Como la vida misma

Como la vida misma Resumen

El relato comienza a las nueve menos cuarto de la mañana y se despliega a lo largo de unos quince minutos. Un hombre conduce su automóvil y se encuentra atascado en el tráfico en alguna ciudad contemporánea. Desde el comienzo, se siente nervioso porque sabe que llegará tarde debido a la congestión. Durante varios minutos, el semáforo está en rojo y no logra avanzar. El personaje se ve a sí mismo en conflicto con los demás conductores: cree que ellos son los culpables de esta situación y los insulta con rabia, llamándolos "imbéciles" y "canallas". Cuando finalmente el semáforo pasa al verde, los coches avanzan muy lentamente.

Tras varios minutos de tensión en el atasco, el protagonista encuentra un espacio donde estacionar, en las proximidades de su destino. Aparcar es otra instancia de tensión, porque el espacio no es demasiado grande, y porque sigue rodeado de muchísimos vehículos cuyos conductores están tan apresurados y nerviosos como él. De pronto, un coche vecino se detiene, dándole tiempo y espacio para estacionar. El protagonista desborda de agradecimiento hacia ese vecino. Una vez que logra aparcar, se baja del coche y siente un alivio muy profundo. Entonces se acerca al coche vecino y le da las gracias al conductor por su buen gesto. Sin embargo, ese otro conductor, que sigue atascado en el tráfico, está tan estresado que no entiende las buenas intenciones de agradecimiento del protagonista y le responde enojado, con maltrato.

Finalmente, el protagonista se marcha caminando, respirando el aire frío de la mañana y diciéndose a sí mismo que la gente, hoy en día, está muy agresiva.