"Cuanta más conciencia tenía del bien y de todo «lo bello y lo sublime», más profundo me hundía en mi fango y más capaz era de empantanarme del todo en él" (7-8) (Metáfora)
Esta metáfora asocia los sentimientos de arrepentimiento y vergüenza propios de una mente inteligente, ilustrada y atravesada por una profunda consciencia con lo subterráneo que da título a la obra: la reflexión constante y obsesiva, y la inacción que esta conlleva se asocia a la acción de hundirse en el propio lodo
"Tal señor se lanzará directamente al objetivo como un toro furioso, con los cuernos hacia abajo, y al que quizás solo un muro podría detener" (10) (Metáfora y símil)
El símil del hombre de acción como un toro que se lanza en una corrida y al que solo un muro podría detener aparece de forma recurrente para tomar un carácter simbólico. Hace referencia a este tipo de hombres que, limitados por su corta inteligencia, encuentran buenos fundamentos para actuar y se lanzan a ello. A lo sumo, afirma el hombre del subsuelo, pasarán a la inacción cuando se topen con un muro, es decir, con lo imposible.
“Es más, por esas malditas leyes de la conciencia mi maldad padece una descomposición química” (19) (Metáfora)
El hombre del subsuelo utiliza esta curiosa metáfora para indicar el modo en que su maldad pierde sentido ante la evidencia de que las personas actúan según las leyes de la naturaleza, por lo que es absurdo atribuirles a sus acciones un carácter moral. La utilización de una metáfora que alude a un proceso natural descrito científicamente para referirse a su maldad tiene un claro objetivo humorístico e irónico.
“Miren a su alrededor: la sangre corre a raudales, tan alegremente como si fuera champaña” (24) (Metáfora y símil)
Nuevamente, el hombre del subsuelo utiliza una metáfora para lograr un efecto humorístico e irónico: ante la idea de ciertos intelectuales de que la civilización suaviza a los hombres, el narrador recuerda una serie de sucesos violentos que tuvieron lugar durante el civilizado siglo XIX, y los introduce con este pasaje, que incluye la metáfora de la sangre corriendo y el símil que asocia la sangre (es decir, la violencia) con la champaña, símbolo del gusto refinado de la alta sociedad, o sea, de la expresión más acabada de la civilización.
"Se habían conducido conmigo como con una mosca" (52) (Símil)
Este símil da cuenta de cómo se siente el hombre del subsuelo cuando el oficial a quien le interrumpe accidentalmente el paso en una taberna se limita a tomarlo por los hombros y moverlo para seguir su camino. Mientras que el oficial pareciera no reparar ni en la presencia del narrador ni en su propio gesto, el hombre del subsuelo se obsesionará con esta actitud y perseguirá al hombre durante años, fantaseando con una venganza. El símil parece dar cuenta mucho más de la mirada que tiene el narrador de sí mismo que de aquella que tienen los otros sobre él.