El diluvio universal
En “Los advertidos”, Alejo Carpentier realiza una versión propia del mito del diluvio universal, que está presente en varias culturas. Un mito es una narración maravillosa que se sitúa fuera del tiempo histórico, y que es protagonizada por personajes de carácter divino o heroico.
El mito del diluvio universal es un mito de carácter fundacional, en cuanto se concibe como relato de origen que explica o le da una razón de ser al mundo, mientras le aporta a cada cultura un fundamento para comprender la realidad y para actuar en ella. Suele comenzar con el anuncio del exterminio de todos los seres vivientes, explica cómo se salvan algunos pocos con la intervención de un elegido –o “advertido”– y finaliza con una nueva repoblación de la tierra. El relato de Carpentier sigue esta estructura, pero le agrega un momento de transición entre la llegada del diluvio y la repoblación, durante el cual se encuentran los héroes de diferentes versiones del mito. Esta instancia suma una reflexión sobre cómo se expresa el mito en cada cultura, revelando similitudes y diferencias.
La desmitificación del mito
Al presentar la historia como un cruce entre diferentes versiones del mito del diluvio, el cuento de Carpentier realiza un cuestionamiento a la idea de que una versión del mito sea mejor que las otras. El título del cuento –que indica que son varios los advertidos– indica una crítica a la pretensión de exclusividad y superioridad de los héroes míticos que se reúnen en esta historia. Además, la narración pone en cuestión, por un lado, el papel de guía espiritual y moral de los dioses, al mostrar cómo fomentan la división entre los seres humanos, y, por el otro, la capacidad del diluvio de regenerar a la humanidad, puesto que, después de la salvación, se reanudan los conflictos.
Otra forma en que se desmitifica el mito es a través del ingreso de la temporalidad en lo atemporal del mito, lo que se manifiesta en la experiencia de aprendizaje de Amaliwak. El protagonista pone en duda su rol como elegido, la perfección de los dioses y el resultado de la misión que ha llevado a cabo, lo que demuestra su capacidad de analizar el pasado, el presente y el futuro. Este aprendizaje agrega una dimensión reflexiva a la historia que trastoca la concepción del mito como algo estático e inmutable.
La mirada americana
Aunque el narrador es omnisciente, se coloca desde el punto de vista de Amaliwak, el advertido de la versión americana del mito del diluvio. De esta manera, Carpentier desafía la mirada eurocéntrica del diluvio universal, reclamando un lugar para América dentro de la narrativa mítica global. La mirada americana se construye mediante la inclusión de elementos culturales y geográficos característicos de la región, pero también a partir del encuentro con las otras culturas, entendiendo a América como un espacio de cruces, sincretismo y mestizaje. No se trata de proponer que la versión americana del mito del diluvio sea la verdadera, sino de reinterpretar el mito desde un punto de vista integrador de todas las culturas.
El encuentro entre culturas
En relación con el tema anterior, se puede interpretar el encuentro de los diferentes héroes del mito del diluvio como una alegoría del encuentro intercultural en el contexto americano. A pesar de las diferencias entre los personajes, el hecho de que se inclinen a celebrar juntos establece la posibilidad de una comprensión mutua que permita la camaradería y la solidaridad entre culturas diferentes. De esta forma, la identidad cultural no se define por la exclusión de lo diferente, sino por la capacidad de dialogar y de convivir con la diversidad.
La relación entre los hombres y los dioses
En el relato de Carpentier, cada advertido sigue las órdenes de un dios diferente: La-Gran-Voz-de-Quien-Todo-lo-Hizo, Quien-Todo-lo-Creó, Iaveh, el Dios del Cielo y de la Luz, el Dueño-de-las-Aguas. Esta diversidad divina revela que no hay un único dios, porque estos son productos de las distintas culturas y sus mitologías. Los héroes, por su parte, aunque inicialmente se muestran obedientes a sus dioses, experimentan un desengaño al descubrir que no son los únicos favorecidos por la divinidad, y empiezan a poner en duda la idea de que exista una única autoridad superior. Así, la obediencia inicial da paso a una conciencia crítica que los lleva a reconocer la relatividad de sus creencias, incluso respecto del objetivo último de los dioses, a los que se empieza a ver como la fuente original de la discordia. Pero el relato también sugiere que son los hombres, y no los dioses, los que se pelean entre sí produciendo división, como ocurre en el final de la historia.