Señales que precederán al fin del mundo

Señales que precederán al fin del mundo Resumen y Análisis Capítulo 1

Resumen

Capítulo 1: La tierra

Una mujer llamada Makina se dice a sí misma "Estoy muerta" (8) mientras se produce un terremoto en la calle por la que camina. El temblor hace que se abra un agujero en la tierra, que se traga a un hombre que camina con bastón, un perro y un automóvil. Makina corre para alejarse del agujero y queda a salvo. Piensa que la ciudad siempre está a punto de hundirse. Aunque es la primera vez que ella misma vive un temblor, estos ocurren con frecuencia en la historia de la Ciudadcita: varios edificios ya se han derrumbado y se han ido "al inframundo" (8).

La protagonista debe cumplir un encargo: su madre, la Cora, le ha pedido que le lleve una carta a su hermano, que ha migrado a Estados Unidos, y es por eso que Makina ha ido a la Ciudadcita para pedirles ayuda a "los duros" (9), es decir, a hombres relacionados con el tráfico de drogas. Allí visita al señor Dobleú, quien la trata con simpatía, ya que en el pasado, en un momento complicado para el hombre, la Cora lo ha ayudado a esconderse. El duro le pregunta a Makina si va a cruzar y le garantiza que su gente la ayudará a atravesar la frontera.

Luego se dirige a un bar llamado Pulquería Roskolnikova para conversar con el señor Hache. Este hombre ha ayudado a su hermano a cruzar la frontera tiempo atrás, y ella necesita información sobre el lugar concreto donde puede encontrarlo. El señor Hache decide ayudarla y le indica por qué zona ha cruzado el muchacho, pero a cambio le pide que lleve un paquete, "un bultito envuelto en paño dorado, pequeñín, como si contuviera un par de tamales" (12). Makina sabe que se trata de tráfico ilegal, pero no hace preguntas al respecto y acepta este segundo encargo.

En su pueblo, Makina trabaja en una centralita telefónica. Se trata del único teléfono disponible en muchos kilómetros a la redonda. Todas las personas de la región hacen y reciben llamadas a través de ella. La muchacha no se entromete en las comunicaciones ajenas y siempre comunica todos los mensajes. Se percibe a sí misma como intermediaria: "Una es la puerta, no la que cruza la puerta" (13). Es por eso que todos en el pueblo la respetan. Makina sabe hablar una lengua indígena que no se especifica, además de español e inglés.

Por último, Makina visita a un tercer duro, el señor Q. Ella ha trabajado como mensajera para el hombre dos años antes, cuando este y el señor Hache negociaban para repartirse unos cargos políticos. La muchacha ha conseguido ayuda del primer duro para cruzar la frontera y del segundo para encontrar a su hermano. Al tercero le pide ayuda para regresar a México. El hombre le dice, a modo de afirmación, "Vas a cruzar" (15), y Makina no entiende cómo puede saberlo antes de que ella se lo cuente. Luego, él anticipa que su viaje será duro, que encontrará a su hermano y que llegará a su destino. También le asegura: "Una vez que estés ahí, habrá gente que se encargará de lo que necesites" (15).

Análisis

Señales que precerán al fin del mundo es una novela breve organizada en nueve capítulos, cuyo narrador es una voz omnisciente en tercera persona. De todos modos, como queda evidenciado desde la primera línea, esa voz se entremezcla por momentos con la de su protagonista, Makina. La voz del narrador y la del personaje se funden en el texto porque no hay signos de puntuación ni marcas textuales que señalen el pasaje de la una a la otra. Aunque la voz de la muchacha no aparece con demasiada frecuencia, sus intervenciones resultan muy significativas. De hecho, es ella quien da inicio a la novela y esa frase, compuesta apenas por dos palabras ("Estoy muerta") organiza la obra y sus posibles interpretaciones. Toda la narración se arma en torno a una dualidad, ya que es posible sostener que, en efecto, la protagonista ha muerto al comienzo de la obra y, al mismo tiempo, podemos pensar que esa muerte es simbólica.

Makina es una joven mujer mexicana e indígena, y la novela narra el trayecto que realiza desde su pueblo hasta Estados Unidos en busca de su hermano. En este capítulo inicial, leemos los preparativos de la joven, todavía en su tierra natal, antes de emprender el viaje. La chica les pide ayuda a tres duros, es decir, a tres jefes del narcotráfico, para atravesar la frontera. De este modo, se evidencian ya la migración y el narcotráfico como dos grandes temas de la narración. Estos hombres le ofrecen protección e información a la joven, y garantizan que podrá pasar la frontera, pero uno de ellos también la convierte en agente del tráfico: Makina llevará hacia el norte un paquete del señor Hache. Aunque no se dice explícitamente qué hay dentro del paquete, es posible inferir que se trata de drogas ilegales. La novela, así, pone de manifiesto cuán poderosas son las redes de tráfico ilegal en la frontera y cuán estrechamente relacionadas están con los procesos migratorios.

Ahora bien, esta obra toma su estructura de la mitología mexica, en particular, del relato sobre el descenso al Mictlán, región del inframundo a la que se dirigen los muertos por causas naturales, de acuerdo con esta cultura originaria. Esta región está ubicada bajo tierra y es un espacio de tránsito tortuoso que los muertos deben atravesar para superar nueve pruebas en nueve niveles, cada uno más profundo que el anterior. El Mictlán, o 'el país de los muertos', ha sido creado por cuatro dioses mexicas: Xipe Tótec, Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Huitzilopochtli. Cuando un muerto pasa todas las pruebas, su espíritu o 'tonalli' se desencarna y accede a la presencia de una pareja de divinidades, Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, patrones del inframundo. Si bien Herrera no reproduce de manera exacta la mitología, sino que se basa en ella de modo libre, el viaje de Makina puede leerse también como un descenso al Mictlán. De hecho, el comienzo de la novela narra un terremoto tras el cual se abre un gran hueco en el suelo, dando abertura al plano telúrico. A partir de ese punto, las referencias a un mundo subterráneo son constantes. Se subrayan ya entonces otros dos asuntos principales de la novela: la muerte y la presencia de la ancestralidad indígena.

Otro aspecto fundamental de esta y otras obras de Yuri Herrera es que el autor opta por no usar términos demasiado específicos, como los nombres de los países. En efecto, la novela no menciona ni una vez México ni Estados Unidos, ni utiliza gentilicios como 'mexicano' y 'estadounidense', o términos como 'migrante' o 'narcotráfico'. Sin embargo, las referencias a ambos países, a la zona de frontera y a sus problemáticas contemporáneas son constantes, y todas ellas se arman desde una perspectiva mexicana, aprovechando muchos términos del argot. Apenas en este primer capítulo podemos encontrar palabras como 'pinche', 'chingada', 'carnal', 'cabrón' o 'gabacho', todas propias del español hablado en México. De acuerdo con Marcelo Rioseco, el hecho de que no se mencionen explícitamente esos términos ya demasiado obvios o desgastados le da a esta novela un carácter alegórico. La alegoría se despliega en los dos niveles que coexisten a la hora de interpretar el texto: se cuenta un viaje literal (a través de la frontera geográfica entre dos países) y un viaje simbólico (un pasaje de la vida a la muerte).