El cuento de la criada Elementos Literarios

Novela de ficción especulativa

Gilead, un país fundado sobre lo que fuera Estados Unidos, en un futuro no muy distante.

Narrador protagonista. La narradora, Defred, es una Criada en el país de Gilead.

El tono de la novela es desconcertante, ya quel lector debe hacer un esfuerzo activo por extraer información sobre cómo es el mundo de Gilead, a la vez que opresivo y angustiante.

La protagonista es Defred, la narradora, y el antagonista es el régimen opresor de Gilead en general, y Serena Joy en particular.

Una mujer, Defred, busca reencontrarse con su esposo y su hija tras ser separados por el nuevo régimen de Gilead.

El clímax de la novela tiene lugar cuando una furgoneta negra aparece en busca de Defred, no sabemos a ciencia cierta si para rescatarla o secuestrarla.

La novela presagia la relación íntima entre Defred y Nick desde su primer encuentro: "[Nick] se pone a silbar y me guiña un ojo.(...) Él ha corrido un riesgo, pero ¿para qué? (...). Quizá lo haya hecho para probar (...)¨ (Cap. 4, p.44).

Cuando el Comandante invita a Defred a su despacho, le dice: "Esto debe de parecerte extraño". Dado lo excepcional y riesgoso de la situación -una Criada nunca debería ver a un Comandante a solas-, Defred reconoce esta frase como "El eufemismo del año" (Cap. 23, p.198).

Para darle a la novela un sustento en la realidad, se hace alusión a numerosos hechos verídicos. En palabras de la autora: "'El cuento de la criada' se nutrió de muchas facetas distintas: ejecuciones grupales, leyes suntuarias, quema de libros, el programa Lebesborn de las SS (...). La lista es larga" (Introducción, p.18). Un ejemplo concreto de alusión es el traje de conejo de Moira en el Jezabel, que alude al traje utilizado por las conejitas Playboy. Asimismo, son frecuentes las alusiones bíblicas a lo largo de todo el relato.

Ver sección "Imágenes".

La paradoja principal en la novela es el trato que se le da a las Criadas: a pesar de detentar el poder definitivo en una sociedad en su mayor parte infértil, el de engendrar, son tratadas como escoria y vistas con desdén por el resto de la población.

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Hay una metonimia explícita en la relación entre Defred y Nick. Tras besarse, Defred se justifica: "Tú lo comprenderías, Luke, eres tú el que está aquí, en el cuerpo de otro" (Cap. 17, p.146).
Encontramos una sinécdoque en el Cap. 14, pp.123-124: "Que ella pierda el tiempo es culpa mía. No mía, sino de mi cuerpo, si es que existe alguna diferencia". Referirse a las mujeres solo por sus cuerpos es un elemento clave en el trato que les brinda la sociedad de Gilead.

"Mayday" se personifica para darle al lector la idea de que el movimiento es algo real, tangible: "[A Mayday] lo han exprimido, estrujado y escurrido de demasiados cuerpos, de demasiadas bocas" (Cap. 46, p.392).