En el pueblo, es martes y prácticamente no tienen esperanzas de encontrar a Tom y Becky. Los habitantes se van a dormir tristes esa noche, pero en medio de la noche las campanas empiezan a sonar, y la gente comienza a gritar que han encontrado a los chicos. El pueblo corre apresuradamente hacia el río, donde se encuentran un coche con los niños seguido de una multitud de gente. El pueblo entero lo celebra. Envían un mensajero a la cueva para decirle al Juez Thatcher que han regresado. Tom les cuenta todo, terminando con la forma en que vio la luz del día al final de un túnel después de dejar a Becky. Se acercó a la luz y encontró un pequeño agujero que los llevó a la orilla del río. Alegres, salieron por el agujero y lloraron de felicidad. Pasaron algunos hombres en una barcaza, los alimentaron y los dejaron descansar antes de llevarlos de vuelta a St. Petersburgo. El no le dice a nadie respecto a haber visto al indio Joe.
Tom y Becky están agotados y enfermos y se quedan en cama el miércoles y el jueves. Tom está casi recuperado el sábado, pero Becky permanece en cama hasta el domingo. Tom va a visitar a Huck, que también se encuentra todavía enfermo, pero la viuda Douglas no le permite verlo hasta el lunes. Incluso entonces, ella no le permite contarme a Huck la aventura, porque no quiere que Huck se emocione. Tom se entera que el socio desconocido del indio Joe ha sido hallado ahogado en el río.
Dos semanas después de que Tom y Becky regresaron de la cueva, Tom se dirige a ver a Huck (quien ya se está sintiendo mejor) cuando decide detenerse a ver a Becky. En la casa de Becky, el juez y algunos otros hombres le cuentan a Tom que ahora hay una puerta de hierro bloqueada en la cueva, por lo que nadie se perderá en ella nuevamente. Tom se preocupa, y les dice a los hombres que el indio Joe todavía está en la cueva.