Traición

Traición Resumen y Análisis Escena I

Resumen

Primavera de 1977. Emma y Jerry se juntan a tomar unas copas en un bar. Hace dos años que no se ven. Jerry admite tener resaca y Emma confiesa que ha estado pensando en él. La conversación comienza un poco trabada, incómoda. Jerry le pregunta a Emma acerca de su galería de arte, que parece andar bastante bien.

Pronto comienzan a hablar de sus respectivas familias: los hijos de Emma, Ned y Charlotte, y su esposo, Robert; Sarah y Sam, los hijos de Jerry, y su esposa, Judith. Jerry cuenta que hace meses que no ve a Robert, y comenta que hace poco tiempo vio a Charlotte, quien está hecha una adolescente.

Emma cambia de tema y le pregunta si piensa en ella alguna vez. Jerry responde: “No me hace falta pensar en vos” (70), pero también le dice que está muy linda. Luego, recuerda una anécdota: una Navidad, cuando Charlotte era niña, jugaba con ella lanzándola al aire una y otra vez. Dice que fue en la cocina de Robert y Emma. Ella lo corrige: fue en la cocina de Jerry, no la suya. En ese momento, Jerry pregunta si Charlotte sabe de su relación, y Emma le asegura que no.

Jerry va a llenar los vasos de cerveza. Cuando vuelve, Emma cuenta que hace poco pasó por el departamento que compartieron en su momento. Ahora está habitado por gente joven. Menciona que bajó del auto, hizo el recorrido que hacían entonces hasta llegar a la puerta, donde se fijó en el timbre: el cartel que mencionaba sus nombres ya no estaba. “Es porque ya no estamos ahí. Hace años que no estamos”, responde Jerry, “No, no estamos” (73), refuerza ella.

Jerry cambia el tema de conversación y le dice a Emma que sabe de su relación con Casey. Ella le pregunta si está celoso, y él afirma que no podría estarlo: es su agente literario, lo conoce desde joven, y hasta lo aconsejó cuando se divorció. Sin embargo, sí le irrita que nadie haya hablado así de ellos en su momento: “Tuvimos un romance de siete años y ninguno de ustedes, pelotudos, tenía la más puta idea de que eso estaba pasando” (74).

Jerry pregunta entonces por Robert, y Emma responde que cree que se van a separar. Explica que estuvieron hablando toda la noche, y se enteró de que él la estuvo engañando por años. Jerry se asombra: nunca notó nada raro en Robert, que era su amigo. Finalmente, Emma revela que la noche anterior le contó a Robert de su aventura. Jerry se preocupa, pero ella le resta importancia: “Ya todo se acabó. (Bebe).” (78).

Análisis

A primera vista, uno podría decir que en Traición no pasan muchas cosas. Se trata de una obra en la que los personajes casi no se desplazan. Además, hablan mucho, pero dicen más bien poco. Sin embargo, como sostiene el crítico Harold Bloom en su colección crítica Harold Pinter, “el diálogo es, en última instancia, una forma de acción; es el elemento de acción, la interacción entre los personajes, sus reacciones mutuas, lo que constituye el verdadero elemento dramático en el diálogo escénico” (“dialogue is, ultimately, a form of action; it is the element of action, the interaction between the characters, their reactions to each other, which constitute the truly dramatic element in stage dialogue”, 1987: 43). Por lo tanto, el hecho de que Traición esté cargada de diálogos no la vuelve una obra menos activa, sino una repleta de sutilezas, subtextos e intrincadas reflexiones sobre la interacción humana.

Esto se comprueba desde los primeros diálogos. Al principio, la conversación entre Emma y Jerry parece intrascendente. Sin el contexto adecuado, nos preguntamos quiénes son, qué intenciones tienen y por qué se reúnen en el bar. Pinter aprovecha esta incertidumbre para captar nuestra atención y, a medida que avanza la escena, contarnos poco a poco de qué va la historia. Al final de la escena, sabemos que Jerry y Emma tuvieron una aventura que terminó dos años antes, y que Emma se está divorciando de Robert, su marido, quien es, a su vez, un íntimo amigo de Jerry. Así, gracias a la maestría de Pinter en la escritura de diálogos, toda esta información se revela de forma realista y orgánica.

Varios de los temas centrales de esta obra se revelan en esta primera interacción, donde queda claro que todo girará en torno a la traición, la nostalgia, la dificultad para comunicarse y el carácter transitorio de las cosas. Por ejemplo, el círculo vicioso de traiciones y engaños se revela no solo en la aventura de Jerry y Emma, sino también en el nuevo affair de Emma con Casey, un escritor que trabaja con Jerry y Robert, además de los que parece haber tenido el propio marido de Emma: “¿Sabés de qué me enteré anoche? Que me engaña desde hace años. Anda… con otras mujeres desde hace años” (75).

Pero el pasado no solo se presenta como un periodo de engaños y traiciones, sino que también se observa con nostalgia. Jerry y Emma rememoran situaciones comunes y reflexionan juntos sobre su pasado. Algunos recuerdos, como la imagen navideña de Jerry y Charlotte, nos muestra un pasado luminoso y familiar entre los dos matrimonios. De hecho, Jerry y Emma parecen ocupados por el pasado hasta el punto de perder interés en el presente.

Como lectores y espectadores, nos queda la sensación de que la mejor época de estos personajes ha quedado atrás. Una sensación que Pinter se encargará de reforzar a través de la propia estructura de la obra, que se mueve en una cronología inversa. Así, del mismo modo en que vemos a estos personajes rumiar sobre el pasado, posteriormente lo presenciaremos con nuestros propios ojos.

“Ya todo se acabó” (78), concluye Emma al final de esta primera escena. De algún modo, en esta frase se cifra el sentido de toda la obra: ya no importan los engaños, el amor, las esperanzas, las traiciones, la amistad. Ya no queda nada de todo eso.

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