El amor
Este cuento breve sobre el intercambio de regalos navideños en una joven pareja ofrece una reflexión profunda sobre el amor. Las decisiones que toman Delia y Jim nacen de un amor desinteresado: Delia intenta ahorrar durante meses para poder comprarle a Jim un regalo digno, pero como no lo consigue, termina sacrificando su posesión más preciada, su cabello, para adquirir un presente que exprese su amor incondicional. Jim, por su parte, no solo valida el gesto de Delia al asegurarle que su amor no depende de su apariencia, sino que también realiza su propio sacrificio: vende su valioso reloj de oro para comprarle unas hermosas peinetas. Así, el sacrificio mutuo en pos de la felicidad del otro se convierte en una expresión de amor desinteresado, que trasciende lo material.
Aunque el relato celebra la fuerza del amor frente a la pobreza, el narrador también señala que las privaciones pueden generar inquietud o tensión en la relación. Cuando Delia intenta arreglar su nuevo corte, sufre al imaginar que Jim ya no la verá atractiva. Por eso, el narrador comenta que es una “tarea gigantesca” intentar “reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor”. En este sentido, un amor verdadero también puede implicar incertidumbre y preocupación.
El valor de las cosas
“El regalo de los Reyes Magos” cuestiona la forma en que valoramos nuestras pertenencias materiales. Cuando Delia elige una cadena sencilla y sin adornos para el reloj de oro de Jim, revela su aprecio por lo simple y auténtico. La cadena es como su esposo: “valioso y sin aspavientos”.
Delia y Jim sienten un profundo orgullo por dos de sus escasas posesiones: la hermosa cabellera de Delia y el reloj de oro de Jim. El narrador compara el pelo de Delia con las joyas de la reina de Saba, y el reloj de Jim con los tesoros del rey Salomón. Como ambas figuras bíblicas representan la opulencia, la comparación no apunta a un valor material equiparable, sino a resaltar el valor simbólico que estos objetos tienen para la pareja: el cabello como símbolo de belleza femenina y el reloj como herencia familiar. En otras palabras, el cuento sugiere que el valor de un objeto es profundamente subjetivo, y que incluso quienes tienen muy poco pueden sentirse genuinamente orgullosos de lo que poseen.
Además, el narrador desafía la noción habitual que asocia el bienestar con la riqueza, como muestra en este comentario: “Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada”. Con ironía, subraya que el valor verdadero no está en el dinero, sino en la generosidad y el sacrificio por el otro.
La pobreza
La vida de Delia y Jim está marcada por la pobreza: Jim gana apenas veinte dólares por semana, y ambos viven en un apartamento modesto, con un sofá destartalado, un timbre casi ilegible y una vista a un patio gris que, según el narrador, la policía podría considerar “apto para alojar mendigos”. Esta precariedad también se refleja en el hecho de que, tras meses de esfuerzo, Delia solo logra ahorrar un dólar con ochenta y siete centavos. Que ambos deban sacrificar sus posesiones más valiosas para poder hacerse regalos de Navidad es, en sí mismo, un testimonio elocuente de sus condiciones económicas.
Sin embargo, a pesar de estas carencias, Delia y Jim llevan una vida afectuosa y cálida. Delia recibe a Jim cada día con cariño, sin reproches por su bajo salario. La pareja no se lamenta por la falta de dinero, y el amor que se tienen permanece intacto frente a la escasez. Al mostrar la felicidad de esta joven pareja en medio de la pobreza, el cuento sugiere que la verdadera realización no se encuentra en la riqueza material, sino en el amor, la entrega mutua y el compromiso genuino.
El sacrificio
La historia también transmite un mensaje poderoso sobre el valor del sacrificio. Delia y Jim renuncian a sus posesiones más preciadas para comprarse regalos que expresen el amor que sienten el uno por el otro. Sin embargo, ninguno de los dos puede utilizar el obsequio del otro, justamente por los sacrificios que han hecho: Delia no puede usar las peinetas que le regaló Jim porque se cortó el pelo para comprarle una cadena para su reloj, y Jim no puede usar la cadena porque vendió su reloj para comprar las peinetas.
Aunque los regalos resultan inútiles en términos prácticos, representan el sacrificio que ambos están dispuestos a hacer por la felicidad del otro. Esa generosidad desinteresada encierra el verdadero sentido de dar: lo que importa no es el objeto en sí, sino la intención amorosa que lo motiva. En otras palabras, el verdadero valor del regalo reside en el acto de entrega, no en su utilidad o costo.
Los roles de género
La historia de "El regalo de los Reyes Magos" presenta una mirada sutil sobre los roles de género tradicionales, y cómo estos se manifiestan en la vida de Delia y Jim. Inicialmente, Delia se ajusta a ciertas convenciones de género, como lo evidencia su profundo orgullo por su larga y hermosa cabellera, que es un símbolo de su belleza y feminidad. Su preocupación por que Jim la siga considerando atractiva después de cortárselo también revela una interiorización de las normas tradicionales, que vinculan el valor de una mujer con la aprobación masculina de su apariencia. Su nuevo peinado, comparado con el de un "estudiante holgazán" o una "corista", sugiere un alejamiento de la imagen de la esposa y ama de casa convencional.
Jim, por su parte, es presentado como el joven esposo de veintidós años cargado con la responsabilidad de mantener a la familia, lo que alude al rol tradicional masculino de proveedor.
Sin embargo, la decisión de Delia de vender su cabello es un acto de amor desinteresado, y Jim muestra la misma capacidad de sacrificio al vender su reloj. En última instancia, la historia enfatiza que la verdadera riqueza y el valor de la pareja residen en su generosidad mutua y el amor incondicional, valores que trascienden y redefinen las expectativas tradicionales de género para ambos.