Resumen
La voz poética define la infancia como si fuera un momento del día, relacionado íntimamente con el conocimiento de la muerte.
Análisis
Como el título lo indica, este poema tiene como tema principal la infancia. Y, como suele suceder en la obra de Pizarnik, este tema aparece también aquí unido al de la muerte, como sucede en otros textos, como “A la espera de la oscuridad” y “La danza inmóvil”.
El poema comienza con dos versos surrealistas, difíciles, por lo tanto, de comprender, pero claramente ligados a la libertad de la imaginación infantil: “hora en que la yerba crece/ en la memoria del caballo” (p.176). La infancia es, en principio, descrita como una “hora”, como un momento específico del día, un momento de crecimiento en el que también “El viento pronuncia discursos ingenuos/ en honor de las lilas” (p.176). El viento es personificado como una niña o un niño que le habla a las flores.
Hasta este momento del poema, la descripción de la infancia aparece relacionada con la libertad de la naturaleza, como en la poesía campestre de los poetas modernistas. Pero así como en “La enamorada” Pizarnik evoca imágenes clásicas de la poesía romántica para ser irónica en su idea respecto al amor, en este poema, esas imágenes felices de la poesía campestre y la infancia aparecen para que contrasten con más fuerza las imágenes típicamente oscuras de la poeta en relación a los niños: “El viento pronuncia discursos ingenuos/ en honor de las lilas/ y alguien entra en la muerte/ con los ojos abiertos/ como Alicia en el país de lo ya visto” (p.176).
De repente, como si fuera inevitable, el niño o la niña entra en la muerte. Eso no quiere decir que, literalmente, mueren, sino que algo dentro de ellos lo hace. Como en “La danza inmóvil”, se puede deducir que, a partir de ese momento de la infancia en el que se entra en la muerte, toda la vida estará atravesada por ella: “De muerte se ha tejido cada instante” (“La danza inmóvil, p.75). La vida estará conformada por un montón de pequeñas muertes hasta llegar al cansancio, como en el poema “Siempre”: “Cansada por fin de las muertes de turno” (“Siempre” p.63).
La alusión a Alicia en el país de las maravillas, novela de Lewis Carroll en la que una niña entra por un agujero en la tierra a un lugar maravilloso, refuerza este efecto de contraste entre la infancia como la entrada a un momento feliz y la infancia como el momento en el que se entra en la muerte.