"Yo, cuando como espectador veo alguno de esos artificios, salgo un año más viejo" (p. 225) (Metáfora)
A lo largo de la obra, Aristófanes se burla de manera recurrente de las comedias de otros comediógrafos de su época, como Frínico, Lisis y Amipsias. A través de esta metáfora, precisamente, Dioniso da a entender que dichas comedias son tan tediosas que, cada vez que asiste a una de ellas, siente que envejece un año.
"Esos son racimillos y puro parloteo, escuelas de canto de golondrinas, corruptores del arte" (p. 228) (Metáfora)
Dioniso realiza su travesía al inframundo con el objetivo de rescatar a un verdadero poeta de entre los muertos y traerlo al mundo de los vivos. Este, con su sabiduría y su arte, será quien habrá de salvar a Grecia de su decadencia. Según el dios del vino, no ha quedado ningún verdadero poeta vivo, y lo deja bien en claro a través de esta metáfora, mediante la cual los presenta como charlatanes que recitan versos sin profundidad, que son como el canto de las golondrinas: bonitos al oído, pero simples y carentes de originalidad.
"No es conveniente que los poetas se injurien como panaderas" (p. 253) (Símil)
Este símil es lanzado por Dioniso como una advertencia para Esquilo y Eurípides al comienzo del concurso. Los poetas no paran de injuriarse entre sí y, entonces, el dios del vino les pide que no sean vulgares. Comparándolos con panaderas que se pelean, les exige que se eleven al estatuto que les corresponde. Sobre el final del concurso, sin embargo, será Dioniso quien los vulgarice al pesar sus versos en una simple balanza de almacén.
"Cuando el drama estaba ya en la mitad, soltaba una docena de palabras grandes como bueyes, con entrecejo y penachos, especie de terribles esperpentos, desconocidas para los espectadores" (p. 255) (Símil)
Una de las críticas que le realiza Eurípides a Esquilo tiene que ver con la solemnidad del lenguaje de sus obras. En este símil, Eurípides compara el léxico rimbombante de las piezas de Esquilo con grandes bueyes extraños, que los espectadores desconocen e, incluso, temen.
"Venid aquí ahora, por si es preciso que yo venda el arte de los poetas como se vende el queso en el mercado" (p. 270) (Símil)
Uno de los recursos humorísticos recurrentes de Aristófanes (no solo en esta pieza, sino en su obra en general) consiste en mezclar lo solemne con lo cotidiano. En el episodio de la balanza, tal como puede verse en el símil citado, Aristófanes compara los versos poéticos (solemnes e inmateriales) con el queso que se vende en el almacén (cotidiano y material).