El diluvio (Alegoría)
En diferentes culturas, el diluvio representa un evento catastrófico de proporciones universales que amenaza con destruir toda la vida en la tierra. Esta catástrofe funciona como una alegoría del castigo divino y la necesidad de purificación y renovación. El diluvio también puede interpretarse como una alegoría de los desafíos y las crisis que enfrenta la humanidad. Podríamos decir que, en el cuento de Carpentier, el diluvio cumple, sobre todo, esta última función, en la medida en que pone a prueba la posibilidad de que los seres humanos vivan en paz y armonía a pesar de las diferencias.
La canoa (Símbolo)
La “Enorme-Canoa” que construye Amaliwak con la ayuda de su comunidad representa a América y sus costumbres. Las otras embarcaciones también representan la cultura de procedencia de cada héroe mítico. En el relato, la canoa es el punto de referencia para identificar y reconocer las otras embarcaciones, de modo que en ella se materializa la intención de Carpentier de retomar el mito del diluvio desde el punto de vista americano.
La chicha y la mazorca de maíz, el licor de arroz y la espiga de arroz, el vino y la rama de olivo (Símbolos)
Las bebidas que comparten entre sí los advertidos también simbolizan las culturas de las que provienen los personajes de la historia. La chica es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación de cereales como el maíz, el alimento de origen americano con el que Amaliwak recompensa la labor de su pueblo; el licor de arroz es la bebida típica del este asiático, de donde proviene el Hombre de Sin; y el vino de Noé hace referencia a la importancia que tiene esta bebida en la eucaristía. Los cereales que los advertidos reciben de las aves que lanzan al agua también simbolizan esta referencia cultural: Amaliwak obtiene una mazorca de maíz y el hombre de Sin, una espiga de arroz. En el caso de la rama de olivo de Noé, es una referencia directa al mito del diluvio judeocristiano (ver sección “Los mitos del diluvio reversionados en el cuento de Carpentier”).