Los gallinazos sin plumas

Los gallinazos sin plumas Resumen

El cuento “Los gallinazos sin plumas” narra la historia de Efraín y Enrique, dos hermanos que viven en un barrio marginal de Lima bajo el cuidado de su abuelo, don Santos, un hombre cojo, autoritario y cruel. Cada mañana, durante “la hora celeste” —el amanecer de la ciudad— los niños salen a recolectar restos de comida entre la basura para alimentar a Pascual, el cerdo del abuelo, al que este quiere engordar para vender.

Los hermanos deben trabajar en condiciones miserables, expuestos a la suciedad y el maltrato constante de don Santos, quien no duda en castigarlos si no traen suficiente comida para el animal. A medida que el cerdo crece, también aumentan las exigencias del abuelo, que se torna más cruel y abusivo.

Con la llegada del invierno, la situación empeora: Don Santos los obliga a explorar un muladar nauseabundo junto al mar, donde compiten con perros y gallinazos por los desperdicios. Allí, Efraín se hiere el pie con un vidrio y la infección lo deja postrado. Aunque Enrique intenta convencer al abuelo de que su hermano necesita descanso, este se niega y los obliga a seguir trabajando.

Finalmente, Efraín no puede levantarse de la cama, por lo que le toca a Enrique ir solo al muladar. De regreso, vuelve con un perro callejero que lo ha seguido, y al que nombra Pedro. Don Santos no quiere una boca más que alimentar, pero Enrique lo convence de que puede ayudarlo en el muladar mientras Efraín está enfermo. El perro se convierte en un compañero y un consuelo para los niños.

Cuando Enrique también cae enfermo, el anciano, desesperado por alimentar a Pascual, intenta salir él mismo a buscar comida, pero fracasa. Decide castigar a sus nietos por no poder trabajar negándoles alimento. La tensión aumenta y el hambre se vuelve insoportable. Las noches de luna llena, cuando don Santos se pone particularmente intratable, Enrique se aferra a su perro.

Después de la última noche de luna llena, don Santos toma su vara y empieza a golpear a Efraín. Enrique le pide que se detenga, y le dice que él irá al muladar. Cuando vuelve, descubre que don Santos ha matado a Pedro para alimentar a Pascual. La crueldad de ese acto desata la furia de Enrique, quien golpea a su abuelo con la misma vara con la que le pegó a Efraín y con la que mató a su perro. Don Santos cae en el chiquero y queda atrapado.

En ese momento, Enrique decide huir con su hermano. Juntos abandonan el corralón rumbo al muladar, en busca de comida y libertad, dejando atrás la opresión de don Santos. A la distancia, oyen el rumor de una pelea entre el cerdo y el anciano.