La nariz

La nariz Resumen y Análisis Tercera Parte

Resumen

La tercera parte comienza con una exclamación del narrador, en la que explica que a veces los despropósitos más grandes ocurren en el mundo, incluso sin tener ningún viso de verdad. A continuación, cuenta que el 7 de abril la nariz de Kovaliov vuelve a aparecer mágicamente en su rostro. Se da cuenta por la mañana, al tocarse el rostro y mirarse al espejo. Para confirmar que la nariz está realmente allí, le pregunta disimuladamente a Iván, su lacayo, si tiene un grano en la nariz, a lo que él le responde que solo ve una nariz sana y nada más.

El barbero Iván Yákovlevich se presenta tímidamente en la casa del mayor Kovaliov para afeitarle la cara. Antes de que empiece, Kovaliov se asegura de que el barbero tenga las manos limpias. Iván Yákovlevich intenta agarrar la punta de la nariz del mayor, como suele hacerlo durante el afeitado, pero Kovaliov se opone. Al barbero le resulta difícil realizar el trabajo sin sujetar la nariz, pero de igual manera consigue afeitarlo sin mayores dificultades.

Cuando termina el afeitado, el mayor Kovaliov se viste y se dirige directo a la confitería. Allí confirma que su nariz sigue en su lugar. También se dirige al departamento donde gestiona obtener un cargo mayor y se encuentra con otro asesor colegiado. Nadie lo trata como si no tuviera nariz, por lo que se tranquiliza.

En la calle, se cruza con Podóochina y su hija, a las que ya no guarda rencor desde que recuperó la nariz. Conversan un rato mientras Kovaliov hace gala de su nariz aspirando tabaco. Piensa para sí que no se casará con la hija ni soñando. Kovaliov continúa su paseo mostrándose a todo el mundo por la avenida Nevski, por teatros y por toda la ciudad. Se lo ve sonriente y de buen humor persiguiendo a todas las damas bonitas que ve. Una persona lo ve comprando el distintivo de una orden, aunque él no es caballero de ninguna.

El narrador concluye la historia con un comentario sobre lo que acaba de contar. Observa lo insólito de que ocurra algo como lo que pasó con la nariz del mayor Kovaliov. Dejando a un lado el hecho de la extirpación de la nariz y su posterior aparición como consejero de Estado, el narrador se pregunta cómo al mayor Kovaliov no le pareció impropio querer anunciar la pérdida de su nariz en un periódico. También se pregunta cómo fue que la nariz apareció en el pan de Iván Yákovlevich. El narrador no puede entender por qué los autores eligen temas semejantes, que no tienen ninguna utilidad para la patria ni para nada. A pesar de todo, admite que, tal vez, una historia así tenga algún valor. Al fin y al cabo, este tipo de sucesos son raros, pero ocurren de vez en cuando.

Análisis

La parte tercera de “La nariz” restablece el orden en un mundo que había caído en una lógica absurda. Todo ha vuelto a la normalidad sin ninguna explicación. El único personaje que nota la diferencia es el mayor Kovaliov, que ahora que ha vuelto a tener nariz, por lo que puede reanudar sus visitas y sus flirteos y ocupar el lugar que antes ocupaba en el entramado social. En este sentido, la nariz es símbolo de la identidad social e individual del personaje, que vuelve a sentirse satisfecho con su vida.

Aquí vemos por primera vez al barbero Iván Yákovlevich y al mayor Kovaliov interactuando y estableciendo la dinámica de poder de su vínculo. El barbero acude a la casa de Kovaliov para afeitarle la cara, con el aspecto de “un gato recién vapuleado por robar un tocino” (86). Kovaliov impone su autoridad preguntándole a gritos si lleva las manos limpias. Mientras lo afeita, Iván trata con mucho cuidado de no lastimar la nariz de Kovaliov, quien no parece darse cuenta de la inquietud del barbero. Sin embargo, hay algo que iguala a estos personajes: el miedo a que le ocurra algo a la nariz. Esto evidencia su entendimiento de la importancia que tiene este apéndice del rostro para la construcción de poder y de estatus social.

La presencia del narrador, que interviene para aportar un comentario en el final de la historia, acentúa el absurdo. El narrador sostiene que lo que más lo desconcierta de la historia es el hecho de que el mayor Kovaliov pensara que podía publicar un anuncio en el periódico sobre su nariz. Sostiene que es “una futilidad” y que le resulta “ridículo, violento, feo” (89), dando a entender que un anuncio así es inapropiado, y que es extraño que Kovaliov no conociera este hecho de sentido común. De esta manera, el relato sugiere que hasta el propio narrador, que percibe el absurdo de la historia, también forma parte de esta sociedad que dictamina cuál es la forma correcta de comportarse, lo que acentúa el efecto humorístico del cuento y extiende la lógica absurda del texto hasta sus últimas consecuencias.

En resumen, la tercera parte concluye “La nariz” sin resolver ninguna de las preguntas centrales de la historia. El propio narrador cierra el relato apelando a su propia confusión, en otro giro humorístico. De esta manera, el cuento mantiene hasta el final el planteo absurdo de la trama, para transmitir a través del mismo un comentario mordaz sobre los valores que dictan el funcionamiento de la sociedad rusa del siglo XIX.