Don Pedro no sabe qué ocurrió con Purita (Ironía dramática)
Al comienzo del libro 6, don Pedro busca desesperadamente a su mujer y, negándose a aceptar sus sospechas, esboza varias hipótesis disparatadas. Pero en todas ellas se empeña en afirmar que su mujer solo quiere molestarlo, ya que no lo engañaría. La ironía dramática aquí se construye a partir de que, al final del libro 5, el lector, a través de Nieves, presenció los besos entre Purita e Iván, lo cual le permite suponer que los miedos de Pedro son fundados. El hecho de que el lector sepa más que el personaje que sufre provoca el efecto dramático.
Iván propone volver a cazar por la tarde “a ver si quiere cambiar la suerte”, dirigiéndose así a su propia muerte (Ironía situacional)
En esta cita, Iván se refiere a su deseo de que la caza sea más próspera por la tarde que por la mañana, cuando él y Azarías no encontraron aves. Sin embargo, ese parlamento anticipa el desenlace trágico: irónicamente, la suerte de Iván cambia, efectivamente, pero no en torno a la caza sino en torno a la dinámica de injusticia entre él y Azarías. Si durante la mañana Iván fue el responsable del “crimen” de la milana, por la tarde la suerte cambia efectivamente, y el crimen pasará a manos de Azarías.
Iván es engañado y luego asesinado por Azarías (Ironía situacional)
Iván siempre ha sido soberbio y vanidoso, y en tanto señor del Cortijo, siempre ha estado acostumbrado a la sumisión de sus criados, a quienes desprecia y subestima. A lo largo de la novela, ha quedado clara la falta de entendimiento de Azarías, e Iván, que lo llama “retrasado”, le imparte sus directivas apelando a la violencia y los gritos cuando salen de caza. Sin embargo, a la tarde, cuando regresan a cazar, Azarías le pasa la soga por el cuello a Iván y ahora es este el que exhibe una total falta de entendimiento: “trató de zafarse de la cuerda con la mano izquierda, porque aún no comprendía” (153). Resulta irónico entonces que Iván sea engañado por un ser inválido, más débil que él y, según su perspectiva, inferior cognitivamente. Asimismo, que el último acto de Azarías en la novela lo sitúe en una posición de control, ventajosa en términos de conocimiento, también es irónico.
El nombre de doña Purita
La esposa de don Pedro, el Périto, lleva un nombre que alude a la pureza, pero poco hay de esa cualidad en su conducta. La pureza está asociada a aquello que está exento de imperfecciones morales y, en términos cristianos, se asocia a la santidad y a un estado de devoción a Dios, desligado de distracciones mundanas. El coqueteo de Purita con Iván, la exposición grosera de su escote y, finalmente, el adulterio, se alejan notablemente de esa virtud.