Aunque Platón inicia su carrera como escritor de tragedias, la influencia mentora de Sócrates lo impulsa a dejar eso atrás y comienza a escribir diálogos filosóficos. Cabe destacar que, al igual que en el Banquete, otros escritores también escribieron acerca de Sócrates y sus famosos discursos. Es posible que la aparición de Sócrates como un personaje principal en los diálogos platónicos no se ajuste a una representación verídica de la figura histórica, sino que lo utilice como un medio para expresar las propias ideas de Platón acerca de los distintos temas filosóficos, particularmente en sus obras posteriores.
Los diálogos de Platón se encuentran articulados en cuatro etapas: el periodo socrático, que va de 393 a 388 a.C.; el periodo de transición, de 388 al 385 a.C., una vez fundada la Academia; el de madurez, de 385 al 370 a.C.; y el periodo de vejez, que va del año 369 al 347 a.C.. El Banquete pertenece al periodo de madurez, considerado como la etapa de mayor esplendor poético y filosófico de Platón. También conocido como Simposio, el Banquete utiliza, como es usual en Platón, la figura de Sócrates para expresar sus propias teorías acerca del amor, la virtud y la doctrina de las formas ideales. Este diálogo, que toma varios recursos del género dramático, se ocupa del origen, el propósito y la naturaleza del amor a través de una serie de discursos que se ofrecen por turnos tras un banquete realizado entre amigos.
Un simposio es una reunión de personas instruidas para discutir cuestiones concretas vinculadas a una materia a tratar. En el caso griego, es también una ocasión para que distintos hombres beban juntos después de un banquete, cuando el interés deja de estar puesto en la comida y pasa a estarlo en la ingesta de vino. Los eruditos en las costumbres atenienses han definido esta actividad como una reunión nocturna de hombres aristocráticos en las que, tras la cena, se dedican a beber y disfrutar del entretenimiento: poesía, conversaciones filosóficas, música y diversas actividades eróticas con hombres y mujeres.
En el Banquete, todos los comensales ocupan un lugar de igualdad y beben la misma cantidad de vino que se encuentra vertida en una crátera comunal. La cultura ateniense era particularmente misógina, por lo que la presencia femenina solo aparecía a través de distintas sirvientes, animadoras y cortesanas. A su vez, en estos eventos se permitía y enaltecía la práctica de la pederastia, forma de amor institucionalizada entre hombres mayores y jóvenes, que era común en la antigua Grecia.
Agatón es el anfitrión que posibilita el banquete descrito por Platón la noche después de ganar su primer premio como dramaturgo. Su tragedia se representó durante el Festival de Lena, realizado en Atenas en 416 a.C. Debido a las alusiones históricas en el texto, es posible que Platón haya comenzado a escribir este texto después del 385 a. C., habiéndolo terminado antes del 378 a.C. No existe evidencia de que esta reunión haya tenido lugar realmente. Nada la hace inverosímil, pero el enfoque indirecto que utiliza Platón en su narración sugiere que, al menos, alguno de los detalles sean producto de su invención.
El Banquete es una de las obras más aclamadas de toda la producción platónica por su belleza poética y elaboración filosófica. En palabras del especialista M. Martínez Hernández:
El Banquete ha sido calificado por la inmensa mayoría de los estudiosos como la obra maestra de Platón y la perfección suma de su arte (...). Es la más poética de todas las realizaciones platónicas, en la que difícilmente los aspectos literarios pueden separarse de la argumentación filosófica, lo que hace que nos encontremos ante uno de los escritos en prosa más completos de toda la Antigüedad y una de las más importantes obras literarias de toda la literatura universal. En este diálogo, literatura y filosofía son justamente la misma cosa: una composición original en la que la filosofía toma cuerpo en la realidad, mientras que la visión de la realidad es enteramente transformada por la filosofía (1992: 145,146).