Genero
Novela corta.
Configuración y Contexto
Estados Unidos, fines del siglo XIX.
Narrador y Punto de Vista
La narradora es la protagonista de la historia y su voz relata los acontecimientos desde su propio punto de vista.
Tono y Estado de Ánimo
Deprimido, obsesivo, paranoico, delirante.
Protagonista y Antagonista
La protagonista es la narradora de la historia, una mujer que acaba de tener un bebé y sufre una depresión posparto. El antagonista es su marido, como representante del poder médico que, en la época, encierra a las mujeres en el espacio doméstico y limita sus posibilidades de desarrollo físico e intelectual.
Conflicto Principal
La protagonista atraviesa una depresión posparto y le indican un tratamiento de reposo absoluto. Así, se encuentra postrada en una cama, y esto hace que su salud mental empeore cada vez más, hasta perder la cordura. En ese proceso, la mujer se obsesiona con los dibujos del empapelado amarillo que recubre las paredes de su habitación.
Climax
El clímax se produce hacia el final de la narración, cuando la protagonista cree haberse convertido, ella misma, en la mujer que ve encerrada detrás del papel amarillo.
Presagio
Cuando la protagonista comienza a obsesionarse con el papel amarillo, uno de los primeros efectos que nota es que "el dibujo se dobla como un cuello roto, y te miran dos ojos saltones puestos al revés" (10), lo que anticipa las figuras de múltiples mujeres sin cabeza intentando escapar que verá la narradora más adelante, ya sumida en la locura.
Atenuación
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Alusiones
La narración alude al Dr. Weir Mitchell, un médico que realmente trabaja en los trastornos psicológicos de las mujeres a fines del siglo XIX y promueve el tratamiento del reposo absoluto. En efecto, este médico atiende a la autora del texto, Charlotte Perkins, cuando ella misma padece una depresión posparto semejante a la de la protagonista de esta ficción.
Imágenes
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Paradoja
El tratamiento de reposo absoluto que tiene por objeto mejorar la salud mental de la protagonista, en realidad la empeora, y esta acaba por perder totalmente la cordura.
Paralelismo
El relato ofrece un paralelismo entre la protagonista y la mujer que ve encerrada tras el papel amarillo. Ambas están aprisionadas, entre rejas, y no pueden moverse ni expresarse con libertad.
Metonimia y Sinecdoque
N/A
Personificación
Cuando la protagonista comienza a obsesionarse con el papel amarillo, lo describe incluyendo personificaciones. Por ejemplo, afirma: "¡Me da la impresión de que este papel «sabe» la mala influencia que tiene!" (10), y "Hay una zona recurrente donde el dibujo se dobla como un cuello roto, y te miran dos ojos saltones puestos al revés" (10). A pesar de tratarse de un objeto inanimado, la narradora lo presenta personificado (el papel "sabe"; su dibujo "la mira"), resaltando la importancia del empapelado como elemento narrativo, y transmitiendo a los lectores la peligrosidad que este implica para la mujer.
