-
En St. Petersburgo, la gente está muy triste. Es sábado por la tarde, y el entierro de los niños es a la mañana siguiente. Becky, solo en el patio del colegio, se siente triste porque renunció al preciado boliche de Tom, y no tiene nada con lo cual lo pueda recordar. Lamenta haber rechazado a Tom, y llora. Otros muchachos pasan y hablan de la última vez que vieron a Tom y Joe, y cómo ambos niños presagiaron que algo estaba a punto de suceder. "El grupo se alejó, rememorando recuerdos de los héroes desaparecidos, con voces sobrecogedoras". Capítulo 17, pág. 107
A la mañana siguiente, los habitantes se reúnen en la iglesia. La tía Polly, Sid, Mary, y toda la familia Harper ingresan vestidos completamente de negro, y toda la iglesia se pone de pie mientras ellos ocupan sus asientos en la primera fila. El ministro empieza el oficio haciéndose que se cante un himno, y luego tiene palabras de simpatía para los chicos. Mientras pronuncia su sermón, la gente empieza a llorar. En ese momento, la puerta de la iglesia se abre, y Tom, Joe y Huck entran. "¡Habían estado escondidos en la galería que no se usaba escuchando su propio sermón fúnebre!" Capítulo 17, pág. 109
Sus familias, se sobreponen a su sorpresa con alegría, y comienzan a abrazar y besar a Tom y Joe. Tom le dice a la tía Polly que no es justo que nadie se alegre de ver Huck, y la tía Polly comienza a abrazarlo a él también, haciendo que Huck se sienta más incómodo aún que si simplemente hubiera sido ignorado. El ministro hace que toda la congregación cante un alegre himno, y Tom está muy orgulloso. Después de que concluye el oficio religioso, la congregación sale de la iglesia llena de alegría con el poder del himno.
Seguimiento del Tema: Religión 5
"Tom recibió más sopapos y más besos aquel día -según los tornadizos humores de tía Polly- que los que ordinariamente se ganaba en un año; y no sabía bien cuál de las dos cosas expresaba más agradecimiento a Dios y cariño para su propia persona". Capítulo 17, pág. 109