Desobediencia civil

Desobediencia civil ¿Era Thoreau un libertario?

Algunos de los argumentos que Thoreau emplea en Desobediencia civil parecen cercanos al libertarismo, una corriente filosófica, política y económica que se centra en la libertad individual como valor principal. Los libertarios promueven la limitación del Estado, la defensa de la propiedad privada y la promoción del libre mercado. Además, sostienen que cada individuo es responsable de sus propias decisiones, acciones e, incluso, de sus consecuencias. Si bien el libertarismo como movimiento político se consolida recién en el siglo XX, tiene sus raíces en el pensamiento ilustrado y en el liberalismo clásico de los siglos XVII y XVIII, por lo que cabe preguntarse hasta qué punto Thoreau pudo promover en su ensayo ideas libertarias en el siglo XIX.

Thoreau pone particular énfasis en la autonomía y la libertad individual. Él afirma que cada persona debe guiarse por su propia conciencia, y no someterse a las normas impuestas por el Estado o por la sociedad. Incluso cuestiona la democracia, en cuanto no cree que la opinión de la mayoría sea la moralmente correcta. Este individualismo radical es un valor central del libertarismo.

Asimismo, Thoreau desconfía profundamente del gobierno, y lo ve como una entidad corrupta que limita la libertad. Su famosa frase “El mejor gobierno es el que menos gobierna” (17) es una máxima que coincide con el pensamiento libertario en su variante anarcocapitalista, pero también con la corriente más social del anarquismo. Thoreau llega a afirmar que el mejor gobierno es el que no tiene que gobernar en absoluto, lo que sugiere una abolición completa del Estado. No obstante, también aclara que lo que propone “no es que desaparezca el gobierno inmediatamente, sino que se establezca un mejor gobierno de inmediato” (19). Por lo tanto, Thoreau no era un anarquista pleno, sino que visionaba una sociedad en la que el individuo se guiara por su conciencia, y en la que el gobierno interfiera lo menos posible en la vida de los ciudadanos.

Otro aspecto que lo acerca al libertarismo es su negativa a pagar impuestos. Esta forma de ejercer la resistencia a la autoridad es un aspecto de su desobediencia civil que podría ser atractivo para un libertario. Pero es necesario remarcar que la motivación principal de Thoreau al rebelarse contra el gobierno es su profunda preocupación por la justicia social. Los libertarios suelen centrarse en la libertad individual como un fin en sí mismo, sin preocuparse por las desigualdades sociales. En cambio, Thoreau sostiene que la conciencia individual debe ser una fuente de ley moral que nos conduzca a actuar de acuerdo a nuestro propio sentido de justicia. En este sentido, su argumento a favor de la desobediencia civil se basa en una obligación moral de resistir la injusticia, no solo en un derecho individual a la libertad. Además, él estaba a favor de pagar los impuestos destinados al bien común.

Por último, podemos analizar qué crítica propone Thoreau al sistema económico en relación con la promoción del libre mercado y el respeto de la propiedad privada. Por un lado, en su cuestionamiento a la intervención del gobierno, Thoreau promueve una desregulación de la economía, al sostener que “si no fuera porque el comercio y los negocios parecen estar hechos de goma, nunca conseguirían saltar los obstáculos que los legisladores les imponen sin cesar” (19). Pero también cuestiona fuertemente la defensa de los intereses económicos privados, porque considera que el afán materialista nos aleja del sentido de lo moralmente correcto. En rigor, Thoreau postula que “no vale la pena acumular bienes”, y que “es mejor alquilar o invadir algún predio, cultivar una pequeña cosecha y consumirla cuanto antes” (36), abogando por una vida simple y desprovista de posesiones.

En resumen, aunque Thoreau comparte con el libertarismo la defensa de la libertad individual y el cuestionamiento al poder del Estado, su preocupación por la justicia social y su crítica a los intereses económicos lo alejan del ideal individualista que promueve el pensamiento libertario. En Desobediencia civil, Thoreau no se focaliza en defender un sistema político-económico en específico, sino que invita a vivir una vida más auténtica y guiada por la conciencia individual.