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¿Cómo es la relación entre la voz poética y la muerte?
En casi todos los poemas, la voz poética se refiere de un modo u otro a la muerte. Es, sin dudas, el tema principal que la atraviesa desde la infancia.
La muerte es, fundamentalmente, deseada por la voz poética. Aparece como un lugar donde, finalmente, ella va a poder descansar de su existencia sin sentido. Ese deseo aparece en varios de los poemas expresado a través de la idea del suicidio. La voz se insta a ir hacia la muerte, a animarse a dejar la vida absurda. En otros poemas, es una lenta y agotadora espera.
Por otro lado, la muerte también aparece como una parte de ella misma. Está dentro de la voz poética. Así, en “Silencios”, al escuchar hablar a la muerte, ella se escucha a sí misma. Y también en “La danza inmóvil” la muerte vive dentro de ella desde que llegó, en una noche de infancia, para invadir su cuerpo.
Para concluir, es importante destacar que, para la voz poética, la muerte no es solamente el final de su vida, sino que también la vida está llena de pequeñas muertes. Estas representan las diferentes caídas en la angustia y la desesperación que sufre la voz poética durante su existencia, y que no la matan, pero la hacen sentir cada vez más lejos de la vida, y cada vez más “a la espera de la hermana mayor/ la otra la gran muerte” (p.188).
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¿Cómo es concebida la infancia por la voz poética?
La infancia es, para la voz poética, un tiempo de absoluta soledad y angustia.
En todos los poemas relativos a su niñez, ella está siempre sola, sin amigos ni padres (incluso se autodenomina “Hija del viento”, como si efectivamente no tuviera progenitores). Las únicas posibles compañías que puede tener la voz poética en su infancia no son humanas; son la oscuridad, el miedo, la misma soledad. En diferentes poemas, estos sustantivos abstractos aparecen personificados y la niña intenta acercarse a ellos, adoptarlos como si pudieran ser sus mascotas. Sin embargo, estos también escapan de ella.
En consonancia con esa soledad, la infancia es el momento en el que se descubre la angustia, en el que se pierde la inocencia y llega la muerte. Esto no significa que, literalmente, la niña muere, sino que, como si fuera una lenta enfermedad, las ganas de vivir comienzan a perderse y darle espacio al deseo de morir. Esto se ve, claramente, en “Infancia”, poema en el que, de repente, “alguien entra en la muerte/ con los ojos abiertos/ como Alicia en el país de lo ya visto” (p.176).
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¿Cómo aparece el tema del sinsentido de la existencia en estos poemas?
En los poemas de Pizarnik, la vida es un absurdo, una especie de chiste. La voz poética no tiene ningún verdadero motivo por el cual vivir: no hay ningún amor real que amar (este también es un chiste), no hay ningún lugar adonde ir (como dice en “Siempre”: “Cansada de mis pies que solo saben caminar”, p.63). Por lo tanto, todo en la existencia es una repetición agotadora, sin sentido.
Esta existencia sinsentido lleva a la voz poética a considerarse una especie de persona muerta que está entre los vivos. En “Vagar en lo opaco”, ya el título nos indica que la voz poética “vaga”, es decir, no va a ningún sitio, mientras que “lo opaco” es aquello que no tiene brillo, no tiene vida. En “Exilio”, la voz poética se considera un ángel: alguien que no tiene una vida real, no tiene edad, y ni siquiera puede morir, ya que lo que no tiene vida, por supuesto, no muere.
Un recurso que utiliza frecuentemente la voz poética para demostrar este sinsentido de la existencia es la repetición. Esto se puede ver en “Siempre”, donde se repite la fórmula “Cansada de...” y, a través de la repetición de esta estructura, el lector va sintiendo ese cansancio de existir sin sentido que tiene la voz poética. También aparece en el ya mencionado “Vagar en lo opaco”, donde cada verso comienza con “mis pupilas”, y luego se describe, una y otra vez, la incapacidad de percibir algo nuevo y vital, ya que dichas pupilas son un disco rayado: ven una y otra vez lo mismo.
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Explique en qué sentido es importante el surrealismo en la obra de Pizarnik.
El surrealismo se caracteriza por buscar, a través de distintos métodos, las emociones verdaderas que se encuentran en lo profundo del ser. Esos métodos, muy relacionados con los del psicoanálisis (como, por ejemplo, la asociación libre) apuntan a no tener el control y el dominio mental, sino dejar fluir lo que nace desde la emoción sin pasar por el filtro del pensamiento.
Pizarnik es una lectora asidua del surrealismo y, desde el comienzo de su obra, tiene la intención de poder expresar sus emociones más inexplicables. Entonces se halla ante el siguiente problema: ¿cómo explicar lo inexplicable? Esa pregunta aparecerá luego formulada poéticamente en el poema “13” de Árbol de Diana: “explicar con palabras de este mundo/ que partió de mí un barco llevándome” (p.115).
El surrealismo es la respuesta. Pizarnik lo utiliza, al mismo tiempo que comienza a psicoanalizarse, para darle libertad absoluta a las palabras, más allá de que no pueda comprenderlas de manera racional. Este modo de producir le posibilita generar una gran cantidad de imágenes poéticas que transmiten sensaciones y sentimientos aunque no tengan sentido racional. Por ejemplo, en “El despertar”: “La jaula se ha vuelto pájaro/ y se ha volado” (p.93); o en “Hija del viento”: “Pero hace tanta soledad/ que las palabras se suicidan” (p.77).
Para concluir, es importante destacar que, a diferencia de los surrealistas, que preferían no corregir para no filtrar desde la razón sus emociones, Pizarnik sí corrige obsesivamente aquello que deja brotar para encontrar el modo más preciso de transmitir esos sentimientos, aunque sin imponerles una lógica, para que no pierdan su esencia irracional.
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¿Cómo es concebido el amor en el poema "La enamorada"?
En “La enamorada”, la voz poética concibe el amor de dos maneras contradictorias: por un lado, es algo absurdo, una repetición tonta de gestos sin sentido. Por el otro, la voz poética desea vivir el amor y, más allá de que sea absurdo, se siente arrastrada a vivirlo.
En la primera estrofa, reflexiona acerca de la “humorada” de vivir y afirma que, más allá de querer evitarlo, se siente arrastrada por la vida. Esa “humorada” se traslada rápidamente al amor en la segunda estrofa, cuando dice que se miró el espejo y describe un clima poderoso, “romántico”, que sin embargo no hace que, mágicamente, el amado vuelva.
Para generar esa sensación de que el amor es absurdo, la voz poética remite a clichés y a lugares comunes de la poesía romántica. El primero es el ya mencionado acerca del clima: “la luz rugía el aire cantaba/ pero tu amado no volvió” (p.53). En la tercera estrofa, se burla sobre lo que se supone que hace una enamorada: “enviarás mensajes sonreirás/ tremolarás tus manos así volverá/ tu amado tan amado” (p.53). La repetición de “amado” también es claramente irónica.
Sin embargo, la voz poética, pese a toda esta distancia irónica, sufre por no poder vivir el amor, por no poder ser parte de la farsa. Eso se ve claramente en la última estrofa, donde afirma que no sabe cómo vivir y que está desesperada en su existencia sin amor, sin sentido: “te duele la vida tanto tanto/ desesperada, ¿adónde vas?/ desesperada ¡nada más!” (p.53).