred se convierte en Criada, Moira sigue en sus pensamientos como fuente de inspiración. Es por esto que reencontrarse con ella en el Jezabel es para Defred como un baldazo de agua fría: en lugar de la fuerte y valiente Moira a la que Defred admiraba, encuentra a una persona a quien la sociedad ha destruido. A partir de entonces, Defred pierde toda esperanza: "¿Cómo puedo pretender que lo logre, que aún responda a mi idea de ella como una persona valiente, que sobreviva, si yo misma soy incapaz de hacerlo?" (pp.340-341).
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El Cuento de la criada se desarrolla en Cambridge, Massachusetts, y la mayoría de los edificios y puntos de referencia mencionados en la novela son partes de la Universidad de Harvard. ¿Por qué Atwood podría haber elegido una importante universidad como sede de este nuevo régimen?
A lo largo de la novela, son numerosas las instancias en la que Atwood hace uso de la ironía para resaltar las contradicciones del régimen de Gilead: los temidos soldados son llamados "ángeles"; las Criadas, cuya unica función es procrear, son vestidas como monjas; los "Salvamentos" son en realidad ejecuciones.
Es en esta línea que la Universidad de Harvard, una de las más importantes del mundo; símbolo de educación, progreso y librepensamiento; un lugar para cultivar aspectos positivos como la curiosidad, el aprendizaje y el descubrimiento, se transforma en un lugar de muerte. Con este contraste tan marcado, la autora nos muestra cuánto ha cambiado la sociedad. Además, el hecho de usar como referencia un edificio emblemático en el mundo actual, interpela al lector a preguntarse si un cambio así es posible en nuestra sociedad, y si realmente estamos valorando lo que tenemos, porque el estado de cosas puede cambiar de un momento a otro.
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¿Por qué el hotel donde vive Moira se conoce como "el Jezabel"? ¿Cómo encaja este nombre con la tendencia de Gilead de colocar la responsabilidad principal en las mujeres por cualquier problema sexual o desviación?
El establecimiento donde vive Moira, un hotel devenido en prostíbulo, es conocido como "el Jezabel" en referencia a una reina de Israel del mismo nombre mencionada en la Biblia. Esta reina era conocida por sus costumbres libertinas, y el Cristianismo asocia su nombre a la promiscuidad y a las mujeres caídas en desgracia. Tiene sentido entonces que su nombre sea usado en un prostíbulo formado por mujeres que, por diversos motivos, no encajan en la sociedad gileadiana, pero tienen la posibilidad de optar por prostituirse a cambio de no ser enviadas a las Colonias.
Así, este nombre encaja con la tendencia de Gilead de colocar la responsabilidad principal en las mujeres por cualquier problema sexual o desviación, ya que al catalogar a las mujeres del prostíbulo como "jezabeles" se refuerza el discurso de que realmente son promiscuas, y no mujeres luchando por su autopreservación ante la alternativa de realizar trabajos forzados en lugares altamente tóxicos. Se sugiere así que son las mujeres las que deciden prostituirse, mientras que está en la naturaleza de los hombres buscar diversas acompañantes sexuales, por lo que no deben ser castigados por frecuentar establecimientos como el Jezabel.
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¿Qué añade la sección "Notas históricas" a El cuento de la criada?
Primero, la sección "Notas históricas", que actúa como marco para la novela junto con el epígrafe, aporta una distancia adicional entre el lector de la historia y su narradora, Defred. A pesar de que los lectores nunca descubrimos el nombre real de Defred, estamos al tanto de sus pensamientos, miedos, esperanzas y arrepentimientos más íntimos. Este intercambio crea una sensación de intimidad entre ella y el lector. Con la adición de "Notas históricas", los lectores perdemos esta cercanía.
En segundo lugar, la sección aclara y explica con más detalle ciertos aspectos de Gilead que no están claros en la narración. Sin embargo, al hacerlo, sitúa a sus ciudadanos y su sufrimiento en un pasado lejano. Ofrece un análisis sin emociones para que los lectores pensemos más fríamente sobre los acontecimientos. Por ejemplo, ofrece un análisis de la Particicución, explicando que el violador acusado es usado como chivo expiatorio para permitir a las Criadas descargar el dolor que tienen que suprimir en cualquier otro momento. En contraste, la descripción de Defred enfatiza la brutalidad y la sed de sangre.
De esta manera, la sección se convierte en un comentario sobre la naturaleza del estudio de la historia y el relativismo moral: el análisis de las causas y los efectos de los acontecimientos históricos les despoja de su humanidad.
Finalmente, la sección da un posible final esperanzador para Defred. Al final de la narración, los lectores no estamos seguros de cuál ha sido su destino: ¿la furgoneta que la recogió era de Los Ojos o de Mayday?. Con la adición de "Notas históricas", los lectores nos enteramos de que ella ha sido capaz de grabar su historia. Esto implica que obtuvo los medios para realizar una grabación clandestina, lo cual hubiera sido prácticamente imposible sin la ayuda del Tren Metropolitano de Mujeres. Por lo tanto, podemos deducir que la furgoneta era su salvación y que, al menos por un tiempo, logró ponerse fuera del alcance de Los Ojos, y hasta es posible que hubiera podido escapar con éxito.