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¿Por qué puede afirmarse que Los santos inocentes es una novela social?
Se trata de una novela social en la medida en que se describe la organización social del ámbito rural español y se denuncian las injustas dinámicas de opresión y maltrato que se dan entre las distintas clases sociales.
El Cortijo donde se sitúa la novela es una reproducción en miniatura de esa organización social. Allí conviven la clase baja, representada por Régula y su familia; la clase media, representada por don Pedro y doña Purita; y la clase alta, la de los señores, encarnada en la Señora Marquesa y el señorito Iván. En la configuración escalonada del espacio del Cortijo se simboliza la estricta organización jerárquica de esa sociedad. Así, en el espacio más bajo, cercano a la entrada, viven Régula y Paco; en la Casa Grande vive la clase media, que goza de mayores privilegios que los de abajo; y, por último, en la Casa de Arriba, es decir, en la punta de la pirámide, llevan su vida cómoda y opulenta los señores.
La novela expone el modo en que los de arriba oprimen a los de abajo mientras estos, condenados a servir, deben rendirse a sus órdenes y llevar una vida miserable de sumisión. Además, en el modo en que incluso los criados se burlan de la debilidad de Azarías o se horrorizan de la deformidad de la Niña Chica, la novela de Delibes pone de manifiesto la falta de conciencia de clase. Lejos de solidarizarse con sus pares, los personajes oprimidos tramitan su humillación desquitándose con los más vulnerables. Tal es el caso, por ejemplo, de don Pedro, que, humillado por el señorito Iván y su mujer, desvía la atención burlándose de Nieves.
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¿En qué sentido el relato bíblico de la Matanza de los Inocentes sirve como clave de lectura para la novela?
El título de la novela remite al episodio bíblico de la matanza de los bebés perpetrada por Herodes, un relato en el que, al igual que en la novela de Delibes, un grupo de criaturas inocentes queda a merced de la opresión del tirano.
En la novela se replica esa dinámica: un grupo de pobres, inocentes y desheredados, padece el maltrato y la crueldad indiscriminada de los señoritos. Por su parte, Régula define a Azarías y a la Niña Chica como dos criaturas, inocentes y angelicales. El narrador, desde la perspectiva de Régula y su familia, insiste asimismo en acentuar esa idea de inocencia, para lo cual justifica constantemente el accionar de Azarías, negando su maldad y destacando su ternura. Progresivamente, tanto Azarías como la Charito comienzan a identificarse entonces con los niños inocentes del relato bíblico, amenazados por el tirano Herodes.
Al final de la novela, Azarías asesina a Iván y, por un momento, su inocencia parece ponerse en duda. Sin embargo, el narrador contribuye a inclinar la balanza en favor del criado, justificando su accionar en virtud de la crueldad de Iván. En consonancia con la lectura bíblica, la muerte de Iván sería la única forma posible de limpiar las culpas y los pecados. El hecho de que la novela se titule "Los santos inocentes" favorece esa interpretación: se hace hincapié en la inocencia de los débiles y se recuerda la crueldad del tirano.
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¿Cuál es el giro dramático en la vida de don Pedro, el Périto?
Don Pedro pertenece en la novela a la clase media. Su función es cuidar del Cortijo mientras los señoritos no están, y eso le da un poder por sobre los criados, como Paco y Régula, que pertenecen a la clase más baja. Don Pedro hace ostentación de esa posición de poder que le legan sus señoritos y se aprovecha de ella para conseguir de sus subordinados lo que quiere. Por ejemplo, ordena a Paco y Régula que destinen a su hija menor, Nieves, para servir a su esposa, Purita. Don Pedro no ignora que ese pedido es una enorme decepción para Paco y Régula, que aspiraban a darle a su vida una vida más digna, pero sabe también que ellos deberán acatar todas sus órdenes, porque la jerarquía social así lo impone. Asimismo, don Pedro demuestra su carácter opresor y maltratador cuando humilla frente a los señoritos a Nieves para desquitarse de los celos y la humillación que le significa que su mujer coquetee con Iván.
Sin embargo, la vida de don Pedro experimenta un giro dramático cuando desaparece Purita y toda su soberbia es superada por la humillación. Entonces debe recurrir a Paco y a Régula para pedirles ayuda, y debe admitir frente a todos los criados que están por debajo de él que su mujer lo ha dejado. Pedro no sabe, además, que Paco y su familia están al tanto de la aventura entre Purita y el señorito, con lo cual la imagen que ellos tienen de él queda aún más debilitada. Pero la humillación se hace más cruda cuando el señorito Iván despliega toda su cinismo y falsedad, y desmerece la preocupación de su subordinado, tratándolo de "melodrámático". Paco y Régula, que saben lo de Iván y Purita, asisten al momento en que el señorito se burla impunemente de su empleado.
En suma, la novela muestra cómo Paco pasa de ser opresor a ser víctima también él de la opresión de sus superiores.
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¿En qué sentido son contrapuestos los vínculos con la naturaleza que mantienen Azarías e Iván?
En la novela, Azarías representa un vínculo total de comunión con el entorno natural. En efecto, muestra más comodidad con la vida natural que adecuación a las normas sociales: vive descalzo, disfruta de pasar mucho tiempo con los animales, duerme la siesta en los graneros y defeca al aire libre. Pero es su relación con las aves, en particular con sus dos milanas, lo que mejor retrata esa comunión. Azarías exhibe una sensibilidad muy particular y una ternura sin límites, que aplica al cuidado de sus milanas. Será la misma sensibilidad que demuestre con la Niña Chica.
Por su parte, Iván mantiene con la naturaleza una relación de dominación, tal como sostiene con sus empleados. Su soberbia y egoísmo definen también el modo que él tiene de vincularse con los animales: para él, son o bien piezas de caza, o animales que sirven para garantizar esa caza. Así, por ejemplo, no tiene ningún prurito en pedirle a Paco que ciegue a todos los palomos, ya que no hay capirotes. A través de la caza, Iván encuentra la excusa para poner a prueba su poder y su hombría.
El contraste entre estas dos perspectivas es el que motiva el desenlace trágico de la novela: Azarías vengará la muerte de su milana matando a Iván con la misma crueldad que él mostró al matar al ave.
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¿Cuáles son las pistas que anticipan el desenlace trágico de la novela?
En el libro 6, hay numerosas pistas que anticipan al lector la muerte de Iván a manos de Azarías. Así, en principio, hay numerosas alusiones a la soga que Azarías utiliza para asistir en la caza. Primero, Iván le insiste para que no se olvide de llevarla, pero enseguida se lleva la sorpresa de que el criado no hace uso de ella para treparse. Esto debería alertarlo luego, cuando Azarías, por la tarde, elige llevar una soga aún más gruesa y se sube al árbol con ella. Sin embargo, Iván no se da cuenta.
Otro anticipo lo constituye la apreciación de Iván al ver que no hay aves en la sierra: "parece un cementerio" (146), dice, y con ese comentario al pasar, anticipa, irónicamente, su propia muerte.
Por la tarde, cuando Iván vuelve a recoger a Azarías para llevarlo a una segunda ronda de caza, el narrador dice que Azarías "parecía otro (...), tranquilo, como si nada hubiera ocurrido" (152). Evidentemente, se ha operado una transformación en el criado, que ya está dispuesto a vengar la muerte de su milana. A esto se suma un nuevo dicho de Iván que anticipa su destino: "a ver si quiere cambiar la suerte" (152), desea, y no sabe que así predice el cambio de suerte que experimentará, al morir a manos de quien hasta ahora fue víctima suya.
Por último, como se dijo, por la tarde Azarías lleva consigo una soga mucho más gruesa que la de la mañana. Iván repara en ella y se ríe de su grosor. La insistencia en torno a la soga anticipa así su importancia, ya que será el instrumento a través del cual Azarías le quitará la vida a Iván.