Azarías
Es un hombre adulto con capacidades cognitivas limitadas y de aspecto físico muy descuidado, razones por las cuales es considerado un anormal, un niño y un inocente. Es criado del señorito de la Jara, primero, y luego del señorito Iván, y hermano de la Régula. A pesar de ser discriminado por su marginalidad y falta de entendimiento, representa en la novela la ternura y la sensibilidad, y exhibe un alto grado de comunión con las criaturas débiles, como la Niña Chica y las aves, en contraste con la crueldad característica de las clases altas.
Su función en la denuncia social que hace la novela será fundamental. Es el encargado de vengar la crueldad de los ricos sobre los miembros de su clase social: mediante el asesinato del señorito Iván expurgará simbólicamente todos los pecados de los señores explotadores sobre los más pobres.
La Régula
Es la hermana del Azarías y la esposa de Paco, el Bajo. Es criada en el Cortijo del señorito Iván y pertenece a la clase más baja del latifundio, razón por la cual vive en la zona más baja del terreno, junto a su esposo y a sus hijos. Tiene aspiraciones de mejorar su vida y brindarles mejores oportunidades a sus hijos, pero debe someterse a la explotación de sus superiores.
Es una de las pocas personas que cuidan de los personajes más vulnerables de la novela: Azarías y la Niña Chica. Junto con Paco, es la única que defiende al Azarías de la discriminación de los demás, escudándolo tras la figura del inocente.
Paco, el Bajo
Es el esposo de la Régula, con quien tiene cuatro hijos. Es criado en el Cortijo del señorito Iván y pertenece a la clase más baja del latifundio, razón por la cual vive en la zona más baja del terreno. En conjunto con Régula, tiene aspiraciones de mejorar su vida y brindarles mejores oportunidades a sus hijos, pero termina sometiéndose a la explotación de sus superiores.
En la novela, Paco es el paradigma de sirviente y por su extrema sumisión es codiciado por todos los señores. Es por esto mismo que representa el más claro caso de explotación de las clases bajas a manos de los señores. Su naturaleza sumisa lo lleva a acatar todas las órdenes del señorito Iván, aún contra su deseo, al punto de poner en riesgo su vida en numerosas oportunidades y terminar quebrándose una pierna irreversiblemente.
El señorito Iván
Es el señor del Cortijo donde trabajan Régula y su familia. Encarna todas las cualidades que la novela adjudica a las clases más ricas: la vanidad, el cinismo, la crueldad. Defensor de la idea de que la desigualdad social es ley de vida, adopta una actitud prepotente y despreciativa hacia sus criados, a quienes considera casi esclavos a su merced. El caso más claro de su brutal conducta explotadora es el trato que tiene con Paco, cuya vida pone en riesgo con tal de satisfacer su afición por la caza.
En la novela, es la figura antagónica a Azarías, en la medida en que representa la crueldad y el desprecio por la naturaleza. Morirá a manos de aquel, convirtiéndose así en la presa de quien fuera su víctima.
La Niña Chica
La Charito es la hija mayor de la Régula y Paco, y tiene una discapacidad física y cognitiva que le impide la movilidad y el habla, y la abandona en un estado de postración total. Es por esto que, junto con Azarías, es considerada por su madre como una inocente, mientras que los demás personajes, incluyendo su propio padre, la consideran una anormal.
La inocencia de la Niña Chica y la eterna condición de niña en que la deja su falta total de autonomía son cualidades que la identifican con las criaturas más vulnerables de la novela: Azarías y los animales.
Don Pedro, el Périto
Es un empleado en el Cortijo del señorito Iván pero pertenece a la clase media, esto es, a un estrato social superior al de Régula y su familia, y está a cargo del cuidado del Cortijo cuando los señores no están presentes. Esto es razón suficiente para que despliegue sobre sus subordinados su opresión y desprecio. Sin embargo, representa la figura del opresor devenido oprimido, en la medida en que padece la humillación de ser engañado y abandonado por su mujer, doña Purita, quien comete adulterio con el señorito Iván. Así, su explotación y desprecio hacia Paco y su familia es retribuida con la humillación y el desprecio que le dedica el señorito Iván.
Doña Purita
Es la esposa de don Pedro, el Périto, y por lo tanto, pertenece a un estrato social intermedio en el Cortijo de Iván, entre el más bajo y el más alto, el de los señores. Se aprovecha de la situación de poder que le da esa superioridad sobre los demás criados para desplegar su desprecio y soberbia.
Se caracteriza por su frivolidad y cinismo, pues disfruta de humillar a su marido, generándole celos con el señorito Iván. Mantiene una aventura con este y finalmente abandona a su marido. Su nombre adquiere un tono irónico en la medida en que su actitud no es acorde con la pureza.
Nieves
Es la hija menor de Régula y Paco, con lo cual pertenece a la clase más baja que vive en el Cortijo. Es por ello que, a pesar de aspirar ir a la escuela, con la esperanza de mejorar su estatus social, termina plegándose a la voluntad de sus superiores, don Pedro y Purita, que le asignan la tarea de servir en la Casa de Arriba. Su deseo de hacer la Comunión fracasa también porque sus amos no la consideran capaz. Así, el personaje de Nieves exhibe cómo las clases bajas son explotadas por sus superiores, que determinan sus destinos y oprimen cualquier voluntad de mejorar el estatus.
Quirce
Es uno de los dos hijos varones de Régula y Paco. A diferencia de sus padres y su hermana, Quirce representa la insumisión frente al afán de opresión de los señores. Es quien ayuda en la caza a Iván luego de que Paco, su padre, se quiebra la pierna. Sin embargo, en su conducta, exhibe un total desinterés por la sumisión y no se preocupa por ocultar su aburrimiento y desprecio por las jerarquías.
Rogelio
Es el otro hijo varón de Régula y Paco. Se encarga de manejar el tractor y el jeep, y ayuda a su madre cuidando a su tío, el Azarías. Es uno de los pocos que demuestra de esa forma sentimientos de afecto hacia los vulnerables.
La Señora Marquesa
Es la madre del señorito Iván y, por lo tanto, representa los valores de los miembros de la clase alta en el Cortijo. Su actitud es paternalista hacia los criados; muestra hacia ellos falsa preocupación y les brinda una limosna cada vez que los visita, a cambio de que ellos le rindan homenaje. De esta forma, ostenta su superioridad social y contribuye a que esas desigualdades se mantengan intactas.
La señorita Miriam
Es la hija menor de la Señora Marquesa. Es la única dentro de su clase que da cuenta de cierta conciencia social, como demuestra al defender el derecho de Nieves a hacer la Comunión o la utilidad del Azarías dentro del Cortijo. Sin embargo, esa actitud no se traduce en acciones positivas hacia ellos, con lo cual también contribuye a mantener el statu quo.
Carlos Alberto
Es el hijo mayor del señorito Iván y en la novela toma la Comunión, acatando así los mandatos y los modelos propios de su clase, aquellos que son admirados por alguien de su edad pero con otra realidad social, como es el caso de Nieves.
El señorito de la Jara
Es señor del cortijo para el cual trabajó toda su vida Azarías, en la Jara. Representa los valores de la clase alta, aquellos que también presenta el señorito Iván: la vanidad, el cinismo y la crueldad. Es quien define al Azarías como "anormal". Escudado en la impunidad que le da su poder, despide al Azarías de su cortijo, sin importarle cuál será su destino.
Lupe, la Porquera
Es criada en el cortijo del señorito de la Jara. Si bien pertenece a la clase baja, oprimida por los señores, replica esa opresión para burlarse de alguien más vulnerable que ella: el Azarías.
El señorito Lucas
Es uno de los dos maestros que llegan de la ciudad para alfabetizar a los criados del Cortijo de Iván. Es quien imparte las clases de gramática. En la medida en que pertenece a una clase superior a la de sus alumnos, adopta un tono altanero y se ríe burlonamente de la ignorancia de aquellos.
El señorito Gabriel
Es uno de los dos maestros que llegan desde la ciudad para alfabetizar a los criados del Cortijo de Iván.
Facundo, el Porquero
Es uno de los criados que trabaja en el Cortijo del señorito Iván. Es encargado, al igual que Paco, de recoger las aves que los señores matan durante la caza, y muchas veces se aprovecha de la debilidad de Paco, el Bajo, para robarle la caza del señorito Iván.
Obispo
Es uno de los invitados al Cortijo del señorito Iván, con motivo de la Comunión del señorito Carlos Alberto. Su presencia opulenta y respetable marca un intenso contrapunto con la humildad de Régula, que le abre la puerta del Cortijo. Ostenta su anillo, símbolo de poder y superioridad.
El Ministro
Es otro de los invitados del señorito Iván en una de sus jornadas de caza y almuerzo. Es con quien Iván discute acerca de la insumisión que caracteriza a los jóvenes.
Don Manuel
Es el médico de Cordovilla, a quien acuden Iván y Paco, el Bajo, para revisar la fractura de este último. Si bien se muestra categórico a la hora de defender el reposo que Paco necesita, insiste en que la última decisión al respecto la tiene Iván. Así, el médico se convierte en defensor de la idea de que la vida de los criados deben estar completamente sometida a la voluntad de sus amos.
René
Es otro de los invitados del señorito Iván, un francés con quien aquel mantiene una disputa en uno de sus almuerzos respecto de la alfabetización en España y Francia.
Crespo, el Guarda Mayor
Es un empleado del Cortijo del señorito Iván y es quien se encarga de avisarles a Paco y su familia que su misión en la Raya de Abendújar ha terminado y deben regresar al Cortijo.