Si una noche de invierno un viajero

Si una noche de invierno un viajero Resumen y Análisis Capítulos I-II

Resumen

Capítulo I

Calvino rompe las convenciones del género novela desde la primera frase de Si una noche de invierno un viajero, cuando dice: "Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero" (23). Esta narración en segunda persona continuará a lo largo de todo el libro. El narrador se dirige al lector con franqueza y alegría, dándole instrucciones sobre cómo leer el libro: "Adopta la postura más cómoda: sentado, tumbado, aovillado, acostado (...). En la hamaca, si tienes una hamaca" (23).

Después de cuatro párrafos de instrucciones detalladas sobre la mejor manera de organizarse mientras se lee, el narrador pasa de dirigirse a un lector no específico a hacer suposiciones sobre el Lector específico que está leyendo el libro en ese momento. Dice, por ejemplo, que el Lector es "alguien que por principio no espera ya nada de nada" (24). Luego va aún más lejos al decir que el Lector se enteró del nuevo libro de Calvino al leerlo en el periódico, y por eso fue a una librería a comprarlo. Luego presenta la escena del Lector entrando en la librería y pasando por una serie de libros que categoriza con humor en grupos como "Libros Demasiado Caros Que Podrías Esperar A Comprarlos Cuando Los Revendan" (25) y "Libros Que Todos Han Leído Conque Es Casi Como Si Los Hubieras Leído También Tú" (25). Finalmente, el Lector (a quien el narrador sigue tratando de "tú") encuentra Si una noche de invierno un viajero, lo compra y sale de la tienda, complacido particularmente por poseer un libro nuevo.

El narrador cambia de táctica nuevamente, pasando de hacer suposiciones absolutas sobre el Lector a hacer múltiples conjeturas sobre las cosas que este podría estar haciendo con el libro. Por ejemplo, plantea la hipótesis de que esté hojeando el nuevo libro en el autobús, desenvolviéndolo mientras conduce en un automóvil o mirándolo mientras está sentado en un escritorio en el trabajo. El narrador parece asentarse en la idea de que el Lector comienza a leer en el trabajo, aunque afirma que él no se compromete demasiado con la lectura hasta que se va a casa por la noche. Luego, el Lector se sienta en su habitación, mira la portada y la contraportada del libro, y finalmente lo abre para comenzar desde el principio. Eseguida se da cuenta de que el estilo del libro no es el estilo habitual del autor. Sin embargo, reflexiona que "se sabe que [Calvino] es un autor que cambia mucho de un libro a otro" (28). Acto seguido, el Lector prosigue pensando que es preferible leer un libro cuando el estilo y el contenido son un misterio.

Si una noche de invierno un viajero

La historia "Si una noche de invierno un viajero", que se emplaza dentro de la historia principal de la novela Si una noche de invierno un viajero, tiene lugar en un bar de una estación de tren. Al igual que la novela, esto que se presenta como un extracto de novela también presenta características metaliterarias. El narrador de esta historia a veces narra como en la ficción tradicional, describiendo las imágenes, los sonidos y las personas en la estación de tren; sin embargo, en otras ocasiones llama la atención sobre el acto mismo de leer. Por ejemplo, dice: "Yo soy el hombre que va y viene entre el bar y la cabina telefónica. O sea: ese hombre se llama «yo» y no sabes más de él, al igual que esta estación se llama solamente «estación» y al margen de ella no existe sino la señal sin respuesta de un teléfono..." (32).

Luego, el narrador revela que le habían encomendado ir a la estación de tren para intercambiar una maleta misteriosa con otra persona. Algo salió mal con el intercambio, dejándolo en posesión de la maleta y confundido sobre qué hacer a continuación. El último tren del día ya ha salido, por lo que está varado. Las otras personas en el bar son gente local que no para de hacer chistes con familiaridad. Discuten si una mujer propietaria de una tienda va a comprar un letrero de neón para colgarlo afuera. El narrador se siente atraído por la mujer; cuando la mira con detenimiento en el bar, nota que ella parece cansada. Los lugareños pasan a bromear sobre las rutinas de dos hombres, el doctor Marne y el comisario Gorin, y hacen apuestas sobre cuál llegará primero al bar.

En este punto, el narrador comienza a hablar con la mujer en el bar y descubre que ella es la exesposa del doctor Marne. Él sabe que está llamando la atención al hablar con ella, especialmente cuando el médico llega al bar. La mujer le dice al narrador que vendió una maleta como la suya más temprano en el día. Luego le explica que tiene que irse, pero hacen planes para que el narrador vaya a su tienda más tarde esa noche. Después de que la mujer se va, llega el comisario Gorin. Se acerca al narrador y dice las palabras en clave "Zenón de Elea" (43). Luego le informa que "Han matado a Jan" (43), y le indica al narrador que se suba al próximo tren para salir de la ciudad, llevándose la maleta. El narrador protesta, ya que el tren expreso no se detiene en esta estación, pero el comisario le dice que esta vez lo hará. Acto seguido, el narrador se apresura a ir al andén, se sube al tren y se va.

Capítulo II

La narración vuelve a la historia principal en la que un Lector ("tú") está leyendo el nuevo libro de Italo Calvino. Este Lector, de repente, se da cuenta de que en la página 32, el texto del libro vuelve repentinamente a la página 17. Ha habido un error de impresión tal que se han insertado muchos duplicados del mismo grupo de páginas del libro. El Lector decide volver a la librería al día siguiente para canjear el libro por un ejemplar sin fallas.

Después de una noche inquieta, el Lector regresa a la tienda. El librero dice que ya han venido otras personas a informar de lo mismo, y el editor ha enviado una nota diciendo que se compromete a "ha sustituir los ejemplares estropeados" (48). Sin embargo, la nota del editor continúa diciendo que el problema que exige la retirada de los libros no es la repetición del grupo de páginas, sino el hecho de que el texto dentro del libro no era el del nuevo libro de Italo Calvino Si una noche de invierno un viajero. El texto que el Lector estaba leyendo es, en realidad, una traducción de una novela polaca titulada Fuera del poblado de Malbork.

El librero ofrece darle al Lector una nueva copia del libro de Calvino que no esté defectuosa, pero este dice que lo que realmente quiere es una copia completa del libro polaco para que pueda continuar la historia que ya estaba leyendo. El librero se la entrega y señala a una joven que también intercambió una copia defectuosa del libro. El narrador se siente inmediatamente atraído por la mujer, a quien se le da el apodo de "Lectora" (48). El Lector se le acerca y se muestra torpe al presentarse. Empiezan a hablar de libros y queda claro que la mujer es muy ingeniosa y culta. Ella afirma que le gustan las novelas "que me hacen entrar en seguida en un mundo donde todo es preciso, concreto, bien específicado" (49). El Lector le pide su número de teléfono y le explica que podrían contactarse entre sí si algo anda mal con sus nuevas copias del libro. Por primera vez en la novela, el narrador especifica el género de su supuesto Lector, escribiendo: "Puedes salir de la librería contento, hombre..." (51).

El Lector vuelve a casa emocionado y descubre que cuando comienza a leer el libro que recibió en la librería, no se siente solo, sino que siente la presencia de la Lectora. De todas formas, al poco tiempo de haber empezado a leer, se da cuenta de que el libro no está cortado, sino que las páginas están unidas entre sí. A raíz de esto, saca un cortapapeles, separa la portada de la primera página del primer capítulo e inmediatamente ve que se trata de un libro diferente al que estaba leyendo el día anterior.

Fuera del poblado de Malbork

Al igual que en la historia enmarcada anterior, el supuesto fragmento de la novela Si una noche de invierno un viajero, este nuevo fragmento fluctúa entre la narración en primera persona típica de una novela de ficción y la narración en segunda persona que se dirige específicamente al Lector. La historia se desarrolla en una casa llena de olores a comida, que el Lector puede imaginar perfectamente.

Luego, la narración cambia a un estilo mucho más personal, describiendo el propio papel del narrador en la historia. Este es un niño que vive en Kudgiwa, en la casa donde se desarrolla la historia. Se ha decidido que él y otro niño de Pëtkwo llamado Ponko cambiarán de lugar para que puedan así aprender diferentes oficios. Al narrador le preocupa dejar todo lo que conoce y, al mismo tiempo, pone énfasis en el hecho de que el estilo de escritura que se utiliza en la historia está destinado a dar al Lector una sensación de "extrañeidad del otro" (58).

Ponko, el niño con el que el narrador intercambiará lugar, desempaca en la habitación de este, lo que provoca que se sienta amenazado por ese extraño que toma el control de su espacio. Por otra parte, el narrador ve una fotografía de una niña en las pertenencias de Ponko. Esta niña le hace pensar en Brigd, un personaje que ya fue presentado en la cocina, al inicio de la historia. En la fotografía está escrita la frase: "Para que te acuerdes de Zwida Ozkart" (56). Ponko intenta recuperar la fotografía, pero es controlado y derribado al piso por el narrador. Este último siente como si pudieran transformarse el uno en el otro a través de su lucha. Al mismo tiempo, piensa para sí que, en realidad, quiere destruir a Brigd "para que no cayese en manos de Ponko" (57).

Finalmente, los chicos se separan. El narrador se siente muy extraño, como si su habitación y todas sus pertenencias fueran ajenas. Quiere encontrar a Brigd, o más bien una combinación de Brigd y Zwida. En otra habitación, el narrador escucha al señor Kauderer, el padre de Ponko, hablando. Informa que dos hombres adultos jóvenes fueron encontrados baleados. Dice que lo hicieron los Ozkart, una familia con la que los Kauderer han tenido una larga rivalidad. Agrega con tristeza que Ponko estará a salvo en Kudgiwa. La madre del narrador pronuncia por primera vez el nombre del protagonista cuando grita: "¿Habrá peligro para nuestro Gritzvi?" (59). El señor Kauderer le asegura que su hijo estará a salvo y llaman al narrador para que se vaya.

Análisis

La novela de Calvino Si una noche de invierno un viajero no es tradicional en muchos sentidos. Una de las formas más visibles de esto es el uso de la narración en segunda persona, lo que significa que el narrador le habla directamente al lector y lo convierte en el personaje principal de la historia. A diferencia de la estrategia que suelen tener los libros del estilo "elige tu propia aventura", donde la narración en segunda persona le da al lector una sensación de inmersión y control, la narración en segunda persona en Si una noche de invierno un viajero puede causar, más bien, incomodidad. Esto se debe al lento esfuerzo de Calvino por definir al Lector (el personaje) como algo separado del lector real.

En este sentido, las primeras frases del libro podrían aplicarse a cualquier lector: "Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero. Relájate. Recógete. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto" (23). Luego, Calvino pone el primer detalle que podría hacer que un lector rompa la identificación con el Lector en la historia, escribiendo: "La puerta es mejor cerrarla; al otro lado siempre está la televisión encendida" (23). Si bien algunos lectores pueden tener un televisor en la habitación de al lado, muchos no lo tendrán. Con esta instrucción desenfadada a solo unos momentos del libro, hay un cambio sutil en el que algunos lectores se dan cuenta de que estarán implicados en una realidad que no es la suya.

Si bien la falta de identificación con tener un televisor encendido en la habitación contigua puede no causar una gran incomodidad, otras elecciones que Calvino hace sobre la definición del lector son más significativas. Por otro lado, el narrador también plantea un problema respecto de esta definición del lector: "Quién eres, Lector, cuál es tu edad, tu estado civil, tu profesión, tu renta, sería indiscreto preguntártelo" (51). Así y todo, el narrador sí hace una gran suposición: el género del lector. Se da a entender que es un hombre a lo largo del segundo capítulo, en el que interactúa con la mujer en la librería. Calvino resuelve el asunto cuando el Lector se va, habiendo conseguido el número de teléfono de la mujer, escribiendo: "Puedes salir de la librería contento, hombre que creías terminada la época en la que uno puede esperar algo de la vida" (51).

Ahora bien, es necesario aclarar que esta certeza del género masculino del Lector se ha interpretado de diferentes formas. Algunos han acusado a Calvino de misoginia, mientras que otros creen que está parodiando la forma en que los libros de su época fueron escritos en gran parte por y para hombres. Está en la propia naturaleza interpretativa de la literatura el hecho de que diferentes personas tendrán diferentes respuestas emocionales y niveles de identificación con una historia, pero Si una noche de invierno un viajero llama especialmente la atención sobre este hecho al convertir al Lector en el personaje principal.

El tema del género y el trato desigual de Calvino frente a los hombres y las mujeres continúa en las historias enmarcadas, es decir, las que se desarrollan dentro de la historia principal. El texto de Si una noche de invierno un viajero va y viene entre la historia marco y los fragmentos de libros que lee el personaje principal antes de encontrar algún obstáculo para completar la historia. Los narradores de esas "historias dentro de la historia" a lo largo de toda la novela son y serán hombres. Las mujeres aparecen en gran parte como objetos románticos y, a menudo, se relacionan entre sí. Por ejemplo, Brigd y Zwida en Fuera del poblado de Malbork cumplen un papel, en buena medida, simbólico, mientras el narrador de la historia lucha por dejar su hogar. Después de pelear con Ponko, el narrador piensa: "Me dirigía hacia Brigd pensando en Zwida: la que buscaba era una figura bifronte, una Brigd-Zwida" (58). Brigd y Zwida son dos personajes simples y poco desarrollados; en este sentido, el lector descubrirá que los personajes femeninos de todas las historias enmarcadas son comparables entre sí en relación con su falta de complejidad y con su versión estereotípica, en tanto objeto del romanticismo de los hombres.

El biógrafo Frank MacShane destacó los puntos de vista de Calvino sobre el género en su artículo "El Mundo de Fantasía de Italo Calvino", publicado en The New York Times en 1983: "Calvino toma como tema de cada uno de los diez cuentos la condición de un hombre que está atrapado en un misterio o conspiración. Siempre se mete en una situación amenazante por tener una relación con una mujer. Esta es la condición humana básica como la ve Calvino...". Las dos primeras historias contenidas dentro de la historia principal refutan la afirmación de MacShane de que las situaciones amenazadoras o misteriosas que enfrentan los narradores masculinos son causadas por mujeres.

En el capítulo "Si una noche de invierno un viajero", el narrador solo interactúa con una mujer, la exesposa del doctor Marne, una vez que el misterio en el que está involucrado se ha estropeado. En "Fuera del poblado de Malbork", una mujer —una niña, en realidad: Zwida— provoca una situación amenazante simplemente a través de su fotografía. En este sentido, cabe señalar que esta generalización que realiza MacShane, más allá de la caracterización de Calvino, demuestra la prevalencia de un prejuicio contra las mujeres en la literatura del siglo XX.

Una alusión de particular importancia en esta sección es la referencia a Zenón de Elea en el capítulo "Si una noche de invierno un viajero". Zenón de Elea fue un filósofo griego que vivió alrededor del 400 a. C. Si bien hay referencias a su escritura en las obras de otros filósofos, como Aristóteles, ninguna de sus obras originales sobrevive en la actualidad. Esto implica que su único legado es la influencia que su obra pudo haber tenido en otros autores. En este sentido, Calvino utiliza el ejemplo de Zenón de Elea para sugerir que la obra trasciende al individuo que la crea; es decir, la obra está por encima de todo y es, en última instancia, lo que nutre a la literatura. Conforme vaya avanzando la novela, esta idea se pondrá cada vez más de manifiesto a partir de que el Lector no podrá establecer de forma fehaciente quiénes son los autores de las historias que tanto le interesan.

Comprar Guía de Estudio Cita esta página