Las ranas

Las ranas Resumen y Análisis Episodio de la empusa-Coro de iniciados y llegada a la casa de Éaco (vv. 285-463)

Resumen

Episodio de la empusa (vv. 285-322)

Jantias ve a lo lejos una fiera extraña. Dioniso, acobardado, le pide que se interponga entre el monstruo y él. El servidor dice que la fiera cambia de forma constantemente: ahora es un buey, luego un mulo, un perro o una mujer hermosa. Dioniso advierte, entonces, que la fiera ha de ser la empusa. Le pregunta a Jantias si la criatura tiene una pierna de bronce. Este le responde que sí, y que la otra pierna está hecha de excrementos. Luego, el servidor invoca a Heracles y le pide ayuda. Dioniso se enoja (él está disfrazado de Heracles) y le ordena que no use ese nombre. Entonces, Jantias invoca a Dioniso. El dios del vino se enoja aún más. El esclavo avisa que la empusa se ha ido.

Coro de iniciados y llegada a la casa de Éaco (vv. 323-463)

Entra en escena el coro de iniciados. Invocan a Yaco y lo invitan a bailar en las praderas. Entre tanto, Jantias siente olor a carne de cerdo. Dioniso le ordena que se quede quieto, a ver si consigue agarrar una tripa.

El coro canta ahora sobre los ancianos que, gracias a Yaco, consiguen deshacerse de sus preocupaciones. Luego, le ruegan a este dios que conduzca a los ancianos a la pradera floreciente de la juventud.

El corifeo toma la palabra. Nombra a todos aquellos que no deberían participar en los bailes: los impuros de espíritu; los que desconocen los cultos mistéricos de las musas; los que no han sido iniciados en la lengua de Crátino; los que se alegran con palabras grotescas; los que no ponen fin a las revueltas o no son amables con sus conciudadanos; los que privilegian sacar propias ganancias; los que, estando al mando de una ciudad azotada, se dejan sobornar o entregan fortalezas o naves (como Toricio); los que aconsejan que se preste dinero para las naves de los enemigos; los que ensucian las imágenes de Hécate, componiendo canciones para los coros cíclicos; o los que, siendo oradores, devoran el sueldo de los poetas, por haber sido objeto de burla en las fiestas nacionales de Dioniso.

Vuelve a cantar el coro. Loa a la diosa Atenas, quien habrá de salvar la ciudad, aunque Toricio se oponga. Luego, entonan un canto en honor a Deméter y Yaco. Les piden a ambos dioses que los protejan y les permitan bailar y danzar libremente. Finalmente, invitan a Yaco a que los acompañe. Le dicen que en los caminos hay una muchacha hermosa que danza con un pecho fuera del vestido. Dioniso y Jantias se entusiasman con este relato.

El coro invita a Dioniso a burlarse junto a ellos de Arquedemo, de Clístenes, y de Calias. El dios del vino les pregunta dónde vive Plutón. El coro le señala la puerta de una casa y danza en honor a Deméter.

Dioniso golpea la puerta de Plutón.

Análisis

Al llegar al inframundo, Jantias se toma una pequeña revancha. Dioniso alardea diciendo que le encantaría enfrentarse a una bestia monstruosa como las que describió Heracles. Jantias, entonces, lo pone a prueba: afirma que ve a la empusa. La empusa es una criatura de la mitología griega que tiene una pierna de bronce y otra hecha de excrementos. Además, cambia de forma constantemente. Dioniso, tras la advertencia de Jantias, deja de alardear y se muestra tal como es: cobarde y egoísta.

Luego de este episodio, entra en escena el coro de iniciados invocando a Yaco. Es fundamental destacar que Yaco es un epíteto de Dioniso utilizado en Eleusis, ciudad griega que se encuentra a dieciocho kilómetros de Atenas. Si bien parte de la crítica sugiere que Yaco puede ser un hijo de Dioniso, mayoritariamente se considera que ambos nombres refieren al mismo dios. De hecho, "Yaco" es un término muy similar a "Baco", nombre romano que se le otorga a Dioniso.

El coro, compuesto por hombres y mujeres, jóvenes y viejos, vestidos de blanco, coronados y con una antorcha en la mano, estaba posiblemente dividido en dos semicoros de mujeres y hombres que alternaban el canto de las estrofas. Su aparición en escena no obedece tanto al entramado de la pieza, sino a una cuestión estructural de las comedias. A través de sus cantos, el coro no guía a los personajes ni presenta información alguna para los espectadores, sino que celebra la presencia de Dioniso-Yaco en el inframundo y genera un ambiente báquico sobre el escenario. Recordemos que Las ranas es puesta en escena en las Leneas, certamen teatral que se llevaba a cabo todos los años en Atenas en honor a Dioniso. El ambiente festivo que le imprime el coro a la obra está íntimamente ligado al carácter esencial de las Leneas. Dioniso es un dios ligado a la jarana, la bebida y la sexualidad. Por eso, el coro de iniciados baila, bebe y celebra la desnudez: “En efecto, mirando de reojo acabo de verle algo a una jovencita, muy hermosa, compañera de juegos, un pechito, que se había salido de su pequeña túnica desgarrada. Yaco, amigo de la danza, acompáñame” (p. 238).

Más allá de su dominante carácter festivo, el coro también se proclama sobre asuntos serios. Aquí, hace una división entre aquellos que merecen disfrutar la vida alegremente y aquellos que deberían quedar vedados de cualquier tipo de celebración. En primer lugar, el coro veda a los ciudadanos que no tienen espíritu festivo y desconocen las artes. Cabe destacar que aquí Aristófanes, al contrario de lo que viene haciendo, loa a otro comediógrafo, llamado Crátino. El coro veda la celebración a todo aquel que: “… no haya sido iniciado en los usos báquicos de la lengua de Crátino” (p. 237). Este comediógrafo venció a Aristófanes en el festival teatral de las Grandes Dionisias del año 423 a.C. En esa ocasión, Aristófanes quedó en segundo puesto con su obra Las nubes, y el primer puesto se lo llevó Crátino con La botella. Aristófanes le manifiesta acá su admiración [1], y luego vuelve a aludir negativamente a aquellos comediógrafos que desprecia al principio de la obra, esos que: “… se alegran con palabras grotescas, que no vienen a cuento” (p. 237).

Luego de esta primera veda, ligada al espíritu festivo y el conocimiento de las artes, el coro carga contra los políticos. Les prohíbe la celebración a los corruptos como Toricio y a aquellos que les bajaron el sueldo a los poetas por haber sido insultados en sus comedias. Toricio es un personaje del que no hay registro histórico alguno, aunque los estudiosos afirman que este debió de ser muy famoso por sus malversaciones de los fondos obtenidos por los tributos, destinados a financiar los gastos públicos, como los que originaba la guerra. Por otro lado, los estudiosos afirman que los políticos que rebajaban sueldos a los que alude Aristófanes son Arquino y Aguirrio.

El coro finaliza su enumeración de los vedados y vuelve a cantar alegremente. Esta vez, además de invocar a Yaco, loa a Deméter, diosa griega de la fertilidad. En su canto, el coro invita a Dioniso a burlarse junto a ellos de tres personajes: Arquedemo, Clístenes y Calias, tres importantes políticos de la época. Aristófanes da a entender que estos tienen costumbres libertinas, y que están más interesados en disfrutar de los placeres sexuales que de gobernar con rectitud. La estimación de los valores tradicionales en contra de los nuevos valores, ligados íntimamente a la democracia, constituye uno de los temas claves de Las ranas.


[1] En su obra Los caballeros (424 a.C.), Aristófanes homenajea nuevamente a Crátino, y en La paz (421 a.C.) lo coloca como una de las personas que ha forjado la grandeza de Atenas.