Los gallinazos sin plumas

Los gallinazos sin plumas Temas

La opresión

Un tema central de “Los gallinazos sin plumas” es la opresión: la cruel explotación de Efraín y Enrique por parte de su abuelo, don Santos, es protagonista a lo largo del relato. Obligados a realizar una extenuante rutina diaria de búsqueda de desperdicios para alimentar al cerdo Pascual, los niños se ven privados de su infancia, expuestos a la miseria, el hambre y el maltrato, y sometidos a la voluntad despótica del anciano. Esta situación revela una dinámica de opresión en la que los más vulnerables se ponen al servicio de los más poderosos, lo que refleja las desigualdades sociales de la época. La negación de cariño o de cualquier manifestación de empatía por parte de dos Santos hacia sus nietos agrava aún más esta opresión.

La pobreza y la marginalidad

El cuento de Ribeyro se desarrolla en los suburbios y los muladares de Lima, espacios que representan la realidad de la marginalidad urbana en el Perú de la década de 1950. Efraín y Enrique buscan en la basura los medios para subsistir, lo que pone de manifiesto su situación de extrema pobreza. El ambiente de suciedad y miseria, descrito detalladamente, es también su lugar de pertenencia, lo que revela la falta de oportunidades para salir de la marginalidad social. De esta manera, el relato refleja cómo el espacio urbano habilita estas zonas de exclusión, en la que confluyen los residuos materiales y los actores marginados de la sociedad.

La naturalización de la miseria

Los hermanos Efraín y Enrique están inmersos en un ciclo constante y agotador de levantarse temprano para buscar alimento en los cubos de basura y en el muladar, una actividad que se repite día tras día. Esta rutina de trabajo degradante se presenta como una práctica social cotidiana, una costumbre que, aunque penosa, es la única vía que los niños conocen para subsistir. Por eso también encuentran formas de transitar esta existencia precaria, como coleccionar objetos llamativos que encuentran en la basura o adoptar un perro sarnoso para que les haga compañía. Así es como los personajes normalizan la miseria de sus circunstancias.

La infancia

Este cuento indaga en la infancia desde un lugar inusual, dado que Efraín y Enrique son niños cuya infancia se ve interrumpida y perturbada por el contexto de miseria y explotación. Su abuelo, don Santos, muestra más preocupación y afecto por el cerdo Pascual que por sus propios nietos, al punto de priorizar el bienestar del animal sobre el de los niños. Así, tanto las circunstancias precarias como su tiránico abuelo parecen despojar a los protagonistas del cuento de su condición de niños al deshumanizarlos y animalizarlos, como cuando el viejo los llama "gallinazos sin plumas" o los trata como basura, equiparándolos con las aves carroñeras y los desperdicios que recolectan para sobrevivir.

No obstante, la infancia aflora en los protagonistas del cuento: aun en la realidad hostil en la que viven, juegan a buscar tesoros en la basura y adoptan un perro para sobrellevar las penurias del maltrato y la enfermedad.

La libertad

A pesar del panorama desolador, el cuento sugiere una posibilidad de resistencia y una búsqueda implícita de libertad por parte de los niños. Aunque inicialmente se muestran sumisos al poder de don Santos, al final del relato hay un momento de rebelión cuando Enrique confronta a su abuelo y decide escaparse con Efraín, huyendo de su dominio. Este acto representa un llamado a la desobediencia y a la libertad más esencial, impulsado por un instinto vital de escapar de la opresión. No obstante, el cuento plantea la dificultad de salir de la marginalidad, puesto que a los niños solo se les ocurre escaparse al muladar, donde seguirían subsistiendo a través de los desperdicios.