Existen tres adaptaciones de las obras de Camus al cine que vale la pena mencionar:
-El extranjero, estrenada en 1967 (siete años después de la muerte de Camus) y dirigida por el célebre cineasta italiano Luchino Visconti.
-La peste, rodada en 1992 por el argentino Luis Puenzo y con un elenco plurinacional en el que figuran, entre otros, William Hurt y Sandrine Bonnaire.
-Lejos de los hombres (adaptación de El huesped), lanzada en 2014 y dirigida David Oelhoffen, y protagonizada por Viggo Mortensen.
El extranjero (1967):
El film es muy fiel al libro, no porque Visconti lo haya querido así, sino por imposición de la viuda de Camus, que no quiso ningún desvío del texto original. Meursault es interpretado por Marcelo Mastroianni, y lo acompaña Anna Karina en el papel de María.
Se trata una coproducción franco-italiana de gran reparto. La fidelidad al texto obliga a ciertos relatos en off, aunque también existen largas escenas de diálogos, sobre todo hacia el final del film, que tiene, como el libro, dos partes bien diferenciadas: la primera, en la que suceden los acontecimientos que llevarán a Meursault a la cárcel; la segunda, de reflexión y discusiones del protagonista con abogados, jueces y un sacerdote. La película no fue un éxito de taquilla.
La Peste (1992):
En el libro, un grupo de médicos debe hacer frente a una peste que arrasa Orán, una ciudad argelina, que es declarada en cuarentena y aislada. La ciudad es ocupada militarmente y se ejecuta a todo el que intente romper el bloqueo. Más que un combate contra la peste es una lucha por la dignidad, y la novela es una alegoría de otra peste: la del totalitarismo que puede presentarse bajo diversos rostros; el del nazismo, pero también el del comunismo -recordemos la crítica de Camus al estalinismo. La puesta de Puenzo combina una ambientación de época con elementos de modernidad para transmitir la universalidad del mensaje de la novela de Camus. El filme cuenta con un reparto de gran nivel encabezado por William Hurt, y formado también por Sandrine Bonnaire, Robert Duvall, Jean-Marc Barr y Raul Julia.
En su adaptación, Puenzo no sigue el texto de modo literal, pero sí se mantiene fiel al mensaje moral y político de la novela. Como esta, el film es una parábola de las dictaduras y la represión ilegal, pero también de la indiferencia o de la colaboración con el autoritarismo.