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¿Cuál es el objetivo de El paraíso perdido, según indica el poema?
Si bien la intención autoral de un texto nunca puede conocerse del todo, el narrador de El paraíso perdido declara sus propósitos desde el inicio del poema. En la invocación a la musa, afirma que planea contar la historia de la desobediencia del hombre para “los caminos del Señor justificar ante los hombres” (26). La mayoría de las interpretaciones coinciden en que esta declaración indica el deseo de centrar la atención del lector en la capacidad divina de transformar el Mal en Bien. De este modo, aunque El paraíso perdido suele leerse como un relato oscuro y trágico, se anuncia desde el principio que se trata, en realidad, de un poema destinado a recordar la providencia y la justicia de Dios.
La declaración de esta intención puede entenderse también como una estrategia que interpela al lector, quien, al empatizar con Satán y experimentar en sí mismo la tensión entre la fe y la caída, participa activamente del propósito moral y teológico que estructura la obra.
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¿Qué cualidades posee Satán y por qué son importantes para la historia?
El Satán de Milton es una de las figuras más célebres de toda la literatura inglesa. Es imponente en su estatura, está consumido por el dolor y la desesperación, y posee una extraordinaria habilidad retórica. Estas cualidades –en especial su elocuencia– lo convierten en un tentador eficaz, capaz de persuadir a Eva de comer el fruto prohibido del Edén. Su talento discursivo ha sido comparado con el de los líderes políticos que ofrecen soluciones fáciles a problemas complejos, una preocupación recurrente en Milton, quien advertía sobre los peligros de la demagogia. Además, el sufrimiento de Satán, su deseo de libertad y sus reclamos hacia Dios –que lo habría creado con una naturaleza fácilmente corruptible– cumplen una función esencial en la experiencia del lector, quien puede sentir tanto rechazo como empatía por el ángel caído. Así, la ambigüedad que provoca Satán en quien lo lee actúa como un espejo del conflicto humano, que debe ejercer su libre albedrío dentro de los límites de la ley divina.
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¿Cómo se representa a Dios en El paraíso perdido?
En El paraíso perdido, Dios aparece inicialmente como un creador bondadoso y amoroso. Sin embargo, a medida que el poema avanza y se vuelve más complejo, el lector puede verse inclinado a interpretarlo como severo, cruel o vengativo. Esta representación refleja la imagen bíblica de un Dios que castiga los pecados humanos, como aparece en varios pasajes del Antiguo Testamento. Esto sugiere la lectura sutil y ambigua que Milton hace del relato de la creación: al presentar a Dios de un modo que puede parecer implacable, el poeta invita al lector a identificarse –aunque sea momentáneamente– con la rebelión de Satán. De este modo, la obra no solo dramatiza la caída del hombre, sino que reproduce en quien la lee la experiencia misma de la tentación.
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¿Es El paraíso perdido solamente una historia sombría y trágica? Justifica tu respuesta.
Aunque El paraíso perdido se construye sobre un destino inevitable –la expulsión de Adán y Eva del Edén–, y mantiene un tono trágico y sombrío a lo largo de todo el poema, no se trata de una obra enteramente desesperanzada. Si bien el relato sigue fielmente el Génesis y carece de un desenlace sorpresivo, Milton introduce una dimensión redentora a través de la figura del Hijo, quien intercede ante Dios en defensa del Hombre y se ofrece a sacrificarse por sus pecados. Este gesto anticipa la redención de la humanidad y proyecta una mirada de esperanza más allá de la caída.
Esa línea se retoma en El paraíso recobrado, el poema posterior de Milton, que continúa la historia y desarrolla la victoria espiritual de Cristo sobre la tentación. De este modo, El paraíso perdido no se limita a narrar la pérdida del paraíso, sino que también anuncia la posibilidad de la salvación, reafirmando la Providencia divina y el propósito último del sacrificio del Hijo de Dios.
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Analiza la cuestión de la misoginia en El paraíso perdido.
Los lectores contemporáneos podrían detectar una marcada misoginia o desigualdad de género en El paraíso perdido, especialmente en el Libro X, luego de que Adán y Eva hayan comido del Árbol de la Ciencia. En ese momento, Adán compara a Eva con Satán y la acusa de falsedad y manipulación. Estas expresiones misóginas –recurrentes también en la poesía renacentista– pueden resultar particularmente inquietantes.
Algunos estudios feministas, no obstante, han subrayado que esa misoginia aparece después de la caída: es decir, surge como una consecuencia del pecado y de la desobediencia humana, introducida en el mundo por la corrupción satánica. Desde esta perspectiva, no puede afirmarse de manera categórica que Milton o su poema sean misóginos, ya que la misoginia se presenta como un efecto del Mal, y no como una ideología del autor. Así, El paraíso perdido podría leerse también como un texto que motiva una reflexión sobre el origen del patriarcado y la degradación moral que acompaña la pérdida de la gracia divina, aunque esto no estuviera, claro está, en la motivación original del autor.
No obstante, también podemos observar que, incluso antes de la corrupción satánica, ya existía una jerarquía entre Adán y Eva: ella estaba subordinada a él y solo podía conocer a Dios y a la creación a través de su mediación, lo que sugiere que la desigualdad de género antecede, en el poema, a la caída misma.