Yo lírico
Es la voz poética de todos los poemas. Excepto en el poema “Presencia”, siempre habla en primera persona y no nombra a nadie más. Se llama a sí misma “niña”, “Alejandra”, “viajera”.
El yo lírico de los poemas de Pizarnik está inmerso en una profunda soledad. Tanto es así que su única posible compañía es esa misma soledad e, incluso, la soledad la abandona. Vive atravesada por la angustia, deseando el momento en que llegue la muerte para liberarla, o instándose a ir hacia ella, es decir, a suicidarse.
Este yo lírico describe su infancia como el momento en que descubre el dolor de vivir. Intenta, a través de las palabras, expresar con fidelidad lo que siente, aunque por momentos le parece imposible, ya que se sabe profundamente incomprendida por el resto de las personas, y alejada de ellos, como si viviera en otro plano de la realidad.