Satán
Llamado Lucifer –que significa “Portador de la Luz”– antes de su desobediencia, Satán es uno de los arcángeles predilectos de Dios, hasta que su orgullo lo lleva a apartarse de Él. Se siente rebajado cuando Dios designa a su Hijo como Mesías y Rey Ungido, y esa envidia lo conduce a la rebelión. Como castigo, es expulsado del Cielo junto con otros ángeles que lo siguen, y juntos establecen su reino en el Infierno. Desde allí, Satán decide mantener una batalla eterna contra Dios y el Bien, disputando las almas de los seres humanos.
A lo largo del poema, su corrupción se profundiza tanto en el plano moral como en el físico. Su degradación espiritual se manifiesta en su capacidad para el engaño y la simulación, mientras que su rebajamiento corporal culmina cuando se convierte en serpiente para tentar al ser humano. Milton lo presenta como una figura responsable de su propia caída, pero que también cuestiona la justicia divina, pues ha sido creado con una naturaleza susceptible de corromperse. Sus lamentos por la pérdida del Paraíso y su conciencia de la condena eterna lo convierten en un personaje complejo, en quien el lector moderno puede encontrar una forma de empatía trágica.
Dios
Dios es el soberano del Cielo y creador de todas las cosas. Dios lo ve todo, aunque parece prestar menos atención a lo que se halla más lejos de su luz. Está rodeado de ángeles que lo alaban y a quienes ama, pero, cuando Satán cae y arrastra consigo a una gran parte de la población celestial, decide crear una nueva criatura –el ser humano– y un universo hermoso para él, con la esperanza de que algún día los hombres se unan a Él en el Cielo. Dios posee sentido del humor y se ríe de las torpezas de Satán, mostrando ser un soberano bondadoso, firme y justo.
El Hijo de Dios
Es el Hijo engendrado por Dios, que más tarde se hará plenamente humano en la figura de Jesucristo. Vence reiteradamente a Satán: primero, en la batalla de tres días en el Cielo, y luego, como Jesús, al ofrecerse en sacrificio por la salvación del ser humano. Se muestra más compasivo ante la condición humana y, con frecuencia, intercede ante Dios en favor de los hombres.
El Espíritu Santo
Es la tercera entidad de la Santa Trinidad (Dios, el Hijo y el Espíritu Santo). Aunque no cumple un papel importante en la acción del poema –lo que ha llevado a algunos críticos a pensar que Milton dudaba de la Trinidad–, el Espíritu Santo es invocado constantemente como la “musa” inspiradora del poema épico. Según la fe cristiana, es el Espíritu quien inspiró tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Es por eso que Milton lo elige como vehículo ideal de la verdad.
Pecado
Es la hija de Satán, nacida en el instante en el que Satán desobedeció a Dios. Satán viola a Pecado, y de esa unión nace Muerte. Los tres conforman la trinidad impía, en contraste con Dios, el Hijo y el Espíritu Santo. Pecado es enviada al Infierno junto a Satán y custodia sus puertas. Es una criatura espantosa, mitad serpiente y mitad mujer, rodeada de sabuesos infernales. Tras la caída de Adán y Eva, invade la Tierra y a la humanidad.
Muerte
Es el hijo de Satán y de su hija Pecado. Es una figura oscura y gigantesca que guarda las puertas del Infierno junto a su madre. También reina sobre la Tierra después de la caída del hombre. Muerte no solo aflige a hombres y mujeres, sino a todos los seres vivos, hasta las plantas más pequeñas. Sin embargo, es derrotado cuando Dios envía a su Hijo, Jesucristo, a la Tierra.
Adán
Es el primer Hombre creado por Dios y padre de toda la humanidad. Adán es una criatura justa y ordenada, que vive en alegría y alabanza a Dios. Al sentirse solo, pide una compañera y desarrolla hacia ella un amor profundo y ordenado. Ese amor, sin embargo, será su perdición: elige desobedecer a Dios antes que apartarse de Eva. Adán posee libre albedrío y, en el final del poema, adquiere también el conocimiento del Bien y del Mal.
Eva
Es la primera Mujer creada por Dios a partir de una costilla de Adán, y es la madre de toda la humanidad. Eva aparece como una figura vanidosa, fácilmente halagada tanto por Adán como por Satán, y esa vanidad se convierte en su ruina, pues la impulsa a desobedecer a Dios. Ama a Adán y, en ese amor, encuentra también la redención, al reconocer su culpa por haber provocado la caída de su compañero.
Rafael
Es el arcángel enviado a conversar con Adán y advertirle sobre el peligro de Satán, que buscará su alejamiento de Dios. Tradicionalmente se lo considera un ángel amistoso y sociable: pasa una tarde entera conversando y comiendo con Adán. Es un guía apacible y luminoso.
Miguel
Es un arcángel y general del ejército de Dios. En contraste con Rafael, Miguel es un ángel militar, severo e instruccional, más maestro y ejecutor que guía amistoso. Junto con Gabriel, es enviado a combatir las fuerzas de Satán en la guerra celestial, y luego a expulsar a Adán y Eva del Paraíso.
Gabriel
Es otro arcángel y general del ejército divino. También lidera las huestes de Dios contra Satán y es quien, junto a un escuadrón de ángeles, descubre a Satán en el Jardín del Edén por primera vez.
Abdiel
Es el único ángel que se enfrenta a Satán y sus miles de seguidores cuando este propone la rebelión. Es elogiado como más valiente que los que luchan en el ejército de Dios, ya que resistió el Mal combatiéndolo con la palabra.
Belcebú
Es el “Señor de las Moscas”, uno de los ángeles caídos y segundo al mando de Satán. Su nombre proviene de un antiguo dios sirio mencionado en la Biblia hebrea. Es el primero a quien Satán ve en el Infierno, y con quien empieza a planear la rebelión de los ángeles caídos. Belcebú depende por completo de Satán para pensar y actuar; más tarde, Satán lo utiliza como instrumento para manipular el consejo infernal y lograr sus objetivos.
Móloc
Es otro ángel caído, uno de los generales del ejército de Satán. Móloc es un espíritu autoritario y bélico que prefiere luchar y perder antes que rendirse o permanecer pasivo. Más que la victoria, lo mueve el deseo de venganza contra Dios.
Belial
Es un ángel caído complaciente y pasivo. Belial no desea pelear y representa el costado de los ángeles caídos que, en el fondo, anhela ser perdonado y regresar al Cielo.
Mammón
Es otro de los ángeles caídos. Mammón propone que los caídos construyan su propio reino y procuren vivir lo mejor posible en el Infierno. Es el gran conciliador; aunque su propuesta es ilógica e ineficaz, logra seducir a las huestes de Satán.