El paraíso perdido

El paraíso perdido Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

La voz narradora en tercera persona de "El paraíso perdido" ha sido frecuentemente identificada con el autor del poema, Milton, especialmente porque al inicio del texto anuncia su propósito de justificar los caminos de Dios ante los hombres a través de la epopeya.

Forma y Medidor

Verso blanco (pentámetro yámbico sin rima). Milton fue el primero en emplear este tipo de métrica, utilizada en composiciones dramáticas, para la épica inglesa.

Metáforas y Símiles

Milton utiliza con frecuencia el símil épico a lo largo del poema. En el Libro I, por ejemplo, compara el tamaño descomunal de Satán con la criatura marina Leviatán: Satán “yacía flotando, una mole tan inmensa / Como esos que las fábulas Titanes llaman […] o ese engendro acuático, / El Leviatán" (34-35). También compara a los arcángeles caídos con los bárbaros que invaden Roma, describiendo a la hueste demoníaca como "Una multitud que ni el Norte populoso / Volcó jamás de sus helados lomos más allá / Del Rin o del Danubio, cuando su progenie bárbara / Llegó al Sur como avalancha, propagándose / Allende Gibraltar y por arenas libias” (43), subrayando el carácter caótico de su caída. Estos símiles épicos refuerzan la dimensión mítica del relato cristiano que Milton desarrolla.

Aliteración y Asonancia

A lo largo del poema, Milton despliega una notable maestría técnica, y uno de los ejemplos más comentados de aliteración aparece cuando describe el movimiento de Satán transformado en serpiente. En la versión original en inglés, la repetición de sonidos de la “s” imita el siseo del reptil, generando una sensación de amenaza e inminente destrucción que acompaña la escena en que Satán conduce a Eva hacia el Árbol de la Ciencia. Si bien la traducción al español no puede reproducir con exactitud la métrica ni la densidad sonora del pentámetro yámbico original, también recurre a recursos como la aliteración y la asonancia para intensificar el tono y el simbolismo, sobre todo en los pasajes de mayor tensión o degradación moral. Así, para la misma escena en la que Satán tienta a Eva, la versión castellana conserva el énfasis en el engaño y la corrupción mediante una secuencia sonora que refuerza con la “r” la idea de confusión y pérdida: “Él guiando rápido rodó / Embrollado, haciendo parecer derecho lo intrincado, / Rápido al estrago” (412). La repetición de la “r”, una consonante vibrante y tensa, aporta una sensación de fricción y movimiento que traduce sonoramente el enredo moral y el carácter serpenteante del pasaje.

Irony

La ironía central del poema es ironía dramática: Adán y Eva viven felices en el Paraíso sin saber que Satán trama su caída, ni que cederán a la tentación. Dios, el Hijo y los ángeles del Cielo conocen el plan, y es el Hijo –futuro Jesucristo– quien intercede en favor de la humanidad.

Genero

Epopeya.

Ajuste

Edén o Paraíso, Cielo, Infierno.

Tone

Trágico, desesperado.

Protagonista y Antagonista

Los protagonistas de 'El paraíso perdido' son Adán y Eva, cuya transgresión y posterior redención constituyen el eje central del poema, aunque el verdadero héroe de la epopeya es el Hijo de Dios, cuya misión es restaurar el orden y la justicia divina. El principal antagonista es Satán, líder de la rebelión celestial y artífice de la caída del Hombre. Sin embargo, su figura adquiere una ambigüedad particular: representa al mismo tiempo la rebeldía, la conciencia de sí y el impulso hacia la libertad, rasgos que han llevado a muchos lectores a verlo como un héroe trágico antes que como un simple villano.

Conflicto Principal

El conflicto central se da entre Satán y Dios –y, por extensión, entre Satán y la humanidad–. Tras su expulsión del Cielo, Satán busca vengarse de Dios tentando a Adán y Eva a desobedecer el mandato divino. Este pecado original provoca su caída y expulsión del Edén, que solo será redimida cuando el Hijo de Dios descienda a la Tierra como Jesucristo y se sacrifique para salvar a la humanidad.

Climax

El clímax ocurre en el Libro IX, cuando Satán guía a Eva hacia el Árbol de la Ciencia. Apela a su vanidad, la elogia por su belleza y, finalmente, la convence de comer el fruto prohibido. Este acto desencadena la caída, ya que Eva persuade a Adán de acompañarla, y ambos son consumidos por la vergüenza antes de ser expulsados del Paraíso.

Presagio

El sueño que Eva le relata a Adán anticipa su caída en la tentación. A través de la manipulación de Satán, sueña que una voz la conduce al Árbol de la Ciencia. Este sueño anuncia los acontecimientos del Libro IX, que llevan a la corrupción de la humanidad.

Atenuación

El ejemplo más notable de atenuación aparece en el Libro IX, cuando Eva come del Árbol de la Ciencia: “Diciendo así, su mano impetuosa en hora mala / Extendió hasta el fruto, lo tomó, comió” (419). La sencillez de la frase contrasta con la magnitud de sus consecuencias, destacando lo fácil que es para el ser humano desviarse hacia el pecado.

Alusiones

'El paraíso perdido' abunda en alusiones sociales, históricas, mitológicas y literarias. Es, de hecho, una de las obras más alusivas de toda la literatura inglesa. Milton intercala referencias a la mitología clásica, como la comparación de Satán con el Leviatán o la mención de la cólera de Aquiles, y también incluye leyendas paganas, como el rapto de Proserpina o el destino trágico de Orfeo. Estas referencias enriquecen la recreación poética de los hechos bíblicos, pero también evidencian la ambición estética y la erudición de Milton, quien buscaba consolidarse como poeta profesional y eminente. Tal como Virgilio –cuyo recorrido pasó de la poesía pastoral a la épica 'Eneida'–, Milton culmina su trayectoria con esta obra monumental, en la que las múltiples alusiones refuerzan su dominio del género.

Metonimia y Sinecdoque

Milton recurre a la metonimia y la sinécdoque con frecuencia. Un ejemplo es el de las isignias de poder que representan por sinécdoque la realeza y la autoridad de Dios o de Satán. Cuando Satán regresa al Infierno, se le describe como venerado "en el Trono del Infierno / Con diadema y cetro enaltecido" (166). El "cetro" y la "diadema" (corona) son las partes físicas que representan la soberanía, el dominio imperial y el derecho a reinar.

Personificación

El caso más destacado de personificación es el de la serpiente en la que se convierte Satán, que recibe cualidades humanas al hablar y persuadir a Eva. La serpiente es una oradora hábil que logra torcer la voluntad de Eva. La voz narradora señala también que la serpiente hace parecer recto el camino tortuoso hacia el Árbol, lo cual refleja las advertencias políticas de Milton contra los demagogos que ofrecen soluciones fáciles a problemas complejos.

Hyperbole

Todo el poema puede leerse como un ejercicio de hipérbole, dado que el género épico exige descripciones grandiosas de seres y lugares. La hipérbole es fundamental para describir las creaciones de Dios, cuya magnificencia excede la comprensión humana. El universo es un “edificio universal / Tan milagrosamente bello” (223) que abarca incontables cielos adornados con “movientes fuegos adornados / Incontables” (315). La exageración también se aplica a la vida, creando criaturas de escala colosal en el recién formado mundo, como las “titánicas ballenas” (331) y el Leviatán, la “más inmensa criatura viva”, que puede escupir “todo un mar” (332). Incluso el sol es descrito hiperbólicamente como un “gran palacio ahora de Luz” (329), y el Cielo mismo como una estructura con muros de “Zafiro vivo” (121) y puertas de “diamante y oro” (148).

Onomatopoeia

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