El regalo de los reyes magos

El regalo de los reyes magos Ironía

Delia teme parecer avara cuando sus esfuerzos por ahorrar provienen de un gesto de amor desinteresado (Ironía situacional)

En el comienzo del relato, el narrador señala que Delia pasa vergüenza con el verdulero, el carnicero y el almacenero al regatear cada compra con el objetivo de juntar de a poco algo de dinero para el regalo a Jim. Plantea que Delia siente “la silenciosa acusación de avaricia que [implica] un regateo tan obstinado”. La ironía es que Delia, lejos de ser avara, está realizando un esfuerzo enorme para poder hacerle un regalo de Navidad a su marido. En este sentido, su regateo proviene de un gesto de amor desinteresado, todo lo contrario a la avaricia.

Delia se corta el pelo para hacerle un regalo a Jim, y después teme que a Jim le disguste el nuevo corte de pelo (Ironía situacional)

Delia decide sacrificar su posesión más preciada, su larga cabellera, para hacer feliz a Jim con un regalo valioso para Navidad. Pero después de cortarse el pelo, su mayor preocupación es que su esposo no la encuentre más atractiva, por lo que teme que su sacrificio tenga un efecto negativo. Este temor plantea una ironía que finalmente no tiene lugar: la posibilidad de que a Jim le disguste el corte de pelo mediante el cual Delia logró comprarle un regalo.

Jim le regala a Delia un juego de peinetas que ella no puede usar con su nuevo corte de pelo (Ironía situacional)

Como la historia solo sigue a Delia en su búsqueda del regalo perfecto para Jim, el lector se sorprende al descubrir que Jim le regala a ella un costoso juego de peinetas de carey para Navidad. Al principio, Delia se emociona con el regalo, pero enseguida se da cuenta de que no podrá usar las peinetas con su nuevo corte de pelo. La ironía situacional consiste en que, debido al enorme sacrificio que ha hecho Delia para comprarle un regalo a Jim, no podrá disfrutar del regalo de su esposo, obtenido, a su vez, por otro gran sacrificio. La ironía se completa con el movimiento inverso, explicado a continuación.

Jim no podrá usar la cadena que le ha regalado Delia porque vendió su reloj para comprarle su regalo (Ironía situacional)

La ironía anterior tiene su paralelo en el movimiento inverso: Jim vendió su preciado reloj para comprar las peinetas de Delia, por lo que tampoco podrá aprovechar el regalo de ella. Tanto Delia como Jim pretendían que sus sacrificios se convirtieran en regalos de valor material y simbólico: los regalos representarían su compromiso y amor mutuo a la vez que servirían como accesorios prácticos y dignos para cada una de sus respectivas y más preciadas posesiones. No obstante, puesto que Delia no puede usar las peinetas en su pelo corto y Jim ya no tiene reloj para atar a la nueva cadena, ninguno de sus regalos puede utilizarse para los fines previstos, lo que constituye una gran ironía.

Sin los sacrificios de Delia y Jim no habría regalo alguno (Ironía situacional)

Podemos pensar una última vuelta de tuerca en la ironía situacional que compone el intercambio de regalos entre Delia y Jim. Si Delia no hubiera sacrificado su larga cabellera, podría haber utilizado las peinetas que le regaló Jim, y si Jim no hubiera sacrificado su reloj, podría haber utilizado la cadena que le regaló Delia. No obstante, esto no podría haber sucedido, dado que cada uno sacrifica, para hacer su regalo, aquello que el otro necesita para que su regalo sea útil. Lo irónico, aquí, es que tampoco habría regalos sin esos sacrificios.