Dioniso le da y le quita su disfraz de Heracles a Jantias una y otra vez, sin los resultados esperados (Ironías situacionales)
Dioniso llega al inframundo disfrazado de Heracles porque cree que esto le traerá ventajas. Sin embargo, al encontrarse con Éaco, este recuerda que Heracles robó a Cancerbero (el perro que custodiaba el inframundo) y va en busca de dioses infernales para castigarlo. Dioniso, entonces, obliga a Jantias a que sea él quien lleve el disfraz de Heracles. Pero apenas cambian de vestimentas, aparece una criada de Plutón y, al ver a Heracles (es decir, a Jantias), se alegra inmensamente y lo invita a disfrutar de un banquete junto a bailarinas vírgenes. Dioniso volverá a reclamar el disfraz de Heracles, pero nuevamente la desgracia caerá sobre él.
Una ironía situacional surge de la discrepancia entre lo que se espera que suceda y lo que, efectivamente, sucede. Aquí estamos, por lo tanto, frente a una sucesión de ironías situacionales, ya que Dioniso falla una y otra vez en su expectativa de salir beneficiado con el intercambio de disfraces.
Luego de que Dioniso golpee suavemente la puerta de Heracles, este pregunta quién ha golpeado a su puerta con la fuerza de un centauro (Ironía verbal)
A lo largo de la obra, Dioniso es ridiculizado constantemente. Heracles y Jantias se burlan de él, y él mismo no para de quedar en ridículo con sus errores y desatinos. El dios del vino se presenta a sí mismo como un dios valiente, fuerte y que infunde temores pero, en acción, vemos que es cobarde y débil, y que nadie le teme.
Esto queda claro cuando, disfrazado de Heracles, llega precisamente a la casa de este. Dioniso cree que su figura es amedrentadora, pero ya al golpear la puerta queda claro que no lo es. Heracles abre y pregunta con ironía: "¿Quién ha golpeado la puerta? Como un centauro, quienquiera que sea, se ha lanzado" (p. 227). Dioniso no entiende que Heracles está siendo irónico y se vanagloria, dirigiéndose a Jantias: "Cuánto miedo le he infundido" (p. 227). Jantias, por su parte, le responde: "Sí, miedo de que estés loco".
Heracles ha llevado a cabo una ironía verbal, pues sus palabras dan a entender lo opuesto de lo que significan literalmente.