Cien años de soledad

Cien años de soledad Resumen y Análisis Capítulos 1-2

Resumen

Capítulo 1

Macondo es una pequeña y aislada aldea situada a orillas de un río y rodeada de ciénagas. Úrsula Iguarán y José Arcadio Buendía son su matrimonio fundador y siempre se caracterizaron por su laboriosidad. José Arcadio ayudó a administrar los terrenos, a construir las casas y llenó la aldea de tantos pájaros que el ruido de las aves se volvió ensordecedor. El matrimonio tiene dos hijos: José Arcadio hijo, de catorce años, es grande y fuerte como su padre, aunque sin su imaginación e intereses. Aureliano, por su parte, es un niño de seis años, retraído y con cierta facilidad para presagiar hechos futuros.

Pese a su entusiasmo inicial, la laboriosidad de José Arcadio desaparece cuando, atraído por el canto de las aves, llega Melquíades junto a su caravana de gitanos. Desde entonces, la comitiva de gitanos llegará todos los marzos a la aldea con novedades para vender. El primer año se presentan con unos imanes de extraordinaria fuerza que José Arcadio decide comprarles pese a los intentos de Úrsula por detenerlo. Él está seguro de que podrá recuperar lo invertido atrayendo oro con ellos, aunque Melquíades le asegure lo contrario.

En marzo del año siguiente, Melquíades trae un catalejo y una lupa de gran tamaño, y deslumbra nuevamente a José Arcadio cuando los usa para encender hierba seca mediante la concentración de rayos solares. José Arcadio se empecina en comprarle la novedad con monedas de oro del tesoro familiar de Úrsula, seguro de que podrá utilizarlo como arma de guerra. Luego de un tiempo investigando con la lupa, redacta un manual sobre su potencial bélico y se lo envía al gobierno, ofreciéndose a enseñarle a los soldados los principios de la guerra solar. Al no obtener respuesta, se lamenta de ello con Melquíades, quien le devuelve las monedas a cambio de la lupa y le regala unos mapas e instrumentos de navegación para alimentar su curiosidad.

A partir de entonces, los hombres se vuelven amigos y el anhelo de conocimiento de José Arcadio se convierte en una obsesión, al punto de pasar los días encerrado estudiando mientras se desentiende por completo de sus obligaciones domésticas.

Una mañana, luego de pasearse durante días por la casa hablando a solas, le revela a su familia su mayor descubrimiento: “La tierra es redonda como una naranja” (13). Aunque nadie lo toma en serio y el pueblo entero comienza a tomarlo por loco, cuando Melquíades regresa a Macondo le confirma ante todos la esfericidad de la Tierra. Como reconocimiento de su capacidad, el gitano le regala sus manuscritos, libros viejos y un laboratorio de alquimia que José Arcadio instala en la casa.

Entusiasmado, José Arcadio convence a Úrsula de que le dé las monedas de oro que heredó para duplicar el material mediante la alquimia, pero no logra conseguirlo y las monedas quedan pegadas en el interior de un caldero. Enfadada, Úrsula intenta poner a la aldea en contra de Melquíades. Es en vano, porque al año siguiente el gitano vuelve a ganarse el afecto de todos con nuevos inventos.

Como el único contacto con las novedades del mundo llega con Melquíades, José Arcadio convence a los hombres de Macondo para que lo ayuden a desmontar un camino hacia el norte y conectar a la aldea con el resto del mundo. Luego de varios días atravesando bosques, pantanos y sierras, el grupo desemboca en un claro donde encuentra un viejo galeón español encallado, en cuyo interior “no había más que un apretado bosque de flores” (21). Días después, llegan al mar. Esto enfurece a José Arcadio quien, habiendo tomado conciencia del aislamiento de Macondo, decide mudarla a un lugar más propicio. Pese a ello, Úrsula se anticipa a los deseos de su marido y convence a las mujeres de Macondo de que frustren los planes de sus maridos.

Sin nadie que lo apoye, José Arcadio pretende irse solo con su familia, pero Úrsula lo enfrenta y le dice que en lugar de fantasear se ocupe de sus hijos. A partir de entonces, José Arcadio comienza compartir con los niños en el laboratorio, aunque solo el pequeño Aureliano parece tener un don natural para la alquimia.

Llega un nuevo marzo y la caravana de gitanos se presenta en Macondo. José Arcadio sale a buscar con sus hijos a Melquíades, pero descubre que la caravana no es la misma de otros años y le terminan informando que su viejo amigo ha muerto. Además, los gitanos traen un invento que asombra a Aureliano y a su padre, aunque asusta a José Arcadio hijo: un enorme bloque de hielo.

Capítulo 2

La fundación de Macondo se produce a partir de una disputa que tuvo José Arcadio Buendía en el poblado donde vivía, Riohacha. En ese sitio, los antepasados de Úrsula y José Arcadio vienen casándose entre sí desde el siglo XVI. Esto lleva a que una tía de Úrsula emparentada con un tío de José Arcadio haya parido a un hijo con una cola de cerdo. Dicho antecedente, sumado al hecho de que Úrsula y José Arcadio sean primos, hace que ella no quiera consumar el matrimonio por miedo a engendrar un hijo deforme producto del incesto. Con el correr de los meses, el rumor de que Úrsula continúa virgen empieza a circular en Riohacha, asociado a una presunta impotencia de José Arcadio.

Un domingo, José Arcadio, quien entonces cría gallos de pelea, le gana en una de estas contiendas a un hombre llamado Prudencio Aguilar. Resentido, Prudencio lo provoca: “A ver si por fin ese gallo le hace el favor a tu mujer” (31). Como resultado, José Arcadio lo mata en un duelo al arrojarle una lanza que le perfora la garganta. Cuando vuelve al hogar, presiona a su mujer para consumar el matrimonio y así acallar los rumores en el pueblo.

Días después, el alma en pena de Prudencio Aguilar comienza a presentarse en distintos lugares de la casa en busca de agua para lavar la herida de su garganta. Apenado y con culpa, el matrimonio decide irse del lugar, no sin antes matar a todos los gallos y enterrar la lanza en el patio del hogar.

Junto a varias familias sedientas de aventuras, el matrimonio emprende una caminata en busca del mar que dura más de dos años. Luego de atravesar una infinidad de paisajes y de que Úrsula tenga a su primer hijo, José Arcadio, en el camino, la multitud decide pasar la noche junto a un río. Mientras duerme, José Arcadio sueña con que ese lugar se transforma en “una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo” (34) llamada Macondo. Al levantarse, decide fundar allí la aldea. Años más tarde, cuando conoce el inmenso bloque de hielo de los gitanos, José Arcadio se convence de que ese es el material de la ciudad de sus sueños.

Por esos tiempos José Arcadio consigue, con la ayuda de Aureliano, recuperar el oro de Úrsula que había arruinado en el laboratorio. Entretanto, Úrsula se entera de que está nuevamente embarazada. Por su parte, José Arcadio hijo se transforma, de un día para el otro, en un hombre grande, masculino y de un miembro tan exhuberante que Úrsula lo considera una malformación, lo cual le trae a la mente la historia familiar del incesto.

Asustada, le comenta sus inquietudes a Pilar Ternera, una alegre mujer que trabaja en la casa colaborando con los asuntos domésticos y que, además, es buena leyendo el porvenir en las barajas. Pilar había llegado a Macondo con la primera comitiva que partió desde Riohacha, luego de que un hombre la violara de adolescente y le prometiera ir a buscarla cuando “arreglara sus asuntos” (38). Sin embargo, el hombre nunca apareció y ella pasó su juventud esperándolo en vano. Ahora, lejos de asustarse por lo comentado por Úrsula, Pilar se encierra con José Arcadio con la excusa de tirarle las barajas y aprovecha el momento para comprobar personalmente lo relatado por la madre. A partir de entonces, José Arcadio se obsesiona con Pilar y comienzan a encontrarse a escondidas.

Llega el día en que Úrsula tiene a su tercera hija, Amaranta. Días más tarde vuelven los gitanos a Macondo. Esta vez llevan una estera voladora en la que pasean a los habitantes a cambio de dinero. Mientras la aldea entera se entretiene con las novedades de los gitanos, José Arcadio hijo y Pilar Ternera aprovechan para compartir una temporada a solas. Tiempo después, Pilar advierte que está embarazada, pero la noticia no alegra a José Arcadio, quien aprovecha que la comitiva de gitanos se retira para huir con ellos sin decirle nada a nadie.

Cuando Úrsula se entera, deja Macondo siguiendo la caravana. Mientras tanto, Aureliano y su padre cuidan de Amaranta y comparten el tiempo en el laboratorio, donde intentan recrear la piedra filosofal. Cinco meses después, Úrsula regresa a Macondo sin su hijo, aunque acompañada de una muchedumbre de personas. Ha encontrado lo que su esposo nunca pudo: una aldea vecina a solo dos días de viaje, donde llegan el correo y todas las novedades del progreso.

Análisis

A lo largo de estos primeros capítulos se introduce en la novela el origen de la familia Buendía y su protagonismo en la creación y organización de Macondo. Ambas instituciones sociales -la familia y la aldea- se encuentran imbricadas desde su origen estableciendo correspondencias entre sí e influenciándose mutuamente. En palabras del crítico y novelista Mario Vargas Llosa: “La historia de esta sociedad se mezcla con la de una estirpe familiar, los destinos de ambas se condicionan y retratan: la historia de Macondo es la de la familia Buendía y al revés” (2007:34).

A su vez, la llegada del matrimonio fundador desde Riohacha carga con el peso de un doble crimen: por un lado, la transgresión al tabú del incesto que se produce al haberse casado siendo primos; por el otro, y como consecuencia del primero, el asesinato de Prudencio Aguilar, perpetuado por José Arcadio luego de que lo acuse de impotente en su pueblo natal. Ambos crímenes tienen una importancia fundamental en la novela ya que establecen el punto cero a partir del cual se construye la historia tanto de la familia como del pueblo de Macondo.

El pecado del incesto pesa sobre la conciencia de la familia como una maldición: la amenaza de engendrar un hijo deforme con cola de cerdo. En este sentido, la idea del niño-monstruo posee en esta novela un potente significado simbólico, en tanto es una figura que viene a encarnar las consecuencias del mal y del pecado. En otras palabras, la aberración interior se exterioriza en la concepción del monstruo. De hecho, su nacimiento hacia el final de la historia dará el golpe de gracia que terminará por arrasar con la familia Buendía de la faz de la tierra.

En cuanto al asesinato de Prudencio Aguilar, su fantasma acosa al matrimonio hasta que llega el punto en que deciden huir para comenzar de nuevo en otras tierras. Esta presencia pone de manifiesto la centralidad del tema de lo sobrenatural en la obra; tema que, según Vargas Llosa, adopta aquí la forma de lo milagroso, debido a que da por supuesta la existencia de una vida después de la muerte. Cabe mencionar que este espectro no produce mayores sorpresas en Úrsula y José Arcadio, que toman a la aparición con naturalidad. Esta convivencia sin tensiones entre lo natural y lo sobrenatural es una de las características distintivas de lo real maravilloso en la literatura latinoamericana.

Como dijimos, Macondo se presenta como un lugar sin pasado en el que el matrimonio de los Buendía puede comenzar de cero. En su río reposan “piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos” y allí todo es “tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo” (9). La referencia a lo prehistórico se dirige justamente a caracterizar Macondo como un lugar sin -o antes de- la historia. En este sentido, el paisaje alude a la imagen del paraíso originario de la tradición judeocristiana, lugar en el que Dios crea a Eva y Adán, la primera mujer y el primer hombre. Más aún, la mención a las cosas que carecen de nombre también aparece en el Génesis del Antiguo Testamento. Allí, Adán se ocupa de darle un nombre a los animales por primera vez. Este entorno natural, de carácter maravilloso y anterior a la historia se prestará, a lo largo de la novela, a los efectos destructivos del hombre, el tiempo y el progreso.

Para finalizar, cabe señalar el carácter patriarcal de la sociedad y las instituciones macondinas. Macondo se muestra como un lugar de dominación masculina en la que los hombres son los únicos habilitados para la administración política, ejerciendo su dominio en el espacio público. La autoridad de las mujeres en estas sociedades queda relegada al espacio doméstico y al cuidado de la casa y de los hijos, posición que se sostiene más allá de sus capacidades y fortalezas. Úrsula, por ejemplo, posee aptitudes para la administración, la economía y el razonamiento muy superiores a la de su marido, y tiene que complotar con otras mujeres del pueblo para que los hombres no lleven a todos a su perdición.

Esta opresión se presenta también en el ámbito sexual, como cuando José Arcadio presiona a Úrsula a consumar el matrimonio -pese a su miedo a engendrar un monstruo- para que pueda limpiar su nombre de los rumores que pesan sobre sus capacidades en la cama. Pilar Ternera también arrastra un historia de violación en Riohacha, en la que el perpetrador le promete que irá a buscarla cuando logre resolver sus asuntos privados. Pese a sus promesas, el hombre nunca llega.

Como veremos en próximos capítulos, Pilar Ternera funciona como un doble desligado de las responsabilidades domésticas que atan a Úrsula Iguarán, y es también más libre moral y sexualmente que ella. Además, Pilar tiene una relación maternal con los hombres de la familia Buendía, pero esa relación no le impide vincularse pasionalmente con ellos.

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