Desde su aparición en 1836, “La nariz” ha generado una gran variedad de críticas e interpretaciones que conforman, en su conjunto, una tradición de lecturas en torno al texto de Gógol.
Un grupo de interpretaciones de “La nariz” proviene del psicoanálisis. Estos estudios sostienen que la nariz es un objeto fálico, cuya pérdida representa el miedo a la castración del mayor Kovaliov, clave en la formación de su identidad masculina. Esto se puede vincular con el hecho de que Kovaliov no se anima a cortejar a las mujeres sin su nariz. En este sentido, la pérdida de la nariz representa el miedo a la impotencia.
Otra lectura de esta corriente psicoanalítica es la propuesta por Simon Karlinsky en su libro El laberinto sexual de Nicolás Gógol (1976), donde afirma que la obra de Gógol está marcada por la represión sexual del autor debido a su homosexualidad. Un aspecto de la trama que podría vincularse con esta interpretación es el hecho de que Kovaliov cree que Podtóchina le echó un maleficio para obligarlo a casarse con su hija. En el final de la historia, Kovaliov recupera su nariz sin necesidad de casarse. A diferencia de otros finales felices de la época que terminan en matrimonio, en este relato el protagonista permanece soltero.
Una lectura de “La nariz”, que hemos desarrollado en esta guía, presenta el cuento como una punzante crítica social, situada en el contexto de desigualdad extrema de la sociedad rusa, promovida por el ordenamiento jerárquico del servicio civil. Esta crítica se apoya en la obsesión del mayor Kovaliov por su apariencia y por conseguir un puesto más alto en las filas de la burocracia para mejorar su estatus social. Según esta interpretación, la pérdida de la nariz es un recurso literario que subraya la superficialidad de las distinciones de clase y de las aspiraciones sociales.
Otra corriente de pensamiento sostiene que “La nariz” es un ejemplo de escritura absurda que no puede ser explicada. El relato se presenta como una mezcla entre lo fantástico y lo real, y entre lo insólito y lo banal, que construye una trama incoherente y sin sentido. Desde esta perspectiva, la angustia de Kovaliov por haber perdido la nariz no tiene una matriz existencial, puesto que el personaje no reflexiona sobre el significado de aquella pérdida ni teme haber perdido la razón, aunque más de una vez se pregunta si estará soñando. Lo único que le preocupa a Kovaliov es su exclusión social, lo que el lector puede percibir como una preocupación irrelevante frente a la pérdida insólita de la nariz. Esto hace que la historia sea una farsa “ilegible”, en el sentido de que carece de mensaje o de críticas subyacentes. En esta lectura, “La nariz” es llana; simplemente, un cuento absurdo.
En los estudios sobre la obra de Gógol existen un número muy amplio de interpretaciones. Para algunos, esta enorme cantidad de lecturas sugiere una incoherencia en el corazón de la obra. Para otros, esta pluralidad de lecturas es una clara muestra de la genialidad del autor.