El papel pintado amarillo

El papel pintado amarillo Ironía

"Es muy atento, muy cariñoso, y casi no me deja dar un paso sin intervenir" (Narradora, 7)

Desde el comienzo del relato, es posible percibir que la narradora debe ser estratégica a la hora de mostrar sus experiencias como queja y denuncia, precisamente porque las mujeres y las personas con problemas de salud mental son oprimidas e infantilizadas en su contexto social e histórico. Así, en las primeras páginas, ella repite la pregunta "¿Qué se le va a hacer?" (5, 6), dando a entender que, a pesar de estar en desacuerdo con su marido y con los médicos, no tiene el poder social suficiente como para contrariarlos.

En ese sentido, a lo largo del texto encontramos algunos comentarios que pueden ser leídos como irónicos, pero que son presentados con mucha sutileza para no que no resulten demasiado agresivos o desafiantes. Por ejemplo, la protagonista nos da a entender que John la controla, la vigila y la infantiliza, pero repite que es bueno, atento y cariñoso con ella. Es posible pensar que esta cita es irónica, ya que encerrarla y tratarla como si fuera una niña, en realidad, no son actitudes muy amorosas.

"Va tan bien como hacer gimnasia, en serio" (Narradora, 12)

Cuando la protagonista comienza a obsesionarse con el diseño del papel amarillo, cree que su estado de salud está mejorando. Así, asegura que pasar horas y horas cada día estudiando el patrón del empapelado es beneficioso para su salud, y compara esta actividad con el ejercicio físico. El tono de la narración en este punto es tan sutil que es posible interpretar el símil de manera literal, pero también puede pensárselo como ironía. Dado que la protagonista termina por perder la cordura al final del relato, las dos interpretaciones son posibles en simultáneo.