Manfred
Manfred es el antagonista principal de El castillo de Otranto. Es el esposo tiránico de Hippolita y el obsesivo padre de Matilda y Conrad. La tiranía a la que somete a su familia y a aquellos que visitan el castillo lo convierte en un villano ejemplar del género gótico. Su pasión le impide razonar y su obsesión con la muerte de su hijo lo lleva al extremo de tomar la decisión de divorciarse de su esposa y de casarse con la que iba a convertirse en su hija política. El terror que sobreviene con su persecución de Isabella es grotesco y moralmente reprobable, pero también es la fuerza motriz de la trama y lo que le da un tono sombrío y de suspenso a la novela.
Isabella
Es la damisela en apuros de la novela. Encantadora, virtuosa y segura de sí misma, Isabella sufre el acecho constante de Manfred, que amenaza con secuestrarla, violarla y someterla a un matrimonio no deseado y casi incestuoso. Después de la muerte de Conrad, con quien iba a casarse, Isabella intenta escapar y es rescatada por Theodore, quien se revelará como el heredero legítimo de Otranto. En la resolución de la novela, Isabella y Theodore se casan.
Conrad
Es el hijo de Manfred e Hippolita, prometido de Isabella. Cuando está por concretarse la boda, muere aplastado por un yelmo gigante, símbolo sobrenatural de la maldición de Otranto, que augura la restitución del castillo a su heredero legítimo.
Matilda
La última muestra de villanía de Manfred se produce cuando apuñala y asesina por error a su hija Matilda. Ella es una joven de extrema empatía, virtud y sentimiento, que se enamora de Theodore. Muy a su pesar, Manfred arregla su casamiento con Frederic, el padre de Isabella.
Hippolita
Es la esposa de Manfred y la madre de dos hijos que fallecen al inicio y al final de la historia. Manfred desea divorciarse de Hippolita porque ella no puede proporcionarle otro heredero, e intenta justificar el divorcio diciendo que están emparentados. Sumisa, religiosa y deprimida, Hippolita permanece bajo la influencia despótica de su marido, satisfaciendo sus caprichos, aunque estos vayan en contra de su propia moral y felicidad.
Theodore
Es un campesino que se descubre como el hijo del fraile Jerome y el heredero legítimo del castillo de Otranto. Su papel inicial en la novela es mostrar la relación entre el yelmo gigante y la profecía que revelará al heredero. Luego se convierte en el salvador de Isabella, a la que ayuda a escapar de las garras de Manfred. Es un joven apuesto y muy virtuoso, del que se enamoran las dos jóvenes virtuosas de la novela, Isabella y Matilda. Theodore se enamora de la hija de Manfred, pero luego de que esa muerte, se termina casando con Isabella.
Jerome
Isabella escapa a un monasterio situado fuera del castillo, donde encuentra al fraile Jerome, antiguo conde de Falconara, que más adelante se revela como el padre de Theodore. Manfred intenta utilizar al fraile para legitimar el divorcio, pero este no se deja doblegar. Jerome se mantiene firme y critica los anhelos incestuosos y perversos de Manfred, diciendo que el cielo no los aprueba.
Frederic
Es el padre de Isabella, al que todos creían muerto. Aparece como un personaje misterioso, oculto tras su armadura de caballero. Creyendo que es un aliado de Manfred, Theodore lo hiere en batalla, pero cuando se descubre su verdadera identidad, intenta ayudarlo. Manfred lo convence de casarse con su hija Matilda, a la que Frederic desea, a cambio de que él pueda casarse con Isabella.
Bianca
Es la doncella de Matilda, obstinada y sin pelos en la lengua, que anima a Matilda a casarse. Es un personaje del estrato servil que, por su actitud entrometida, produce un alivio cómico en el ambiente trágico de la novela.
Diego y Jaquez
Son dos criados de la casa que informan haber visto la aparición sobrenatural de la estatua gigante. Su problema para comunicarse verbalmente también trae alivio cómico a la trama.
El ermitaño
Frederic descubre a un ermitaño moribundo en el bosque, quien le comunica un secreto que San Nicolás le contó sobre el fin de la usurpación del principado de Otranto por la dinastía de Manfred.
Alfonso
Es el último gobernador legítimo de Otranto y la presencia sobrenatural de la historia que restaura el poder de Otranto a Theodore, el verdadero heredero.
