La ansiedad
La ansiedad es la emoción principal de este relato. En medio del atasco, los conductores se ven dominados por los nervios al punto de la desesperación. Desde el comienzo hasta que finalmente logra salir del coche, el personaje principal está permanentemente nervioso, irritado y preocupado porque llegará tarde. La ansiedad se potencia a medida que pasa el tiempo, y este transcurre de manera acelerada.
La narración transmite de manera muy intensa esta sensación del personaje a los lectores a través de diversas estrategias. Por ejemplo, repite el horario para demostrar que cada vez queda menos tiempo para llegar a destino. Además, muestra al protagonista exaltado, en un estado casi explosivo. La generalización de este estado de ansiedad queda de manifiesto hacia el final, cuando el conductor que le ha dado espacio para estacionar no entiende que el protagonista le está agradeciendo y le responde de manera agresiva. Aquellos que están en medio del atasco se encuentran tan nerviosos que están predispuestos para discutir y competir con los demás. Así, el hombre no logra percibir que, en realidad, esta es una interacción amable, de gratitud. "Como la vida misma", además, expone que esta alteración nerviosa no solo es común a muchas personas, sino que se ha convertido en cotidiana en las ciudades contemporáneas.
El individuo vs. la sociedad
"Como la vida misma" propone una crítica fuerte a las dinámicas de la sociedad occidental contemporánea, en particular de las sociedades urbanas, es decir, de las ciudades.
La situación del atasco y sus efectos en las personas se plantea como alegoría de la vida en sí, tal como expresa el título del relato mediante un símil. Esos efectos son fundamentalmente dos y están interconectados. En primer lugar, las personas en medio del atasco experimentan mucha ansiedad. En segundo lugar, como consecuencia de ese estado emocional y físico poco saludable, se piensan a sí mismas como individuos y quiebran posibles relaciones de solidaridad con los demás. Así, el individuo pasa a competir con aquellos que lo rodean en lugar de pensarse como parte de una comunidad. La sociedad, representada por los demás conductores, tan atascados en la congestión como el protagonista, es vista como un gran enemigo contra el cual el individuo debe luchar por su propia supervivencia. Esto queda de manifiesto al comienzo, cuando el protagonista cree que todos han salido a pasear apenas para molestarlo.
La contaminación urbana
El ambientalismo es una de las líneas políticas que Rosa Montero suele explorar en su labor tanto periodística como literaria. En este relato, aunque pueda parecer menor en una primera lectura, se problematiza la cuestión a través de la descripción de la contaminación urbana. La acumulación excesiva e innecesaria de vehículos se expresa cuando el texto menciona que en el atasco hay "Doscientos mil conductores solitarios encerrados en doscientos mil vehículos" (634). Aquí, el texto destaca un mal aprovechamiento de los recursos energéticos, lo cual genera un gasto innecesario de combustible y una producción excesiva de sustancias que contaminan. En efecto, cuando el protagonista se propone mirar alrededor, debe ver "a través de la capa de contaminación y polvo que cubre los cristales" (634) de su coche y la ciudad entera.
La superpoblación
Otro gran tema de "Como la vida misma" es la superpoblación de las grandes ciudades contemporáneas. De hecho, el texto tiene una importante potencia crítica en este sentido, precisamente porque no menciona el nombre de la ciudad donde se produce este atasco: podría tratarse de cualquier gran urbe contemporánea, ya que en todas se acumulan enormes cantidades de habitantes. La superpoblación es un problema tanto para las personas mismas, que ven sus condiciones de vida empeoradas, como para el ambiente, que es destruido para construir edificios, o contaminado por las industrias.
El atasco del tránsito narrado en este relato ejemplifica ambas dimensiones: por un lado, la superpoblación hace que haya demasiados coches yendo en la misma dirección en el mismo horario, y esto genera la ansiedad y el estrés de los conductores. Por el otro, el uso excesivo de automóviles contamina el ambiente.
El tiempo
La vida contemporánea en las ciudades occidentales, en gran medida por influencia del sistema capitalista y de la alta tecnologización de lo cotidiano, se caracteriza por un paso acelerado del tiempo y por una búsqueda de lo inmediato. Los individuos disponen cada vez menos de tiempo para el ocio, pues deben dedicar la mayor parte a trabajar, a viajar hacia el trabajo o a prepararse para el trabajo, y deben hacerlo siempre con celeridad. Esto produce una constante falta de tiempo, lo cual se ve reflejado en "Como la vida misma".
Desde el comienzo del relato, sabemos que el protagonista está sumamente nervioso porque en el atasco se da cuenta de que llegará tarde. La ansiedad que produce la falta de tiempo se transmite a los lectores a través de la repetición del horario: "Las nueve menos cuarto de la mañana [...]. Las nueve menos trece" (633), "Las nueve menos cinco" (634), y de la frase "Hoy no llego" (633) como pensamiento recurrente del protagonista.