El encuentro de Tom con la tía Polly lo ha hecho sentirse bien acerca de sí mismo, y ha olvidado su enojo con Becky. Él ve a Becky en el camino a la escuela y se disculpa por ser tan duro. Ella, aún molesta, le dice que nunca le volverá a hablar y se marcha. Una vez en la escuela, ellos continúan mostrándose indiferentes y Becky no puede esperar a que Tom a sea castigado por su libro de lectura estropeado.
Cuando Becky va a la escuela, se percata que el maestro ha dejado la llave de su escritorio clave en la cerradura de la gaveta. Ella está intrigada, ya que el cajón es donde el maestro guarda un libro especial que lee mientras los niños están estudiando. Becky no sabe que al maestro no le gusta su trabajo y sueña con mejores cosas. Ella sólo sabe que todo el mundo quiere saber de qué trata ese libro. Se deja vencer por la curiosidad y abre el cajón. El libro está dentro, y dice: "Anatomía" en la portada. Becky no sabe lo que eso significa, pero abre el libro y ve la imagen de un ser humano desnudo. Tom ingresa en el salón, y Becky, asustada, cierra de golpe el libro, rasgando accidentalmente la figura. Becky, avergonzada, vuelve a guardar el libro y comienza a llorar. Ella grita a Tom por venir a espiarla y, convencida de que será castigada por rasgar el libro, llora desconsoladamente. Tom sabe que el maestro averiguará quien lo hizo, y decide no hacer nada. "'Pues está bien. A ella le gustaría verme a mí en el mismo aprieto: ¡pues que se aguante! '" Capítulo 20, pág. 122
Una vez que comienza la clase de nuevo, Tom no puede evitar sentir un poco de lástima por Becky. Muy pronto, él tiene sus propios problemas. Cuando descubren su libro de lectura destrozado, el maestro le da un latigazo. Becky piensa hablar en su defensa, pero asume que contará sobre el libró que ella rasgó al maestro. Un poco más tarde el maestro toma su libro de anatomía y comienza a leer. Tom lanza una mirada a Becky, y decide intentar ayudarla. Sin embargo, antes de que pueda hacer nada, se descubre la página rasgada. El maestro comienza a preguntar a cada niño si ellos rasgaron el libro. Cuando le pregunta a Becky, Tom salta y le dice al maestro que él lo hizo. El maestro le da un latigazo nuevamente y hace que se quede en la escuela dos horas después de clases, pero a Tom no le importa. Todo lo que le importa es como su valiente mentira ha hecho que Becky lo vuelva a querer. Becky ahora lo adora y le dice a Tom con aire de disculpa quien derramó tinta sobre su libro de lectura. Tom va a la cama esa noche pensando aún en vengarse de Alfred, pero más que nada en lo agradecida que Becky se sentía.
Seguimiento del Tema: Creciendo 10