"Nadie sabe lo que son los huecos en la cultura" (Metáfora) (p. 49)
Una de las quejas frecuentes de la protagonista es sobre la información que considera que le falta: no sabe inglés, no conoce suficientemente sobre bandas de rock, no sabe de salsa, conoce poco sobre cine. Sufre por estas carencias; se siente en una peor condición que aquellos que sí saben de estos temas. En esta frase, a través de una metáfora en la que esas carencias de conocimientos se representan como si fueran huecos, Mona se lamenta por la información que no tiene.
El contexto en el que la narradora sostiene esto se vincula con la comparación que hacen de ella con Lillian Gish (1883-1993). Siempre imaginó que se trataba de una cantante de rock de cabello rubio, hasta que descubre que, en realidad, se trata de una estrella del cine mudo. Con esta falsa creencia se evidencia su falta de conocimiento sobre dos temas: el cine y la música, dado que no conoce a la actriz y que supone que es una estrella de rock que, en realidad, no existe.
La frase siguiente a esta sigue en la misma línea y refuerza ese sentimiento ante la carencia de información cultural: "Todos, menos yo, sabían de música" (49).
"Yo lo que quiero es empezar a contar desde el primer día que falté a las reuniones, que haciendo cuentas lo veo también como mi entrada al mundo de la música, de los escuchas y del bailoteo" (Símil y metáfora) (p. 50)
En primer lugar, se establece una analogía entre el primer día en que la protagonista falta a las reuniones de lectura con sus compañeros y su cambio de vida: dejar sus estudios es el ingreso a otra forma de vida. Y esa forma de vida nueva se representa con la metáfora de la entrada a un mundo nuevo, como si el mundo donde María del Carmen estudia y continúa la vida establecida por sus padres fuera uno y el de la música y el baile, otro diferente. Con esta metáfora del mundo nuevo de la música, las escuchas y el bailoteo se enfatiza la diferencia rotunda entre su vida pasada y la vida a partir de sus nuevos intereses.
"No quiero adelantarme mucho, no sea que terminemos empezando por la cola, que es difícil de asir, que golpea y se enrosca" (Metáfora) (p. 53)
La narradora se demora en empezar a contar los hechos y busca organizarse. Enuncia esta frase en un momento en el que adelanta cierta información sobre su vida presente y se arrepiente de ello: no quiere adelantar nada, quiere narrar los hechos desde el principio para que se entienda por qué se encuentra en esa posición en el presente de la enunciación. Utiliza para enfatizar lo conflictivo de su situación final la metáfora de una cola que es difícil de tomar, que se mueve, golpea y se enrosca. Así parece ser su vida en el presente y, para poder entenderla, hay que seguir con cautela cada detalle desde el comienzo de los hechos.
"Me les uní a los bailadores con ese paso que yo hago como marcha (una vez me echaron en cara que era un paso masculino, que me debería de dar vergüenza)" (Símil) (p. 83)
Mona compara su forma de bailar con una marcha, es decir, con un baile estructurado y muy diferente al que se suele implementar para bailar ritmos como la salsa o el guagancó. Además, sostiene que los demás lo ven como un paso masculino y que debería darle vergüenza hacerlo siendo ella una muchacha. Por un lado, esto se vincula con la cantidad de saberes vinculados con la música y el baile que Mona intenta aprender de forma apresurada; por otro lado, recuerda anécdotas del autor, Andrés Caicedo, de quien se suele decir que, muy a su pesar, nunca aprendió a bailar.
"Casi no tenía venas el gordo y yo quedé como perdida en mitad de la llanura" (Metáfora) (p. 124)
En este momento, Mona está por inyectarle droga a un hombre corpulento y, al no encontrar la vena para realizar el pinchazo, señala que ella, ante la actividad que debe realizar, parece una persona que está perdida en mitad de una llanura. Utiliza la llanura como metáfora de la piel de ese hombre que no muestra venas, como si fuera un terreno extenso, ancho y plano.