Poemas de Alejandra Pizarnik

Poemas de Alejandra Pizarnik Resumen y Análisis "Siempre"

Resumen

La voz poética va describiendo distintos aspectos de su vida que la tienen cansada. Sobre el final, luego de declararse cansada de Dios, se refiere a la muerte como el lugar donde podrá finalmente descansar.

Análisis

Este poema es estructuralmente muy similar a “Vagar en lo opaco” (ver análisis en esta misma guía). Es un poema de una sola estrofa de quince versos, donde los primeros doce comienzan con el adjetivo “Cansada”, y luego se hace referencia a aquello que genera dicho cansancio. Al igual que en el poema “Vagar en lo opaco”, el sinsentido de la existencia es el tema fundamental, junto con la muerte.

En el caso de este poema, la repetición que inaugura cada verso busca el efecto de remarcar el cansancio de la voz poética. Al ser leída la misma palabra una y otra vez, el lector también va sintiendo ese cansancio que crece verso a verso. Dicho crecimiento es fundamental, ya que lleva a la voz poética, como se verá, a buscar una salida terrible para descansar. Además, es importante destacar que el título del poema es “Siempre”, lo que parece indicar que dicho cansancio no es de un momento en particular, sino que acompaña desde siempre a la voz poética.

Ahora bien, los elementos que “cansan” a la voz son muy diferentes entre sí: “Cansada del estruendo mágico de las vocales/ Cansada de inquirir con los ojos elevados/ Cansada de la espera del yo de paso/ Cansada de aquel amor que no sucedió/ Cansada de mis pies que sólo saben caminar” (p.63). En principio, “el estruendo mágico de las vocales” parece remitir al lenguaje e, incluso, a la composición poética. Luego, “inquirir con los ojos elevados” remite al cansancio de buscar respuestas; “la espera del yo de paso” denota cansancio de no estar en ningún lugar. También la cansa el amor que ni siquiera sucedió. Sus pies que solo saben avanzar en la vida, como si fueran automáticos, también la cansan.

Como puede verse en esos versos y los que siguen, no hay nada puntual de lo que esté cansada la voz poética, sino que está cansada de todo, incluso de Dios: “¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dios!” (p.63). La repetición muestra el hartazgo e, incluso, puede leerse como una especie de queja: lo grita para que Dios la escuche y sepa que ella se cansó de él.

Este último gran cansancio, en definitiva, demuestra que la voz poética está cansada de vivir. Sin embargo, ese cansancio de la vida es expresado a través de la muerte: “Cansada por fin de las muertes de turno” (p.63). Lo que la cansa es la muerte que siente en cada cosa que hace en su vida. Al no tener nada sentido, al estar todo vacío de vida, en todo hay una pequeña muerte. Por eso, sobre el final del poema, en los únicos tres versos que no comienzan con el adjetivo “Cansada”, aparece el deseo de la gran muerte, la que le permitiría descansar definitivamente: “a la espera de la hermana mayor/ la otra la gran muerte/ dulce morada para tanto cansancio” (p.63).

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