“Brillaron a esto los enormes ojos bovinos de Gregory, como los del león iracundo, y aun dijérase que se le erizaba la roja melena” (p. 26) (Símil y metáfora)
En este pasaje se describe la reacción de Gregory cuando Syme lo acusa de no ser un verdadero anarquista. Para subrayar su enojo, el narrador apela a la metáfora y al símil, ya que primero señala el brillo en los ojos de Gregory y luego lo asemeja, también a partir de su voluminosa cabellera colorada, con un león en estado de cólera.
“Gregory dejó la pistola, y miraba con asombrados ojos a Syme, como si fuera un monstruo marino” (p. 41) (Símil)
Este fragmento corresponde al momento posterior al que Syme le confiesa a Gregory que es un policía, justo antes de la llegada del resto de los miembros del Consejo anarquista. Luego de que Gregory le apunta con un arma, Syme le recuerda que ambos han hecho la promesa de no revelar secretos. En este contexto, la cita demuestra toda la confusión e impotencia de Gregory frente a la jugada hecha por su rival, a quien ahora ve como una misteriosa abominación que le produce terror.
“Cada vez que el presidente le clavaba los ojos, él se sentía más transparente que el vidrio” (p. 73) (Símil y metáfora)
En esta cita, la metáfora y el símil sirven para demostrar el temor y la paranoia que siente Syme cuando es observado por Domingo, el presidente, en su primera reunión como infiltrado en el Consejo de Anarquistas. Por un lado, la idea de “clavar los ojos” remite a una mirada intensa y vigilante; por el otro, la de sentirse “transparente” y la comparación con el vidrio transmite la sensación de exposición y fragilidad que siente el protagonista.
“Sintió que se tocaban las dos lenguas de acero, vibrantes y vivas” (p. 124) (Metáfora)
En el contexto del duelo de espadas que protagonizan Syme y el Marqués de San Eustaquio, el narrador cuenta que Syme se da cuenta de que debe enfrentar a un enemigo peligroso cuando empiezan el espadeo. En este sentido, la metáfora transforma a las espadas en “lenguas de acero” y las califica como “vibrantes y vivas”, con el objetivo de crear una escena de acción y transmitir su intensidad, resaltando las ideas de movimiento y agilidad.
“Toda la masa negra empezó a derramarse del parapeto abajo como una negra mermelada” (p. 153) (Símil y metáfora)
Este pasaje forma parte del episodio de la huida de los detectives en el pueblo de Lancy, en el momento en que se encuentran acorralados en la playa. Con “masa negra”, el narrador alude a los anarquistas que los persiguen, que se mueven de manera compacta y bajan, de manera incesante, desde el parapeto a la playa, en una imagen que hace pensar en una mermelada que se está derramando.